MARCELINO GARCÍA BARRAGÁN, JAVIER GARCÍA PANIAGUA Y OMAR GARCÍA HARFUCH. ¡LA DINASTÍA MILITAR-POLICIACA¡
A
propósito del atentado contra el Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad
de México. Salen las voces “críticas” a denostar a Omar García Harfuch, por su
descendencia consanguínea con “personajes siniestros” de la historia
contemporánea de Mexico.
A decir verdad, existen temas que las visiones políticas
partidistas, formadas ideológicamente en la repetición de los clichés y no de
las ideas, jamás podrían entender.
Si bien es cierto, el caso de la familia de García Harfuch,
demuestra la existencia de dinastías familiares y de élites gubernamentales que
sobreviven a los sexenios, concretamente a las administraciones públicas
emanadas de diversos partidos políticos; también lo es, que existen
descendencia de hombres, educados y formados, para servir a ideas, muchas de
ellas incomprensibles para nosotros, pero para otros, de gran valor, como lo es
la lealtad, la institucionalidad y el amor a la Patria.
Marcelino García Barragán fue un verterano de la Revolución
Mexicana, que combatió en las filas villistas; amigo de Lázaro Cárdenas, con
quien entabló una relación de subordinación política, el cual al día de la
fecha, sigue sin conocerse. En 1952 pudo haber secundado el golpe de Estado
contra el Presidente Alemán Valdez, por el fraude electoral realizado en contra
del candidato presidencial Miguel Henriquez Guzmán y sin embargo no lo hizo; en
1968 tuvo una destacada participación y no, por responsabilizarlo por el
genocidio estudiantil, sino por no desconocer ni deteriorar la Institución
Presidencial que representaba Díaz Ordaz.
El mérito de un hombre como Marcelino García Barragán, fue no
haber dado ese golpe militar, cuando contaba con los medios para hacerlo;
situación que cómodamente pudo haber hecho, dada la moral política que se vivía
en su época en America Latina, donde era muy común dar “cuartelazos” militares,
con el pleno respaldo de los Estados Unidos de America, máxime que el discurso
diazordacista era coincidente con la doctrina de seguridad nacional impuesta
por dicha potencia, respecto a la lucha contra el comunismo internacional.
El hijo del general García Barragán, fue Javier García Paniagua,
quien se dedicó a la política, habiéndose desempeñado como Senador y Presidente
Nacional del PRI; pero también se desempeñó en funciones policiacas y de seguridad
nacional, como haber sido Director Federal de Seguridad en la administración
del Presidente José López Portillo y posteriormente Secretario de Protección y
Vialidad - hoy Secretaria de Seguridad Ciudadana de la CDMX - durante la
administración del Presidente Miguel de la Madrid Hurtado.
El mérito de un hombre como Javier García Paniagua, fue conocer
las entrañas de la Seguridad Interior del país. Mucho se habla del Jefe Arturo
“el Negro” Durazo, a quien le atribuyen haber sido el “mejor jefe de la Policia
en la historia del país”, pero quien realmente “hizo la chamba”, de modo
eficiente y discreto, fue García Paniagua, quien le tocó vivir la oleada
guerrillera centroamericana y la gestación de los carteles del narcotrafico,
muchos de ellos provenientes de Sudamérica.
El hijo del licenciado García Paniagua es Omar García Harfuch,
quien aprovechando el abolengo de su abuelo y padre, ingresó a la Policia para
convertirse en un profesional de la misma. Su abuelo no fue militar de carrera,
sino que se hizo en la Revolución y en las tempestades violentas de la misma;
mientras que su papa, continuó la tradición autoritaria de su educación, al
haber sido un hombre formado, en la cultura autoritaria presidencialista de su
época. Un hombre que ayudó a conservar la tan anhelada “paz social” del país,
que tanto ambicionaron los paises de America Latina.
Omar García Harfuch curso estudios de derecho y en seguridad
pública, además estudios especializados en la DEA y el FBI, fue servidor
público en la (desaparecida) Policia Federal y Procuraduría General de la
República (hoy Fiscalía General) y a diferencia de su papa y de su abuelo, el
estudio y se profesionalizó para ocupar y desempeñarse en funciones policiales.
La época de García Harfuch no es el de la guerra fría y del
Mexico autoritario que vivió su padre y abuelo; sino el de una época global,
donde el crimen organizado ha adquirido una fuerza, que le ha logrado arrebatar
al Estado, de su monopolio financiero y de la violencia. Donde además predomina
la tecnología y sobre todo el nuevo paradigma de los derechos humanos, donde la
Inteligencia y el respeto a la dignidad de las personas, ha puesto límites a
las viejas prácticas policiacas de la tortura.
El, a diferencia de su padre y abuelo, logró sobrevivir a una embestida
de ráfaga de balas y explosivos que ni en los peores años de la guerrilla
comunista, la llamada “guerra sucia” mexicana, habían atentado contra algún
funcionario.
Los “tres García”, constituyen una dinastía política digna de
estudio, hombres que atendiendo cada uno a su época y circunstancias, les ha
tocado lidiar, contra un poderoso enemigo, que pone en riesgo la Paz y la
Seguridad del país que les tocó cada uno vivir.