ESOS MALDITOS Y MISERABLES MINISTROS DE LA SUPREMA CORTE
No hay nada peor ver que una persona pobre, defienda al rico; cuando hablamos de que existen personas que ganan mucho dinero y otras, que apenas sobreviven, el primer sentimiento que nos bota es la indignación, el coraje y posiblemente, de manera muy oculta, la envidia. Hablemos pues, si es válido y justo, el que existan personas que no tienen para comer que son los millones de mexicanos que se encuentran en pobreza extrema, mientras exista un centenar de personas que tienen garantizada la vejez, no suya, sino la de los hijos de sus bisnietos. ¡Eso se llama desigualdad¡. Robert Kiyosaki, uno de esos autores best sellers, que nos hablan del “éxito”, a través de la acumulación del dinero, nos dice en un librito suyo, “El flujo del cuadrante del dinero”, que existen cuatro formas de obtener dinero, la primera de ellas, la más común, es el ser asalariado, es decir, la persona que recibe un salario de manera semanal, quincenal o mensual. A este grupo de personas, per