¡FREUD, COCA Y MAS SEXO ...¡
Aquel medico joven checo, había encontrado la poción mágica que podía aliviar todos los dolores; sin duda alguna, un medicamento dotado de propiedades fabulosas; decidió probarlo en sus pacientes y después en él. Serviría para el tratamiento de dolencias del corazón, agotamiento nervioso, así como curar muchos problemas fisiológicos; un polvo blanco de una aroma agradable y un placentero gusto en los labios; en su última depresión lo consumió y sus efectos fueron satisfactorios, lo haría un ser humano más fuerte, equilibrado, objetivo; el polvo blanco era cocaína y aquel médico joven, era Sigmund Freud. Quizás en una de esas tardes pesadas y aburridas, en que el tiempo transcurre lentamente, el doctor Freud se le ocurrió pensar que esas teorías darwinianas que afirmaban que los de los seres humanos, eran descendientes de los simios, no eran nada descabelladas; en efectos, los seres humanos, eran igual de instintivos o animales, que los mismos animales; entonces descubrió que el sex