LA DEFORMA PETROLERA
Imagínate
una empresa que cuenta con 416 campos de producción, unos 8,315 pozos petroleros, con 236
plataformas marinas, 6 refinerías, 8
complejos petroquímicos, 39 plantas petroquímicas, 11 buque tanques, 1,350 auto tanques 525 carro
tanques; que además, trabajan en ella, 150 mil empleados y que aporta, para un
país hispanoparlante, considerado por los pesimistas como “subdesarrollado” y
por los más optimistas, como nación de “economía emergente”, aproximadamente el 40% de sus ingresos económicos;
esto es, la cantidad de 103 mil millones de dólares anualmente, obtenidos de la
venta de 3.7 millones de barriles de petróleo y gas natural, es decir, de la
venta de 1 millón 167 mil barriles de petróleo crudo y líquido diariamente; con
los cuales, un gobierno teóricamente republicano, democrático y federal, debería
satisfacer las necesidades de educación, salud, vivienda, caminos, suministro
de agua, electricidad y demás servicios que requiere una población de 112
millones de habitantes, los cuales también en teoría, deberían comer todos los
días.
Supón
que esa empresa se llama PEMEX y que la nación a la que nos referimos, es
México.
PEMEX
es el 7° productor de crudo en el mundo y la 11 compañía a nivel mundial. Además
es el principal proveedor de petróleo para la principal economía mundial, los
Estados Unidos.
Rusia
y Arabia Saudita produce cuatro veces más petróleo crudo de lo que produce
México; Estados Unidos y China lo hacen al doble; Irán y Canadá producen una mitad
más de lo que produce México; nuestro país, produce casi el mismo petróleo
crudo que Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Venezuela e Irak.
En
cuanto a la producción de gas natural, México se encuentra en el lugar número
13, produce diez veces menos que Estados Unidos y Rusia; en materia de reservas
la situación es alarmante, México ocupa el lugar 17 con diez mil millones de
barriles, nada que ver, con las dos superpotencias de reservas petroleras:
Arabia Saudita con 264 mil millones de barriles, Venezuela con 211 mil millones
y Canadá con 173 mil millones de barriles diarios. No es nada descabellado
pensar, que algún día, quizás dentro de unos 50 años o menos, México le llegue comprar petróleo a Venezuela.
La compañía
petrolera mexicana, vende su petróleo a su principal comprador que son los
Estados Unidos. Pero dicha nación, no le compra únicamente a México, sino
también se abastece de otras compañías petroleas, como son las canadienses. Así
que en términos comerciales, Estados Unidos necesita más del petróleo
canadiense que del mexicano.
Sin
embargo, el comercio mundial petrolero, no es con naciones, sino con empresas;
por lo tanto, no debemos confundir a las naciones con las empresas petroleras;
un Estado-Nación es una entidad político jurídico soberana, con territorio, población,
autoridad y principios deontológicos como la Justicia, la Libertad, la
Igualdad, la Paz, el Bien Común, así como la Prosperidad de sus ciudadanos; en
cambio, una empresa, es una unidad básica de producción de bienes y servicios
que son retribuidos económicamente, sus principios son desde luego, el lucro y
este se mide en estados financieros “activos” y “pasivos”. La empresa debe
vender, vender y vender, para poder ganar, ganar y ganar. Su estado financiero óptimo,
debe ser tener mayores “activos” que “pasivos”.
Para
debatir una reforma petrolera, debemos romper el mito o el paradigma de
Naciones-Estados como las únicas entidades que venden petróleo; realmente no son
de ellos, sino son las empresas las que venden.
A
las empresas les podemos atribuir jurídicamente una nacionalidad, aunque sus
socios o empresarios, sean “apátridas” o de diversa nacionalidad. Es decir,
puede haber una empresa petrolera mexicana, con socios extranjeros, o
viceversa, una empresa extranjera, con socios mexicanos. Sin embargo, en términos
económicos, el dinero no tiene nacionalidad, tiene socios, proveedores y
consumidores.
Así tenemos por lo tanto, que las empresas más
rentables en el mundo, son la Royal Dutch Schell (Reino Unido-Holanda) con una
renta anual de 378 mil millones de dólares; Exxon Mobil (Estados Unidos) con
354 mil millones de dólares, BP (Reino Unido) con 308 mil millones de dólares; después
le siguen dos empresas Chinas, Sinopec Group y China National Petroleum. México
y su única compañía petrolera, PEMEX, ocupa el 11 lugar con una venta de 103
mil millones de dólares, por encima de PDVSA de Venezuela con 88 mil millones,
Repsol YPF de España de 70 mil millones.
Es
obvio que en el futuro, las empresas petroleras deberán fusionarse entre si,
para poder sobrevivir y competir entre si. Una alianza entre Pemex y las
empresas chinas, es mas factible, que entre Pemex y empresas americanas.
Pero
sigamos la discusión, que quizás pueda parecer aburrida con la abundancia de
tantos datos.
Para
poder hablar de la reforma petrolera, necesitaría ser químico, ecologista,
contador, administrador, economista, matemático, ingeniero, biólogo; más que
político o historiador. ¿Por qué?. Pues porque el político distorsiona la
información en forma parcial o radical, empleando en su discurso emotivo todo
tipo de falacias para confundir o engañar a sus electores; así son ellos, es lo
que hacen para que votemos por ellos; invocan razonamientos que atentan contra
la razón, finalmente esa es su función, sino también de que vivirían.
Lo
primero que deberíamos saber, es que el petróleo es el motor no solamente de la
economía mundial, sino también, el principal energético que hace que el mundo
esté en constante movimiento.
Cuando
decimos que es el motor de la economía mundial, nos referimos que la
compra y venta del petróleo, genera una
derrama económica de la cual muchos se benefician; es decir, es más rentable vender petróleo que
limones, nopales, aguacates, artesanías o cualquier otra cosa que nos pueda dar
la naturaleza o modificar el hombre. Igualmente, cuando hablamos de principal
energético, nos referimos que la electricidad, los aceites y las gasolinas, con
los cuales se mueve desde la pequeña maquinita de hacer tortillas, pasando por
una motocicleta, un vehículo, un tráiler, un avión o un buque; todo
absolutamente todo, se mueve con petróleo. Inclusive el foco o la lámpara que
nos ilumina, la luz y el celular que cargamos todos los días para comunicarnos.
Por
eso cuando hablamos de petróleo, hablamos de cosas muy delicadas, son temas tan
técnicos y tan profundos, que
constituyen en sí, asuntos de seguridad nacional; por eso en el mundo, hay
naciones, que hacen todo lo posible para acaparar el petróleo; otros en cambio,
harán también todo lo posible, por defender mililitro por mililitro, su
principal recurso. En historia y política internacional, esa ha sido la
principal razón que ha llevado a muchas naciones, a las crisis y a las guerras.
¿Qué es el petróleo?. Unos lo comparan como el
“oro negro”; es algo así. Es un líquido, gelatinoso, chicloso, que también
aparte de ser la principal fuente de energía, es el principal bien que a veces
utilizamos en nuestra vida diaria; basta observar y donde pongamos la mirada,
encontraremos petróleo disfrazada de plástico o de aparentes “telas” como el
poliéster, que a veces lo usamos en la ropa puesta, en la bolsa, los tenis o en
la suela de los zapatos.
¿De dónde
sacamos el petróleo?. Del subsuelo, inclusive, hasta del subsuelo que se
encuentra debajo del mar. ¿No es algo maravilloso?, es un recurso que ahí está,
sólo hay que explorar, perforar y extraerlo. Dicho petróleo puede presentarse
en forma de “crudo” o a través de gas natural y condensados; sólo hay que sacarlo,
para ponerlo en venta o bien, transformarlo en sus derivados, sea éste gasolina,
el gas natural o LP, diésel, lubricantes, combustóleo, asfalto u otros
petroquímicos, para entonces ponerlo a la venta en un mercado de proveedores y
consumidores, tanto a nivel nacional como internacional.
PEMEX
es la empresa petrolera que se dedica a explorar, perforar, distribuir y
comercializar el petróleo mexicano. Pero lo que deberíamos saber de esta
empresa mexicana, es que la misma, es una entidad de múltiples personalidades,
es decir, no es una sola empresa como muchos podíamos creer, sino que son cinco
empresas que conforman a una sola; a saber, Petróleos Mexicanos cuenta con
cinco “organismos subsidiarios”: Pemex-Corporativo, Pemex-Exploración y
Producción, Pemex-Refinación, Pemex-Gas, Petroquímica Básica y
Pemex-Petroquímica. Esta división a la empresa petrolera se hizo desde 1992. Cada
una de estas entidades cuenta con una contabilidad aparte y con una autonomía
de gestión, que les permite, llevar a cada una, su respectiva administración.
Es decir, llevar a cabo sus propios contratos y administrar su propio
patrimonio.
Por
lo tanto debemos romper un mito. Pemex no es uno, ésta se partió en cinco “pemexitos”.
Al extremo tal, que hasta en ellos comercian.
Pero
insisto nuevamente, para discutir el tema petrolero, se necesita ser más
economista, administrador, contador, ingeniero y hasta ecologista. Se necesita
ser más técnico y objetivo, así como utilizar un lenguaje técnico y racional,
que expresar los más bellos poemas patrióticos que enarbolan la historia patria
y la leyenda de nuestros muertos.
El petróleo
es un recurso energético, pero que también contamina y que es la principal
causante de daños ambientales como el calentamiento global; pero al parecer ese
tema no tiene patria ni historia; el petróleo es también, la principal responsable
de la emisión de basura, residuos sólidos como el plástico que tardan
centenares y quizás miles de años en biodegradarse, pero eso tampoco, es patria
e historia. El petróleo que se extraiga del subsuelo, más aún el que piensa
sustraerse en el futuro de las aguas profundas, generará daños ambientales que cambiara
los ecosistemas y las distintos ciclos biogeoquímicos en el equilibrio de la
materia y energía, al grado que puede poner en riesgo especies acuáticas; pero
eso tampoco es patria e historia.
Si
debatimos la reforma petrolera desde la perspectiva política e histórica,
podíamos hacer remembranza a los mejores poemas a favor del patriotismo, la
soberanía y del tótem de Lázaro Cárdenas; pero lamentablemente, en el sistema
económico mundial competitivo en el que vivimos, eso no genera utilidades, la
gente pues, no come de los mejores discursos patrióticos, sino con la derrama
económica.
Es
obvio que el petróleo mexicano es un tema que atañe a nuestros políticos,
porque también encierra principios que dieron identidad a nuestra nacionalidad.
Es un tema, que quizás el dinero de los comerciantes no puede comprar y por
eso, es difícil de entender.
El petróleo
proporciona en promedio cuarenta centavos de cada peso que circula entre nosotros.
Cuando vemos una escuela, una clínica un camino, una obra pública, debemos
pensar que esa escuela, clínica, camino y obra, se realizó con el 40% de los
recursos obtenidos por el petróleo.
Es
obvio que en una reforma petrolera ganaran los empresarios que tengan los
recursos para comprar; si esos empresarios son americanos, británicos, chinos,
japoneses, alemanes, es obvio que bajo el nuevo paradigma global, ganaran
exclusivamente ellos y no tanto sus países.
Si
la reforma se efectúa con el objetivo de aumentar la “renta petrolera”, esto se
traducirá en la creación de más empleos, mayor flujo de efectivo, bienestar y
oportunidades tanto a personas como empresas.
Si
la reforma se diseña defectuosamente, esta corre el riesgo de que el gobierno
federal “mate la gallina de los huevos de oro” y entonces, los recursos que
proporciona el petróleo, los deberá obtener el gobierno a través del aumento de los impuestos. Es
obvio, que ni al pueblo, ni al gobierno le conviene vender su principal fuente
de riqueza.
Si
la reforma se instrumenta para enriquecer y beneficiar a determinados políticos
y empresarios, ¡pues que poca madre¡, porque toda reforma debería ser, pensando
en todos, no en personas específicas. Razón
tendrán entonces, los profesionales del mitote, por impedir aumente la brecha
entre la desigualdad social y que se enriquezcan, los mismos empresarios que
han monopolizado el país.
Vendrán
tiempos de discusión, de análisis, de mitotes, de estudios serios y poesías patrióticas;
vendrán tiempos en que debemos discutir y reflexionar; nada mejor,
posiblemente, de hacer uso de los instrumentos jurídicos que la Constitución ya
reconoce.
El referéndum,
el plebiscito o la consulta, cualquiera que se adopte o como se le denomine.
Cualquiera que sea vinculatoria y que fomente la participación de todas las
voces.
¡El petróleo
es nuestro y debemos defenderlo¡
¡El petróleo
es una palanca de desarrollo nacional¡-
¡El petróleo
en el futuro deberá ser sustituido por otras fuentes de energía
no contaminantes¡.
¡El petróleo
es…. ¡Simplemente petróleo¡ ¡Al carajo¡. Algún día se acabará.
Fuentes de consulta
http://www.ri.pemex.com/files/content/Anuario%20Estadistico%202012.pdf