LA BEBE THERESA
Theresa Ann Campo Pearson nació en 1992, de manera "anencefálica", es decir, "sin cerebro". Con pocas expectativas de vida, los padres de Theresa decidieron ofrecer sus órganos para que pudieran realizar trasplantes, a fin de que sus riñones, hígado, corazón, pulmones, pudieran darse a otros niños. Al menos, allá en los Estados Unidos, existen por lo menos 2 mil niños que requerían de dichos órganos. Sin embargo las leyes de Florida no permitían hacer donaciones de órganos en personas vivas, sino una vez que estas estuvieran muertas. Cuando Theresa murió, ya era demasiado tarde para utilizar sus órganos. El caso generó una serie de discusiones, todas ellas de índole moral; los padres de Theresa alegaban que otros niños, podían beneficiarse de su hija, aunado que ello, no dañaba a su hija, toda vez que ella moriría, su existencia biológica no tenía sentido de ser, pues carecía de pensamientos, sentimientos, no podía por lo tanto, "tener una Vida".