¿QUE PASA CON EL PARTIDO HUMANISTA?



¿Qué es un Partido Político?.

Un partido político no es más, que una organización de ciudadanos que busca la obtención o conservación del poder; las leyes políticas y electorales de algunos países, definen a los partidos políticos, como “entidades de interés público”, los cuales tienen como fin, promover la participación de los ciudadanos en la vida democrática, además de contribuir a la integración de la representación nacional.

Es lógico, los seres humanos se organizan en sociedades para cumplir con determinados fines, ya sea para constituir iglesias, sindicatos, cooperativas, empresas; porque no lo podrían hacer, para formar partidos políticos.  

El día 9 de julio de 2014, el Instituto Nacional Electoral, determinó que la organización de ciudadanos, denominada “Frente Humanista”, había cumplido con los requisitos legales para constituirse como partido político nacional.

Por ende, a partir de esa fecha, el denominado Partido Humanista cuenta con una serie de derechos y obligaciones, como entidad de interés público, con “igualdad” de derechos y obligaciones que los demás partidos políticos registrados, con el legítimo derecho, de arrancar el monopolio del discurso político, a las organizaciones políticas tradicionales que han gobernado el país, en los últimos ochenta años y que nada o poco han hecho, para solucionar la crisis de legitimación y representatividad de los gobernantes, hacia su pueblo.


En verdad, no es nada en contra de esos “partidos tradicionales”, cada uno de ellos tiene méritos importantes en la construcción democrática del país; del PRI se le reconoce su vocación civilista de lograr institucionalizar un país a través de gobiernos civiles, con un discurso y una doctrina ideológica, a la que le llamo “Revolución Mexicana”; al PAN se le reconoce siempre, su vocación democrática de crear ciudadanía y ejercer las libertades y derechos previstos en la Constitución; mientras que el PRD, haber emprendido la construcción de sistemas jurídico electorales que además de ser imparciales, profesionales, autónomas, reivindicara y exigiera, la aparición de nuevos derechos económicos, sociales, culturales, ambientales.

Sin embargo los tres partidos políticos tradicionales del país, PRI-PAN-PRD, no han podido dar a la ciudadanía, una apariencia de congruencia y civilidad democrática, ni han podido solucionar muchos de los problemas por las cuales sigue atravesando el país, entre ellos el lastre de la corrupción; la visión política de cada uno de ellos, no ha sido nunca la de construir un país democrático, con instituciones jurídicas y de derechos humanos efectivos; contrario a ello, los partidos tradicionales, sólo han buscado ganar una elección, para repartirse el jugoso “botín” que implica el erario público y desde luego, la administración pública, con todos los puestos y posibilidades de “hacer negocios”, además de echarle la culpa de los errores y “corruptelas”, a los del otro partido.

Bajo este esquema, la pregunta es, ¿Por qué un nuevo partido político?, ¿qué debemos entender con la aparición del Partido Humanista?.  Hoy como nunca, el  esquema político actual de los partidos políticos tradicionales (PRI, PAN y PRD), se encuentra en crisis, pero no solamente ellos, sino también se encuentran en crisis, los denominados “partidos políticos-satélites”, (PVEM, PANAL, PT y MC); opciones partidistas que nunca han mostrado una “cuarta opción”, sino que por razones de conveniencia, concretamente, para conservar su registro y con ello las prerrogativas económicas que ello implican, se han aliado con alguno de los tres partidos políticos tradicionales.

Tenemos entonces, que el PVEM, o también conocido como “Verde Ecologista” lo hizo con el PAN en el año 2000 y con el PRI en el 2006 y 2012; PANAL o “Nueva Alianza”, lo hizo en ciertos momentos con el PAN y luego con el PRI; mientras que el PT o “Movimiento Ciudadano”, MC, lo han hecho con el PRD, desde el año 2000.

¿Qué busca entonces el Partido Humanista?,  obviamente busca promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir también a la integración de los órganos de representación política y ser además, una organización ciudadana que tenga como objeto, el acceso y ejercicio del poder público, de acuerdo con su programa, principios e ideas que postule; lo anterior mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo, con reglas que aspiran a ser justas y equitativas; que hagan posible, la construcción de la democracia. ¡Ese es el fin del Partido Humanista¡. Un fin lícito, apegado a la Constitución y a las leyes, que rigen nuestro país.

No solamente es el fin del Partido Humanista, lo es de todos los partidos políticos; sin embargo en la contienda electoral que implica el sistema competitivo democrático, justo es resaltar las virtudes que tiene el Partido Humanista, que no tiene los demás partidos políticos.


¿Quiénes están detrás del Partido Humanista?.




La historia de México nos ha enseñado creer en una serie de mitos, mitad verdad, mitad fantasía, en las cuales se dice, que detrás de la constitución de un partido político, se encuentra “alguien”.

Se dice por ejemplo que en el caso del PRI, su gran creador, fue el entonces Presidente de la Republica Plutarco Elías Calles; en el caso del PAN, lo fue Manuel Gómez Morín; tratándose del PRD, en Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. En los partidos políticos “chicos”, se habla también de “padrinos”, por ejemplo el “Verde Ecologista”, con la familia González Torres, el partido Nueva Alianza, con la que fuera líder sindical Elba Esther Gordillo Morales, en el caso del PT con Raúl Salinas de Gortari, con Movimiento Ciudadano, el ex gobernador de Veracruz Dante Delgado. El último caso, MORENA, con el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, quién le dijo a los “opiniologos” de la sociedad, que se tiene que ser un presidente, o un grupo disidente priísta, o un sindicato magisterial o un excandidato presidencial, para poder formar un partido político?.

Quizás esa sea la razón de que el pensamiento mágico del que tanto he hablado, el principal motivo por el cual muchos piensan que “detrás” del Partido Humanista, se encuentra el expresidente de México Felipe Calderón. Político desprestigiado, no solamente por la forma en la que llego a la presidencia, sino también, por los daños colaterales que produjo su denominada guerra contra el narcotráfico.

Sin embargo, decir que Felipe Calderón es el “creador” del Partido Humanista, es una respuesta muy simple, que no exige ningún esfuerzo intelectual, ni mucho menos un pequeño trabajo de investigación política histórica.

Lo cierto es que la verdad de las cosas, es mucho más compleja. Detrás del Partido Humanista se esconden “expriístas”, “expanistas”, “experredistas” y hasta “exguerrilleros”; “ex” de todos y uno que otro despistado, como el que escribe esto.

Pero lo más importante de todo esto, es que detrás del Partido Humanista, se encuentran más de 220 mil ciudadanos que decidieron unirse en diversas asambleas, para dar origen a este instituto político.  Pudiera escucharse demagógico, pero no reconocerlo, es una muestra más de la actitud de muchos mexicanos de prejuzgar, de criticar sin fundamento, de demeritar no solamente la acción ciudadana para poderse organizar u formar instituciones político jurídicas, sino también, no reconocer la integración de miles de ciudadanos en la conformación de este nuevo partido político, es mostrar una vez más, ese deprecio a la ley, que nuestras instituciones corrompidas nos han enseñado aceptar de manera resignada y sin cuestionar; de buscar simple y sencillamente, respuestas fáciles de creer y también de crear mitos de mejor comprensión y menor complejidad.


La Historia del Partido Humanista




Poco o nada se ha dicho sobre la constitución de este partido político. Empezando por quienes son sus miembros. La única información que puede encontrarse del partido es en las redes sociales y eso de manera muy superficial, ni siquiera en forma detallada, en virtud de ni la propia página web del partido, ofrece información de quienes son los “humanistas”.

¿Entonces, que podemos decir del Partido Humanista?

El Partido Humanista tiene una historia que contar. Iniciemos por lo más fácil. ¿Quiénes son sus “padrinos” o sus “creadores”?.  Entonces la respuesta no nos remite al expresidente Felipe Calderón, ni a esa visión de estereotipo que tanto le gusta algunos “pseudoizquierdistas”, de pintar al Partido Humanista, como un partido “fascista” o de la “derecha” o “conservador”.

Los líderes del partido, son tres personas, que no fueron presidentes de la Republica, ni líderes de la disidencia priista o perredista, ni mucho menos, candidatos presidenciales.

Sus líderes, son tres personas. Sus nombres: Ignacio Yris Salomón, Ricardo Espinoza López y Javier Eduardo López Macías.  Pero esos líderes sociales, no nacen de la generación espontánea, sino su “aparición”, responde a la de un país plural y diverso, donde los medios de comunicación cuasi monopólicos, poco informan, sobre aquello que “no es noticia”.

El Partido Humanista, nace de la coalición de tres organizaciones de la sociedad civil. En un país, donde existe por lo menos 35 mil organismos de la sociedad civil; no debería extrañarnos, el que haya existido tres organizaciones que se hayan fusionado para conformar un nuevo partido político. ¿Eso debe causarnos sorpresa?.

De ahí que podemos decir, que el Partido tiene su origen, no solamente en esos tres liderazgos, Ignacio Yris, Ricardo Espinoza y Javier López, sino que también en tres “expresiones” o llamadas “tribus” (como dicen los “perredistas”).  Esas organizaciones fueron CODUC, MRD y  UNIMOSS.  

Lamento decir pues con lo antes dicho, que el padre del Partido no es el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, ni tampoco, el movimiento internacional del Partido Humanista, el cual tiene sus orígenes en el filósofo Mario Luis Rodríguez Cobos “Silo”; pues estos dos personajes, no son los fundadores del Partido Humanista mexicano; eso es lo primero que tenemos que reconocer y que todo aspirante a ingresar a las filas del Partido, debe de saber.

Felipe Calderón no es el “padrino” del Partido Humanista, ni tampoco el movimiento internacional humanista del filósofo argentino Mario Silo. El Partido Humanista en México, como muchas cosas de nuestro país, nació de su propia coyuntura histórica, es decir, nació a la “mexicana”.

Los principales dirigentes que conformaron la constitución de este partido político son Ignacio Irys Salomón, Ricardo Espinoza López y Javier Eduardo López Macías.


¿Quiénes son estas personas?.



Ignacio Irys Salomón fue dirigente de la Confederación Nacional Campesina del Partido Revolucionario Institucional, fue también expresidente de la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas (CODUC) y confundador del Partido Socialista de los Trabajadores, Partido Mexicano Socialista, Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y Partido de la Revolución Democrática. En el año 2006 se alió con Patricia Mercado, para formar el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina.



Ricardo Espinoza López fue un líder sindical promotor de un sindicalismo democrático, representante de México ante la Organización Internacional del Trabajo y ex consejero titular de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos. Durante el gobierno del expresidente Vicente Fox Quesada, formó la Alianza Sindical Mexicana, constituyéndose después de la CTM y de la UNT en una “tercera” confederación obrera. Posteriormente, decidió conformar con el apoyo del Partido Estatal Alternativa Democracia del Estado de Veracruz, la agrupación política nacional denominada “Movimiento Representativo y Democrático” MRD, el cual posteriormente, se adhirió al Frente Humanista, en la integración de dicho partido.



Javier Eduardo López Macías fue un ex militante del Partido de Acción Nacional por más de treinta años, fue también directivo de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Secretario de Desarrollo Social en el Ayuntamiento de Torreón, funcionario del ex Presidente Vicente Fox Quesada , prosélito del expresidente Felipe Calderón Hinojosa y Josefina Vázquez Mota. Fundó además la Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (Unimoss), la cual agrupa a más de 80 organizaciones productores agrícolas.

Las tres organizaciones celebraron un “pacto” para constituir el partido político “Frente Humanista”, el que después cambiara de denominación para llamarse simplemente, en Partido Humanista.

De estos tres “padres” fundadores, podemos dividir el partido en dos corrientes ideológicas, la llamada “izquierda” presidida por Ignacio Irys Salomón líder de la expresión CODUC, llamada actualmente “SINERGIA”; y el ala de “derecha”, representada por Javier López Macías y Ricardo Espinoza López, líderes de las expresiones UNIMOSS y MRD.








Así entonces, los “padres partidistas” del Humanista serían dos, el “PRI-PST-PFCRN-PRD-PASC-PSD”, representado por Ignacio Irys Salomón líder de SINERGIA; y el “PAN”, representado por  Javier López Macías y Ricardo Espinoza López, líderes de las expresiones UNIMOSS y MRD.

Esa mezcolanza de fuerzas en el terreno práctico, muestra el predominio de dos fuerzas: SINERGIA (antes CODUC) y UNIMOSS; el caso de MRD, cuenta con una presencia únicamente en el Estado de Veracruz y Tamaulipas.

Hablando en términos coloquiales, los “dueños” del partido por lo tanto, serían dos personas: Ignacio Irys Salomón y Javier Eduardo López Macías. Sin embargo, el diseño normativo con el cual se encuentra constituido este partido, impide la existencia de "dueños". 


La Constitución del Partido Humanista



 El treinta de enero de dos mil trece, los ciudadanos Ignacio Irys Salomón, Ignacio López Pineda, Mario García Sordo, Laura Cortés Aguilar y Raul Callejas Sandoval representantes legales de la organización Frente Humanista, notificaron al entonces Instituto Federal Electoral el propósito de dicha organización de constituirse como Partido Político Nacional.

 Entre el dos de septiembre de dos mil trece y el veinticuatro de enero de dos mil catorce, se llevaron a cabo (470) asambleas, celebrándose únicamente doscientas diecinueve (219) y cancelándose doscientas cincuenta y uno (251) por falta de quórum; asimismo la organización acredito 80, 964 personas que asistieron a dichas asambleas y más de 270, 966 afiliados.  

¿Cómo se fue llevando a cabo todas esas asambleas?.  Pues juntando liderazgos regionales de todas partes, sin buscar filiaciones partidistas, más que la coincidencia, de conformar un nuevo partido político en el cual, pudieran coincidir todas las ideologías políticas. 

Pueda sonar extraño, tomando en cuenta que el partido político "gemelo" del Humanista, es el "MORENA" que convocara en su integración el doblemente ex candidato presidencial Andres Manuel López Obrador, figura publica conocida en los medios de comunicación, el cual su poder de convocatoria es amplia, para poder cumplir fácilmente con los requisitos legales de conformación de un nuevo partido político. (No hay que olvidar que obtuvo 15 millones de votos en la elección del 2012). Máxime, que parte de sus integrantes, provienen de la disidencia del PRD y otros más, de la administración pública, como lo es el caso, del Gobierno del Distrito Federal. 

Sin embargo, en un Partido como el Humanista, este no nació con el impulso de los medios de comunicación; ni siquiera de una disidencia panista como ocurrió en el PRD; de haber sido ese el caso, el ex Secretario de Hacienda Ernesto Cordero, en sus diferencias con el expresidente del PAN Gustavo Madero, pudo haber convocado la creación de un partido y entonces, el Partido Humanista pudo haber sido el "MORENA" del PAN; pero la verdad no fue así.  Quizás, eso hubiera sido la prueba fehaciente de los críticos para que entonces pudiera coincidir su fantasía política de la autoria intelectual del Partido Humanista en el expresidente Felipe Calderón, pero la verdad, es que no fue así.  

Un ejemplo de la integración del Partido Humanista en algunas localidades, lo tenemos en la Delegación Cuauhtémoc, Distrito Federal; el cual puede servir de muestra de como se fue conformando este partido, sin el apoyo ni de la "disidencia" panista, ni del expresidente Felipe Calderón. 

En la Delegación Cuauhtémoc, los liderazgos que conformaron este partido, se encuentra Ignacio Pinacho, quien fue candidato a diputado por el PRD en 1994; Virginia Jaramillo, quien fue Diputada y Jefa Delegacional en Cuauhtémoc, también por el PRD, simpatizante ademas de Andrés Manuel López Obrador; a estos sumamos, Francisco Javier Solís Peón alias “pancho cachondo”, quien fue ex diputado del PAN, así como Miguel Alberto García García ex candidato a diputado por Nueva Alianza en el 2012.  Con este ejemplo, podemos notar que los “padres putativos” del Partido Humanista, son el PAN y el PRD.

Bastaría citar ejemplos similares en una investigación de campo, para comprobar que el Partido Humanista, es la suma de organizaciones y liderazgos regionales, que se unieron, precisamente, con la idea de poder cumplir con los requisitos legales para la constitución de un partido político.

 En consecuencia, en este caso en particular, con esa pluralidad de liderazgos en diversas regiones del país, fue que mediante Acuerdo INE/CG95/2014, el Instituto Nacional Electoral le otorgó el registro al Partido Humanista el carácter de partido político nacional, habiendo competido este, con otras 51 organizaciones políticas que también buscaron constituirse como partidos políticos y que por momentos, parecía que tenían asegurado su registro, como fue el caso de la organización que conformaron Rosario Robles y Rene Arce de extracción perredista, con Manuel Espino expanista, al que le llamaron “Partido Concertación Mexicana” y que por cierto, no obstante de haber apoyado la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, no lograron cumplir con los requisitos legales para constituir un partido político nacional.  

Sin embargo, el Partido Humanista sin el apoyo de todo ese aparato oficial de los medios de comunicación y sin la presencia de liderazgos nacionales también de repercusión política nacional, si pudo hacerlo. 




Una nueva forma de Partido

Los partidos políticos tradicionales tienen una organización jurídica, en donde lo que impera es la gobernabilidad del partido, a cargo de un solo individuo, a diferencia del PRD, como expondré más adelante.

Los partidos políticos tradicionales tienen una gobernabilidad muy parecida a la Constitución de cualquier país. Su poder soberano es la Asamblea Nacional; la cual tiene un poder supremo pero provisional, temporal, no es permanente y se cita a ella, cada tres años.

Los “poderes constituidos” del partido, son el Consejo Político, el Presidente del partido y el Consejo de Honor y Justicia.  Se le llama Consejo Político al órgano deliberativo, que toma decisiones (similitud al Poder legislativo), para que entonces, el Presidente, apoyado por su burocracia partidista (Las Secretarias del Partido), pueda cumplir con los mandatos de su Consejo Político. Finalmente, la Comisión de Honor y Justicia viene siendo el “poder judicial” del partido.

Así funcionan todos los partidos, con algunas pequeñas variantes.

Por ejemplo el PRI se compone en su seno interno por tres “sectores”, que son el “sector agrario” la CNC, el “sector obrero” la CTM y el “sector popular “CNOP”; mucho más sofisticado es el PRD que en su composición interna, se encuentran diversas expresiones o “corrientes de opinión”, (la prensa les llama “tribus”), las más conocidas de ellas, son Nueva Izquierda, Izquierda Democrática Nacional, Foro Nuevo Sol, por citar solo algunas de ellas.  (Aunque también la prensa, las identifica por los apodos de sus líderes, “chuchos”, “bejaranos”, “antichuchos”, etc).

Sin embargo en el Partido Humanista su composición es diferente. Es un partido que privilegia el tripartidismo y las decisiones colegiadas.

Es un partido tripartidista, porque aunque sus estatutos no refiera la existencia de sectores, expresiones o corrientes de opinión, como ocurre en el caso del PRI y del PRD, en la práctica, existen tres organizaciones sociales que dieron origen y estructura al partido: UNIMOSS, SINERGIA y MRD. 

Este tripartidismo se observa con la existencia de una figura institucional que no existe en los demás partidos, que son las llamadas “Comisiones”.  Así tenemos, que la Comisión de Vinculación, o la Comisión de Elecciones, o la de Transparencia, se compone por tres miembros.  El “acuerdo tácito”, fue que la integración de esas comisiones, era tripartidista, en razón de que cada expresión, debía de estar representada y con ello, garantizar, un total equilibrio, de que ninguna fuerza, llegara a tener control del partido.

La otra característica del partido, es su composición colegiada en la toma de decisiones. Por ejemplo, además de existir el órgano deliberativo que es el Consejo Político, la instancia ejecutora, no se encuentra depositada en un solo individuo, como ocurre con los presidentes del Partido, sino que se encuentra depositada, en una instancia colegiada, denominada “Junta de Gobierno”, el cual es presidida por un Coordinador Ejecutivo, quien se hace acompañar por otros dos subcoordinadores y por los titulares de las Secretarias y Comisiones; el periodo en el puesto de coordinador, es de un año, el cual va cambiando de forma rotativa, con los otros dos subcoordinadores.

Este tipo de organización interna del partido, me puede despertar algunas críticas a favor y otras en contra.

Las criticas  favor, consisten en su composición plural. Privilegiar el consenso, por encima del mayoriteo es una práctica democrática. ¡Nadie es dueño del partido¡. La decisión colegiada, se impone sobre sobre la decisión individual.

La crítica en contra, es el constante asambleísmo deliberativo en la que se encuentra sumergido el partido. No basta una Asamblea Nacional y el Consejo Político, sino que también, se crea una Comisión Nacional Política en el que se delibera las políticas que debe seguir el partido; además la Junta de Gobierno, quien debe actuar de forma colegiada, es decir, con la mayoría de sus integrantes, lo que significa que también, ellos también hacen sus pequeñas asambleas. 

Por lo tanto, la composición y gobernanza del partido es de mucho “¡Bla-bla-bla¡” y poca acción. Ese es el riesgo de las instancias colegiadas.  Deliberar lo que se va hacer, coloca al partido en una situación prácticamente de inmovilidad. Pues mientras que los demás partidos el presidente ejecuta lo que dice el Consejo Político y los Estatutos; en el caso del Partido Humanista, el Coordinador, se encuentra sujeto, a lo que delibera, el Consejo Nacional, la Comisión Política y la Junta Nacional de Gobierno. Son pues, muchas asambleas para pocas acciones.

La gobernabilidad de los partidos no debería ser un problema, cuando existe unidad en el mismo, acompañada esta, de la llamada “disciplina partidista”, donde los militantes del partido, se “alinean”, una vez que los dirigentes toman las decisiones, sean estas de agrado o no de la militancia.  Un claro ejemplo de gobernabilidad partidista, lo encontramos en el PRI. Pues sus situaciones de crisis, terminan siendo resueltos, con “acuerdos de unidad” y de una “operación cicatriz”, donde las partes en conflicto ganan.

Pero eso no ocurre en el PRD, o inclusive en el PAN, donde las partes en conflicto, no se subordinan a ese autoritarismo y por ende, se “rebelan”, al riesgo, de que el partido pueda fracturarse, tal como ocurrió con el PRI en 1987, lo que diera origen al PRD, o bien, la escisión de este último, con la aparición de MORENA.

¿Sucede algo así parecido con el Partido Humanista?.


La pregunta es: ¿Ingobernabilidad en el Partido Humanista?

En un partido autoritario como ocurre en el caso del PRI o de MORENA, solo bastaría la decisión suprema de su jefe político para resolver un conflicto.

Pero en un partido democrático, compuesto por instancias colegiadas y métodos deliberativos, como ocurre en el Partido Humanista, no existe la posibilidad de que los “dueños” del partido o el “Jefe político” de éste, pueda resolver el conflicto; luego entonces, el mismo, sino puede ser resuelto políticamente, no queda otra instancia que la vía judicial. Finalmente, la institucionalidad, es la solución racional a los conflictos. Sino existe entonces esa disciplina partidista, no queda otro remedio que la coacción que ordenen los órganos jurisdiccionales.

Ningún conflicto surge de la generación espontánea, pues todo acto, no surge de la ocurrencia de sus autores, sino que son consecuencias de sus respectivas causas.

El Partido Humanista nació oficialmente el 1 de agosto del 2014, pero su vida institucional es nula. No tuvo oficinas en sus primeros cuatro meses. Los dirigentes del partido, siguieron en su lógica de sentirse más miembros de la “corriente” o “expresión política”, que del partido mismo. Algunos militantes, dicen con orgullo, ser de SINERGIA, o de UNIMOSS, más que reivindicar su sentido de pertenencia a la corriente, lo único que hacen, es continuar con una lógica que no contempla, la visión institucional de comprender, lo que es un partido político.

Por momentos pareciera que el Partido Humanista, fuera una confederación de tres tribus, donde ninguna de ellas, quería soltar su respectiva cuota de poder; donde cada tribu, defendía su rebanada, en vez del pastel y lo que es peor, de no hacer que el pastel, creciera.

Se le imputa a UNIMOSS ser una empresa familiar y “elitista”, donde todos son familia y donde para variar, los cargos y comisiones partidistas, se encontraban depositadas, en miembros de la misma familia. Se le reprocha a SINERGIA, su visión radical, social, mitotera, inclusive hasta “naca” o “corriente”, de querer hacer discusiones por y todo, sin ton ni son; se le reprocha a MRD, su inexistencia y conveniencia de inclinarse, al mejor postor.  

El partido Humanista en su absurda división de tribus, se le ha olvidado lo más importante. ¡Ser un partido político¡.

Decisiones relevantes ocurrieron en el año 2014, como lo fue la reforma fiscal, financiera, energética, el informe de gobierno, el conflicto estudiantil del Politécnico o los lamentables hechos ocurridos en Ayotzinapan Guerrero, inclusive, la sorprendente reanudación de labores entre Estados Unidos y Cuba; y mientras eso ocurría, el Partido Humanista no tenía oficina donde poder despachar, ni citaba a conferencias de prensa para emitir posicionamientos, ni siquiera emitía un boletín a la prensa para conocer una postura; el partido pues, tampoco, parecía tener una vida institucional partidista, ni siquiera ningún blog o un video en el canal you tube.  UNIMOSS seguía siendo UNIMOSS y CODUC a lo mas que hizo, fue convertirse en SINERGIA.

Podríamos formular más críticas. Decir por ejemplo, que a más de cinco meses de la integración del partido, este sigue sin tener una página de internet y resulta evidente, que el partido no ha cumplido sus obligaciones de transparencia; su opacidad en el manejo de los recurso públicos, puede generar profundas desconfianza, en el manejo de los recursos y lo que es peor, demostrar con sus hechos, la sospecha ciudadana de desconfiar de los nuevos partidos.  Nada de esto hubiera ocurrido, si alguien en el partido, hubiera contratado a un ingeniero o un diseñador y les hubiera abierto, una página de internet decente.  ¡Pero no es así¡. Al rato vendrán las sanciones del INE y el escarmiento de la prensa nacional, al criticar sin miramiento alguno, lo que ningún militante del Partido, se atrevido decirles.


Criticas y mayores críticas merece un partido, que ante la misteriosa omisión de no tener oficinas, llevaba a cabo sus eventos, en lujosos hoteles de la Ciudad de México. Donde el tiempo paso y termino el año, sin que los ciudadanos de este país, al menos, los de la Ciudad, pudiera conocer, ni siquiera un cartel, un tríptico, un espectacular; sólo el mismo comercial de televisión del celular, pero nada relevante que logrará colocar al Partido Humanista, en el lugar, en que merece estar.


La ciudadanía exige mayor seriedad y prudencia de la nueva clase política. Si   no pueden resolverse en forma amigable, entonces, acúdase a las instancias jurisdiccionales, pero no debe perderse de vista, que los puestos son temporales, que ser Coordinador Ejecutivo en un partido de instancias tripartitas y colegiadas, no garantiza un poder absoluto y si en cambio, el riesgo de tener un partido inmovil y ser fácilmente removido.


Deseo que el Partido Humanista logre superar su crisis y con ello, estar en posibilidad de ofrecer al pueblo mexicana, una nueva forma de hacer política.

No me queda, más que hacer mias las palabras de la Doctora Rosa María Peña, académica de la UNAM, exconsejera electoral del Instituto Federal Electoral en el Distrito Federal, actualmente precandidata a diputada federal. 
¿Por qué decidimos unirnos al Partido Humanista? He aquí nuestras razones:
-- Por los ideales que el humanismo defiende y que creemos son los que México necesita para escapar de la espiral de delincuencia y corrupción que lamentablemente se está convirtiendo en una tendencia creciente.
-- Nos unimos al Partido Humanista, porque el humanismo reconoce que en la base de la sociedad está la persona humana y los derechos intrínsecos que ella tiene y que deben ser reconocidos plenamente por el Estado como derechos originarios, inalienables e imprescriptibles.
--Porque tenemos la convicción de que la democracia es el método que permite realizar los valores fundamentales de la persona, como titular primario que es de los derechos humanos.-- Porque creemos que todos esos valores deben estar garantizados mediante el debate sincero, la crítica constructiva, la libertad de opinión, del pluralismo partidista y periodístico de Internet libre, de la tolerancia, la publicidad de todo lo actuado por la autoridad, sea esta judicial, legislativa o administrativa. Por la asociación libre e individual de los ciudadanos y el voto secreto.
Nuestro nuevo partido se justifica porque nace con la ilusión, más aún, con el propósito firme de edificar un México limpio de corrupción y de delincuencia, o del contubernio de ambas. Un México transparente y seguro para todos los mexicanos.
Estamos invitando a ciudadanos que aspiren a que nuestro país evolucione como un genuino Estado de Derecho, donde tengamos la seguridad de que nuestras leyes se cumplen y protegen eficazmente nuestros derechos. Donde nuestros legisladores honren a cabalidad los principios que nuestra constitución encarna y los ciudadanos seamos respetados como origen y destino de toda la actividad pública, garantizando plenamente, las libertades y el derecho a vivir sin la amenaza de que la autoridad pueda estar coludida con la delincuencia. Pero estamos conscientes de que además de derechos, hay deberes que los ciudadanos debemos cultivar dentro de nuestras convicciones. Hay que trabajar también para formar una ciudadanía cada vez más responsable y digna. Que no coopere con el soborno, la mentira , la complicidad, la degradación moral y del ambiente. Que no venda su voto, que no acepte someterse al control de los corruptos, que cuide los recursos públicos y que luche para que haya transparencia del gasto público con el fin de cuidarlo para que las nuevas generaciones no nazcan más endeudadas. En suma, queremos ayudar a formar cada día ciudadanos más comprometidos con México y su futuro. Queremos intentar formar también una clase política nueva que represente los principios y los valores a los que aspira la nueva sociedad mexicana.

Esas, después de todo, también son mis palabras. 

















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