¿QUE PASA CON EL PARTIDO HUMANISTA?
¿Qué es un Partido Político?.
Un
partido político no es más, que una organización de ciudadanos que busca la
obtención o conservación del poder; las leyes políticas y electorales de
algunos países, definen a los partidos políticos, como “entidades de interés
público”, los cuales tienen como fin, promover la participación de los
ciudadanos en la vida democrática, además de contribuir a la integración de la
representación nacional.
Es
lógico, los seres humanos se organizan en sociedades para cumplir con
determinados fines, ya sea para constituir iglesias, sindicatos, cooperativas,
empresas; porque no lo podrían hacer, para formar partidos políticos.
El
día 9 de julio de 2014, el Instituto Nacional Electoral, determinó que la
organización de ciudadanos, denominada “Frente Humanista”, había cumplido con
los requisitos legales para constituirse como partido político nacional.
Por
ende, a partir de esa fecha, el denominado Partido Humanista cuenta con una
serie de derechos y obligaciones, como entidad de interés público, con
“igualdad” de derechos y obligaciones que los demás partidos políticos
registrados, con el legítimo derecho, de arrancar el monopolio del discurso
político, a las organizaciones políticas tradicionales que han gobernado el
país, en los últimos ochenta años y que nada o poco han hecho, para solucionar
la crisis de legitimación y representatividad de los gobernantes, hacia su
pueblo.
En verdad, no es nada en contra de esos “partidos tradicionales”, cada uno de ellos tiene méritos importantes en la construcción democrática del país; del PRI se le reconoce su vocación civilista de lograr institucionalizar un país a través de gobiernos civiles, con un discurso y una doctrina ideológica, a la que le llamo “Revolución Mexicana”; al PAN se le reconoce siempre, su vocación democrática de crear ciudadanía y ejercer las libertades y derechos previstos en la Constitución; mientras que el PRD, haber emprendido la construcción de sistemas jurídico electorales que además de ser imparciales, profesionales, autónomas, reivindicara y exigiera, la aparición de nuevos derechos económicos, sociales, culturales, ambientales.
Sin
embargo los tres partidos políticos tradicionales del país, PRI-PAN-PRD, no han
podido dar a la ciudadanía, una apariencia de congruencia y civilidad
democrática, ni han podido solucionar muchos de los problemas por las cuales
sigue atravesando el país, entre ellos el lastre de la corrupción; la visión
política de cada uno de ellos, no ha sido nunca la de construir un país
democrático, con instituciones jurídicas y de derechos humanos efectivos;
contrario a ello, los partidos tradicionales, sólo han buscado ganar una
elección, para repartirse el jugoso “botín” que implica el erario público y
desde luego, la administración pública, con todos los puestos y posibilidades
de “hacer negocios”, además de echarle la culpa de los errores y “corruptelas”,
a los del otro partido.
Bajo
este esquema, la pregunta es, ¿Por qué un nuevo partido político?, ¿qué debemos
entender con la aparición del Partido Humanista?. Hoy como nunca, el esquema político actual de los partidos políticos
tradicionales (PRI, PAN y PRD), se encuentra en crisis, pero no solamente
ellos, sino también se encuentran en crisis, los denominados “partidos
políticos-satélites”, (PVEM, PANAL, PT y MC); opciones partidistas que nunca
han mostrado una “cuarta opción”, sino que por razones de conveniencia,
concretamente, para conservar su registro y con ello las prerrogativas
económicas que ello implican, se han aliado con alguno de los tres partidos
políticos tradicionales.
Tenemos
entonces, que el PVEM, o también conocido como “Verde Ecologista” lo hizo con
el PAN en el año 2000 y con el PRI en el 2006 y 2012; PANAL o “Nueva Alianza”,
lo hizo en ciertos momentos con el PAN y luego con el PRI; mientras que el PT o
“Movimiento Ciudadano”, MC, lo han hecho con el PRD, desde el año 2000.
¿Qué
busca entonces el Partido Humanista?,
obviamente busca promover la participación del pueblo en la vida
democrática, contribuir también a la integración de los órganos de
representación política y ser además, una organización ciudadana que tenga como
objeto, el acceso y ejercicio del poder público, de acuerdo con su programa,
principios e ideas que postule; lo anterior mediante el sufragio universal,
libre, secreto y directo, con reglas que aspiran a ser justas y equitativas;
que hagan posible, la construcción de la democracia. ¡Ese es el fin del Partido
Humanista¡. Un fin lícito, apegado a la Constitución y a las leyes, que rigen
nuestro país.
No
solamente es el fin del Partido Humanista, lo es de todos los partidos
políticos; sin embargo en la contienda electoral que implica el sistema
competitivo democrático, justo es resaltar las virtudes que tiene el Partido
Humanista, que no tiene los demás partidos políticos.
La
historia de México nos ha enseñado creer en una serie de mitos, mitad verdad,
mitad fantasía, en las cuales se dice, que detrás de la constitución de un partido
político, se encuentra “alguien”.
Se
dice por ejemplo que en el caso del PRI, su gran creador, fue el entonces
Presidente de la Republica Plutarco Elías Calles; en el caso del PAN, lo fue
Manuel Gómez Morín; tratándose del PRD, en Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. En
los partidos políticos “chicos”, se habla también de “padrinos”, por ejemplo el
“Verde Ecologista”, con la familia González Torres, el partido Nueva Alianza,
con la que fuera líder sindical Elba Esther Gordillo Morales, en el caso del PT
con Raúl Salinas de Gortari, con Movimiento Ciudadano, el ex gobernador de
Veracruz Dante Delgado. El último caso, MORENA, con el excandidato presidencial
Andrés Manuel López Obrador.
Sin
embargo, quién le dijo a los “opiniologos” de la sociedad, que se tiene que ser
un presidente, o un grupo disidente priísta, o un sindicato magisterial o un excandidato
presidencial, para poder formar un partido político?.
Quizás
esa sea la razón de que el pensamiento mágico del que tanto he hablado, el
principal motivo por el cual muchos piensan que “detrás” del Partido Humanista,
se encuentra el expresidente de México Felipe Calderón. Político
desprestigiado, no solamente por la forma en la que llego a la presidencia,
sino también, por los daños colaterales que produjo su denominada guerra contra
el narcotráfico.
Sin
embargo, decir que Felipe Calderón es el “creador” del Partido Humanista, es una
respuesta muy simple, que no exige ningún esfuerzo intelectual, ni mucho menos
un pequeño trabajo de investigación política histórica.
Lo
cierto es que la verdad de las cosas, es mucho más compleja. Detrás del Partido
Humanista se esconden “expriístas”, “expanistas”, “experredistas” y hasta “exguerrilleros”;
“ex” de todos y uno que otro despistado, como el que escribe esto.
Pero
lo más importante de todo esto, es que detrás del Partido Humanista, se encuentran
más de 220 mil ciudadanos que decidieron unirse en diversas asambleas, para dar
origen a este instituto político. Pudiera
escucharse demagógico, pero no reconocerlo, es una muestra más de la actitud de
muchos mexicanos de prejuzgar, de criticar sin fundamento, de demeritar no
solamente la acción ciudadana para poderse organizar u formar instituciones
político jurídicas, sino también, no reconocer la integración de miles de ciudadanos
en la conformación de este nuevo partido político, es mostrar una vez más, ese
deprecio a la ley, que nuestras instituciones corrompidas nos han enseñado
aceptar de manera resignada y sin cuestionar; de buscar simple y sencillamente,
respuestas fáciles de creer y también de crear mitos de mejor comprensión y
menor complejidad.
Poco
o nada se ha dicho sobre la constitución de este partido político. Empezando
por quienes son sus miembros. La única información que puede encontrarse del
partido es en las redes sociales y eso de manera muy superficial, ni siquiera
en forma detallada, en virtud de ni la propia página web del partido, ofrece
información de quienes son los “humanistas”.
¿Entonces,
que podemos decir del Partido Humanista?
El
Partido Humanista tiene una historia que contar. Iniciemos por lo más fácil.
¿Quiénes son sus “padrinos” o sus “creadores”?.
Entonces la respuesta no nos remite al expresidente Felipe Calderón, ni
a esa visión de estereotipo que tanto le gusta algunos “pseudoizquierdistas”,
de pintar al Partido Humanista, como un partido “fascista” o de la “derecha” o
“conservador”.
Los líderes
del partido, son tres personas, que no fueron presidentes de la Republica, ni líderes
de la disidencia priista o perredista, ni mucho menos, candidatos
presidenciales.
Sus
líderes, son tres personas. Sus nombres: Ignacio Yris Salomón, Ricardo Espinoza
López y Javier Eduardo López Macías. Pero esos líderes sociales, no nacen de la
generación espontánea, sino su “aparición”, responde a la de un país plural y
diverso, donde los medios de comunicación cuasi monopólicos, poco informan,
sobre aquello que “no es noticia”.
El
Partido Humanista, nace de la coalición de tres organizaciones de la sociedad
civil. En un país, donde existe por lo menos 35 mil organismos de la sociedad
civil; no debería extrañarnos, el que haya existido tres organizaciones que se
hayan fusionado para conformar un nuevo partido político. ¿Eso debe causarnos
sorpresa?.
De
ahí que podemos decir, que el Partido tiene su origen, no solamente en esos
tres liderazgos, Ignacio Yris, Ricardo Espinoza y Javier López, sino que
también en tres “expresiones” o llamadas “tribus” (como dicen los
“perredistas”). Esas organizaciones
fueron CODUC, MRD y UNIMOSS.
Lamento
decir pues con lo antes dicho, que el padre del Partido no es el expresidente
Felipe Calderón Hinojosa, ni tampoco, el movimiento internacional del Partido
Humanista, el cual tiene sus orígenes en el filósofo Mario Luis Rodríguez Cobos
“Silo”; pues estos dos personajes, no son los fundadores del Partido Humanista
mexicano; eso es lo primero que tenemos que reconocer y que todo aspirante a
ingresar a las filas del Partido, debe de saber.
Felipe
Calderón no es el “padrino” del Partido Humanista, ni tampoco el movimiento
internacional humanista del filósofo argentino Mario Silo. El Partido Humanista
en México, como muchas cosas de nuestro país, nació de su propia coyuntura
histórica, es decir, nació a la “mexicana”.
Los
principales dirigentes que conformaron la constitución de este partido político
son Ignacio Irys Salomón, Ricardo Espinoza López y Javier Eduardo López Macías.
Ignacio
Irys Salomón fue dirigente de la Confederación Nacional Campesina del Partido
Revolucionario Institucional, fue también expresidente de la Coalición de
Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas (CODUC) y confundador del
Partido Socialista de los Trabajadores, Partido Mexicano Socialista, Partido
del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y Partido de la Revolución
Democrática. En el año 2006 se alió con Patricia Mercado, para formar el
Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina.
Ricardo
Espinoza López fue un líder sindical promotor de un sindicalismo democrático,
representante de México ante la Organización Internacional del Trabajo y ex
consejero titular de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos. Durante el
gobierno del expresidente Vicente Fox Quesada, formó la Alianza Sindical
Mexicana, constituyéndose después de la CTM y de la UNT en una “tercera”
confederación obrera. Posteriormente, decidió conformar con el apoyo del
Partido Estatal Alternativa Democracia del Estado de Veracruz, la agrupación
política nacional denominada “Movimiento Representativo y Democrático” MRD, el
cual posteriormente, se adhirió al Frente Humanista, en la integración de dicho
partido.
Javier
Eduardo López Macías fue un ex militante del Partido de Acción Nacional por más
de treinta años, fue también directivo de la Confederación Patronal de la República
Mexicana (Coparmex), Secretario de Desarrollo Social en el Ayuntamiento de
Torreón, funcionario del ex Presidente Vicente Fox Quesada , prosélito del expresidente
Felipe Calderón Hinojosa y Josefina Vázquez Mota. Fundó además la Unión
Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (Unimoss),
la cual agrupa a más de 80 organizaciones productores agrícolas.
Las
tres organizaciones celebraron un “pacto” para constituir el partido político
“Frente Humanista”, el que después cambiara de denominación para llamarse
simplemente, en Partido Humanista.
De
estos tres “padres” fundadores, podemos dividir el partido en dos corrientes
ideológicas, la llamada “izquierda” presidida por Ignacio Irys Salomón líder de
la expresión CODUC, llamada actualmente “SINERGIA”; y el ala de “derecha”,
representada por Javier López Macías y Ricardo Espinoza López, líderes de las
expresiones UNIMOSS y MRD.
Así
entonces, los “padres partidistas” del Humanista serían dos, el
“PRI-PST-PFCRN-PRD-PASC-PSD”, representado por Ignacio Irys Salomón líder de
SINERGIA; y el “PAN”, representado por Javier
López Macías y Ricardo Espinoza López, líderes de las expresiones UNIMOSS y
MRD.
Esa
mezcolanza de fuerzas en el terreno práctico, muestra el predominio de dos
fuerzas: SINERGIA (antes CODUC) y UNIMOSS; el caso de MRD, cuenta con una
presencia únicamente en el Estado de Veracruz y Tamaulipas.
Hablando
en términos coloquiales, los “dueños” del partido por lo tanto, serían dos
personas: Ignacio Irys Salomón y Javier Eduardo López Macías. Sin embargo, el diseño normativo con el cual se encuentra constituido este partido, impide la existencia de "dueños".
La Constitución del Partido Humanista
El treinta de enero de dos mil trece, los
ciudadanos Ignacio Irys Salomón, Ignacio López Pineda, Mario García Sordo,
Laura Cortés Aguilar y Raul Callejas Sandoval representantes legales de la
organización Frente Humanista, notificaron al entonces Instituto Federal
Electoral el propósito de dicha organización de constituirse como Partido
Político Nacional.
Entre el dos de septiembre de dos mil trece y
el veinticuatro de enero de dos mil catorce, se llevaron a cabo (470)
asambleas, celebrándose únicamente doscientas diecinueve (219) y cancelándose
doscientas cincuenta y uno (251) por falta de quórum; asimismo la organización
acredito 80, 964 personas que asistieron a dichas asambleas y más de 270, 966
afiliados.
¿Cómo se fue llevando a cabo todas esas asambleas?. Pues juntando liderazgos regionales de todas partes, sin buscar filiaciones partidistas, más que la coincidencia, de conformar un nuevo partido político en el cual, pudieran coincidir todas las ideologías políticas.
Un ejemplo de la integración del Partido Humanista en algunas localidades, lo tenemos en la Delegación Cuauhtémoc, Distrito Federal; el cual puede servir de muestra de como se fue conformando este partido, sin el apoyo ni de la "disidencia" panista, ni del expresidente Felipe Calderón.
En consecuencia, en este caso en particular, con esa pluralidad de
liderazgos en diversas regiones del país, fue que mediante Acuerdo
INE/CG95/2014, el Instituto Nacional Electoral le otorgó el registro al Partido
Humanista el carácter de partido político nacional, habiendo competido este,
con otras 51 organizaciones políticas que también buscaron constituirse como
partidos políticos y que por momentos, parecía que tenían asegurado su registro,
como fue el caso de la organización que conformaron Rosario Robles y Rene Arce
de extracción perredista, con Manuel Espino expanista, al que le llamaron
“Partido Concertación Mexicana” y que por cierto, no obstante de haber apoyado
la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, no lograron cumplir con los
requisitos legales para constituir un partido político nacional.
Una nueva forma de Partido
Los
partidos políticos tradicionales tienen una organización jurídica, en donde lo
que impera es la gobernabilidad del partido, a cargo de un solo individuo, a
diferencia del PRD, como expondré más adelante.
Los
partidos políticos tradicionales tienen una gobernabilidad muy parecida a la
Constitución de cualquier país. Su poder soberano es la Asamblea Nacional; la
cual tiene un poder supremo pero provisional, temporal, no es permanente y se
cita a ella, cada tres años.
Los
“poderes constituidos” del partido, son el Consejo Político, el Presidente del
partido y el Consejo de Honor y Justicia.
Se le llama Consejo Político al órgano deliberativo, que toma decisiones
(similitud al Poder legislativo), para que entonces, el Presidente, apoyado por
su burocracia partidista (Las Secretarias del Partido), pueda cumplir con los
mandatos de su Consejo Político. Finalmente, la Comisión de Honor y Justicia
viene siendo el “poder judicial” del partido.
Así
funcionan todos los partidos, con algunas pequeñas variantes.
Por
ejemplo el PRI se compone en su seno interno por tres “sectores”, que son el
“sector agrario” la CNC, el “sector obrero” la CTM y el “sector popular “CNOP”;
mucho más sofisticado es el PRD que en su composición interna, se encuentran
diversas expresiones o “corrientes de opinión”, (la prensa les llama “tribus”),
las más conocidas de ellas, son Nueva Izquierda, Izquierda Democrática
Nacional, Foro Nuevo Sol, por citar solo algunas de ellas. (Aunque también la prensa, las identifica por
los apodos de sus líderes, “chuchos”, “bejaranos”, “antichuchos”, etc).
Sin
embargo en el Partido Humanista su composición es diferente. Es un partido que
privilegia el tripartidismo y las decisiones colegiadas.
Es
un partido tripartidista, porque aunque sus estatutos no refiera la existencia
de sectores, expresiones o corrientes de opinión, como ocurre en el caso del
PRI y del PRD, en la práctica, existen tres organizaciones sociales que dieron
origen y estructura al partido: UNIMOSS, SINERGIA y MRD.
Este
tripartidismo se observa con la existencia de una figura institucional que no
existe en los demás partidos, que son las llamadas “Comisiones”. Así tenemos, que la Comisión de Vinculación,
o la Comisión de Elecciones, o la de Transparencia, se compone por tres
miembros. El “acuerdo tácito”, fue que
la integración de esas comisiones, era tripartidista, en razón de que cada expresión,
debía de estar representada y con ello, garantizar, un total equilibrio, de que
ninguna fuerza, llegara a tener control del partido.
La
otra característica del partido, es su composición colegiada en la toma de
decisiones. Por ejemplo, además de existir el órgano deliberativo que es el
Consejo Político, la instancia ejecutora, no se encuentra depositada en un solo
individuo, como ocurre con los presidentes del Partido, sino que se encuentra
depositada, en una instancia colegiada, denominada “Junta de Gobierno”, el cual
es presidida por un Coordinador Ejecutivo, quien se hace acompañar por otros
dos subcoordinadores y por los titulares de las Secretarias y Comisiones; el
periodo en el puesto de coordinador, es de un año, el cual va cambiando de forma
rotativa, con los otros dos subcoordinadores.
Este
tipo de organización interna del partido, me puede despertar algunas críticas a
favor y otras en contra.
Las
criticas favor, consisten en su
composición plural. Privilegiar el consenso, por encima del mayoriteo es una
práctica democrática. ¡Nadie es dueño del partido¡. La decisión colegiada, se
impone sobre sobre la decisión individual.
La crítica
en contra, es el constante asambleísmo deliberativo en la que se encuentra
sumergido el partido. No basta una Asamblea Nacional y el Consejo Político,
sino que también, se crea una Comisión Nacional Política en el que se delibera
las políticas que debe seguir el partido; además la Junta de Gobierno, quien debe
actuar de forma colegiada, es decir, con la mayoría de sus integrantes, lo que
significa que también, ellos también hacen sus pequeñas asambleas.
Por
lo tanto, la composición y gobernanza del partido es de mucho “¡Bla-bla-bla¡” y
poca acción. Ese es el riesgo de las instancias colegiadas. Deliberar lo que se va hacer, coloca al
partido en una situación prácticamente de inmovilidad. Pues mientras que los
demás partidos el presidente ejecuta lo que dice el Consejo Político y los
Estatutos; en el caso del Partido Humanista, el Coordinador, se encuentra sujeto,
a lo que delibera, el Consejo Nacional, la Comisión Política y la Junta
Nacional de Gobierno. Son pues, muchas asambleas para pocas acciones.
La gobernabilidad
de los partidos no debería ser un problema, cuando existe unidad en el mismo,
acompañada esta, de la llamada “disciplina partidista”, donde los militantes
del partido, se “alinean”, una vez que los dirigentes toman las decisiones,
sean estas de agrado o no de la militancia. Un claro ejemplo de gobernabilidad partidista,
lo encontramos en el PRI. Pues sus situaciones de crisis, terminan siendo
resueltos, con “acuerdos de unidad” y de una “operación cicatriz”, donde las
partes en conflicto ganan.
Pero
eso no ocurre en el PRD, o inclusive en el PAN, donde las partes en conflicto,
no se subordinan a ese autoritarismo y por ende, se “rebelan”, al riesgo, de
que el partido pueda fracturarse, tal como ocurrió con el PRI en 1987, lo que diera
origen al PRD, o bien, la escisión de este último, con la aparición de MORENA.
¿Sucede
algo así parecido con el Partido Humanista?.
La pregunta es: ¿Ingobernabilidad en el
Partido Humanista?
En
un partido autoritario como ocurre en el caso del PRI o de MORENA, solo
bastaría la decisión suprema de su jefe político para resolver un conflicto.
Pero
en un partido democrático, compuesto por instancias colegiadas y métodos
deliberativos, como ocurre en el Partido Humanista, no existe la posibilidad de
que los “dueños” del partido o el “Jefe político” de éste, pueda resolver el
conflicto; luego entonces, el mismo, sino puede ser resuelto políticamente, no
queda otra instancia que la vía judicial. Finalmente,
la institucionalidad, es la solución racional a los conflictos. Sino existe entonces
esa disciplina partidista, no queda otro remedio que la coacción que ordenen
los órganos jurisdiccionales.
Ningún
conflicto surge de la generación espontánea, pues todo acto, no surge de la
ocurrencia de sus autores, sino que son consecuencias de sus respectivas
causas.
El
Partido Humanista nació oficialmente el 1 de agosto del 2014, pero su vida institucional
es nula. No tuvo oficinas en sus primeros cuatro meses. Los dirigentes del
partido, siguieron en su lógica de sentirse más miembros de la “corriente” o “expresión
política”, que del partido mismo. Algunos militantes, dicen con orgullo, ser de
SINERGIA, o de UNIMOSS, más que reivindicar su sentido de pertenencia a la
corriente, lo único que hacen, es continuar con una lógica que no contempla, la visión institucional de comprender, lo que es un partido político.
Por momentos pareciera que el Partido Humanista, fuera una confederación de tres tribus, donde
ninguna de ellas, quería soltar su respectiva cuota de poder; donde cada tribu,
defendía su rebanada, en vez del pastel y lo que es peor, de no hacer que el
pastel, creciera.
Se
le imputa a UNIMOSS ser una empresa familiar y “elitista”, donde todos son
familia y donde para variar, los cargos y comisiones partidistas, se
encontraban depositadas, en miembros de la misma familia. Se le reprocha a
SINERGIA, su visión radical, social, mitotera, inclusive hasta “naca” o “corriente”,
de querer hacer discusiones por y todo, sin ton ni son; se le reprocha a MRD,
su inexistencia y conveniencia de inclinarse, al mejor postor.
El
partido Humanista en su absurda división de tribus, se le ha olvidado lo más
importante. ¡Ser un partido político¡.
Decisiones
relevantes ocurrieron en el año 2014, como lo fue la reforma fiscal,
financiera, energética, el informe de gobierno, el conflicto estudiantil del
Politécnico o los lamentables hechos ocurridos en Ayotzinapan Guerrero,
inclusive, la sorprendente reanudación de labores entre Estados Unidos y Cuba;
y mientras eso ocurría, el Partido Humanista no tenía oficina donde poder
despachar, ni citaba a conferencias de prensa para emitir posicionamientos, ni
siquiera emitía un boletín a la prensa para conocer una postura; el partido
pues, tampoco, parecía tener una vida institucional partidista, ni siquiera
ningún blog o un video en el canal you tube. UNIMOSS seguía siendo UNIMOSS y CODUC a lo mas
que hizo, fue convertirse en SINERGIA.
Podríamos formular más críticas. Decir por ejemplo, que a más de cinco meses de la integración del partido, este sigue sin tener una página de internet y resulta evidente, que el partido no ha cumplido sus obligaciones de transparencia; su opacidad en el manejo de los recurso públicos, puede generar profundas desconfianza, en el manejo de los recursos y lo que es peor, demostrar con sus hechos, la sospecha ciudadana de desconfiar de los nuevos partidos. Nada de esto hubiera ocurrido, si alguien en el partido, hubiera contratado a un ingeniero o un diseñador y les hubiera abierto, una página de internet decente. ¡Pero no es así¡. Al rato vendrán las sanciones del INE y el escarmiento de la prensa nacional, al criticar sin miramiento alguno, lo que ningún militante del Partido, se atrevido decirles.
Criticas y mayores críticas merece un partido, que ante la misteriosa omisión de no tener oficinas, llevaba a cabo sus eventos, en lujosos hoteles de la Ciudad de México. Donde el tiempo paso y termino el año, sin que los ciudadanos de este país, al menos, los de la Ciudad, pudiera conocer, ni siquiera un cartel, un tríptico, un espectacular; sólo el mismo comercial de televisión del celular, pero nada relevante que logrará colocar al Partido Humanista, en el lugar, en que merece estar.
La ciudadanía exige mayor seriedad y prudencia de la nueva clase política. Si no pueden resolverse en forma amigable, entonces, acúdase a las instancias jurisdiccionales, pero no debe perderse de vista, que los puestos son temporales, que ser Coordinador Ejecutivo en un partido de instancias tripartitas y colegiadas, no garantiza un poder absoluto y si en cambio, el riesgo de tener un partido inmovil y ser fácilmente removido.
Deseo que el Partido Humanista logre superar su crisis y con ello, estar en posibilidad de ofrecer al pueblo mexicana, una nueva forma de hacer política.
¿Por qué decidimos unirnos al Partido Humanista? He aquí nuestras razones:
-- Por los ideales que el humanismo defiende y que creemos son los que México necesita para escapar de la espiral de delincuencia y corrupción que lamentablemente se está convirtiendo en una tendencia creciente.
-- Nos unimos al Partido Humanista, porque el humanismo reconoce que en la base de la sociedad está la persona humana y los derechos intrínsecos que ella tiene y que deben ser reconocidos plenamente por el Estado como derechos originarios, inalienables e imprescriptibles.
--Porque tenemos la convicción de que la democracia es el método que permite realizar los valores fundamentales de la persona, como titular primario que es de los derechos humanos.-- Porque creemos que todos esos valores deben estar garantizados mediante el debate sincero, la crítica constructiva, la libertad de opinión, del pluralismo partidista y periodístico de Internet libre, de la tolerancia, la publicidad de todo lo actuado por la autoridad, sea esta judicial, legislativa o administrativa. Por la asociación libre e individual de los ciudadanos y el voto secreto.
-- Por los ideales que el humanismo defiende y que creemos son los que México necesita para escapar de la espiral de delincuencia y corrupción que lamentablemente se está convirtiendo en una tendencia creciente.
-- Nos unimos al Partido Humanista, porque el humanismo reconoce que en la base de la sociedad está la persona humana y los derechos intrínsecos que ella tiene y que deben ser reconocidos plenamente por el Estado como derechos originarios, inalienables e imprescriptibles.
--Porque tenemos la convicción de que la democracia es el método que permite realizar los valores fundamentales de la persona, como titular primario que es de los derechos humanos.-- Porque creemos que todos esos valores deben estar garantizados mediante el debate sincero, la crítica constructiva, la libertad de opinión, del pluralismo partidista y periodístico de Internet libre, de la tolerancia, la publicidad de todo lo actuado por la autoridad, sea esta judicial, legislativa o administrativa. Por la asociación libre e individual de los ciudadanos y el voto secreto.
Nuestro nuevo partido se justifica porque nace con la ilusión, más aún, con el propósito firme de edificar un México limpio de corrupción y de delincuencia, o del contubernio de ambas. Un México transparente y seguro para todos los mexicanos.
Estamos invitando a ciudadanos que aspiren a que nuestro país evolucione como un genuino Estado de Derecho, donde tengamos la seguridad de que nuestras leyes se cumplen y protegen eficazmente nuestros derechos. Donde nuestros legisladores honren a cabalidad los principios que nuestra constitución encarna y los ciudadanos seamos respetados como origen y destino de toda la actividad pública, garantizando plenamente, las libertades y el derecho a vivir sin la amenaza de que la autoridad pueda estar coludida con la delincuencia. Pero estamos conscientes de que además de derechos, hay deberes que los ciudadanos debemos cultivar dentro de nuestras convicciones. Hay que trabajar también para formar una ciudadanía cada vez más responsable y digna. Que no coopere con el soborno, la mentira , la complicidad, la degradación moral y del ambiente. Que no venda su voto, que no acepte someterse al control de los corruptos, que cuide los recursos públicos y que luche para que haya transparencia del gasto público con el fin de cuidarlo para que las nuevas generaciones no nazcan más endeudadas. En suma, queremos ayudar a formar cada día ciudadanos más comprometidos con México y su futuro. Queremos intentar formar también una clase política nueva que represente los principios y los valores a los que aspira la nueva sociedad mexicana.