LORENZO CORDOVA VS LORENZO CORDOVA (La diferencia entre el escribir y el votar).
Arnaldo
Cordova, fue un gran pensador de la historia de México. Además de haber sido
Doctor en Derecho y en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional Autónoma
de México, su obra académica sirvió, para entender al sistema político mexicano
en el siglo XX, gobernado de manera autoritaria por el PRI y legitimado éste,
en un hecho histórico que el régimen priísta bautizó, como “Revolución Mexicana”.
Al
menos, así creció mi generación. La primera vez que conocí la obra académica de
Arnaldo Cordova, fue allá por los años 90’s, fue en las estanterías de la Biblioteca del
CCH Azcapotzalco, era el libro de la “La ideología de la Revolución Mexicana”,
publicado por Ediciones Era. Posteriormente conocí otra de sus obras, “La
Formación del Poder Político en México”, “la Revolución y el Estado en México”;
así pues, Cordova, “ideólogo del régimen”,
calificó a la Revolución mexicana, como “democrática-liberal, agraria, popular
y antimperialista”; aunque realmente, al leerlo, descubre uno que la revolución
mexicana fue bonapartista, lo que dió origen a un Estado paternalista,
reformista, autoritario e “institucionalizado”, a través de la figura del
Presidente de la República.
¡En
fin otros tiempos¡. Lo cierto es que el sistema político mexicano se convirtió
en una “dictadura perfecta”, en una “monarquía sexenal hereditaria en vía
transversal”, en un régimen de “tapados”, cuya crisis de institucionalidad
comenzó en el movimiento estudiantil de 1968, pero que se agravó mas, con las
polémicas elecciones de 1988.
La caída
del muro de Berlin, el surgimiento de la nueva era global, la aparición del
internet y con ello, la denominada “Sociedad de la Información”, obliga
obviamente a que los nuevos pensadores, tengan no solamente la visión, sino la
congruencia, de aquellos intelectuales que ayudaron, a interpretar el régimen
político en los tiempos del Estado del siglo XX; así como en su momento lo hizo
Arnaldo Cordova, lo menos que podría esperar es que su hijo, Lorenzo Cordova,
hiciera algo parecido, a lo que hizó su padre.
Lorenzo
Cordova Vianello es un joven talentoso, es un Licenciado en Derecho por la UNAM
y Doctor en Teoría Política por la Universidad de Turin, Italia; es Profesor de
la Facultad de Derecho de la principal y la mejor Universidad Publica de todo
el país, nos referimos a la UNAM, además es investigador del Instituto de
Investigaciones Jurídicas y forma parte, de la elite de científicos sociales,
pues pertenece también al Sistema Nacional de Investigadores CONACYT.
Hombre
pues, culto, letrado, de un conocimiento político, jurídico, electoral,
envidiable; ha sido docente de otras Instituciones educativas de gran prestigio
como lo es el CIDE, Centro de Investigación y Docencia Económica, o bien, la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), con sede en México, que más
podría decirse a un personaje público, con la gran cualidad de haber sido hijo,
de un gran académico como lo fue su padre. Lorenzo Cordova, pues, con toda su
trayectoria académica y el linaje de la sangre de quienes contribuyeron a la
formación de una conciencia critica al sistema político mexicano, fue designado
por las dos terceras partes de la Cámara de Diputados, para ser ni más ni menos,
que el Presidente de la máxima autoridad encargada de preparar y organizar en
toda la Republica Mexicana. elecciones libres, autenticas, democráticas, bajo
un sistema electoral, que busca aun pese a todas sus criticas, garantizar un
régimen democrático, plural, equitativo.
Su
libro “Derecho y Poder. Kelsen y Schmitt frente a frente”, editado por el Fondo
de Cultura Económica en el año 2009, fue citado en la tesis doctoral de
Ciencias Políticas por la UNAM, de también un expresidente del entonces llamado
Instituto Federal Electoral, llamado Isaac
José Woldenberg Karakowsky.
Al
abordarse en dicha tesis doctoral, Woldenberg, cita a Cordova, en la defensa de
un sistema plural de partidos, el cual logró “…desmontar un sistema autoritario
(casi monopartidista) para construir una germinal democracia”.
Cordova
– citado por Woldenberg - critica la visión de Schmitt, al concebir este un
pueblo, como una entidad indiferenciable, como masa compacta, como voluntad
única, como un bloque; la pluralidad
divide, confunde, entrampa, resulta onerosa; en defensa de todas esas criticas,
Lorenzo Cordova dice: “excluir a una minoría de la creación del orden jurídico
sería contrario al principio democrático y al principio mayoritario, aun cuando
la exclusión sea decidida por la mayoría”.
La
opinión de Cordova no podría esperarse de un hombre inteligente y sin duda
alguna, de un líder de la opinión pública intelectual.
Seguramente
Cordova con su formación jurídica y doctoral, cuenta con estudios sumamente
avanzados, que le permiten conceptualizar, la construcción de un Estado Democrático
Constitucional, al que tanto ha escrito algunos juristas internacionalistas
como Manuel Atienza, Luigi Ferrajoli, Bellagio,Giacomo Gavazzi, Mario Cattaneo,
Norberto Bobbio, Uberto Scarpelli, Gustav Radbruch, por citar solo algunos de
ellos; supongo pues, que haber sido un estudiante brillante y haber sido hijo
de un distinguido intelectual del sistema político mexicano, (el cual por
cierto, también fue diputado federal), tuvo a diferencia de millones de mexicanos,
de mejores oportunidades que al menos, muchos estudiantes de derecho y de
ciencias políticas, no han tenido, para poder cursar estudios de posgrado, en
una Universidad Europea.
Lorenzo
Cordova, no solamente fue la mejor creación biológica, social, cultural y
académica, que en vida, pudo haber hecho su padre Arnaldo Cordova; sino que
también, Lorenzo Cordova, es la mejor inversión pública, que las contribuciones
de millones de mexicanos han erogado, para pagar sus impuestos convertidos en
recursos públicos, llámese UNAM, CONACYT, o CIDE, a un jurista y politólogo excepcional,
de indudable prestigio, que fue a Europa, a cursar estudios doctorales. Y que
además, no fue a estudiar en cualquier país europeo, sino que fue a Italia, una
región que a diferencia de México, donde se vivió un sistema autoritario y
paternalista, como el que describió su padre; sino a un país, donde se vivió un
régimen totalitario, antidemocrático, militar, como lo fue el Fascismo.
Quisiera
suponer que haber tenido la oportunidad de haber estudiado en Italia y de haber
leído, a ilustres juristas y politólogos de vanguardia en el conocimiento
social, formó a uno de los grandes intelectuales y académicos, de éste país.
Que mejor distinción, que la Cámara de Diputados, integrado por 500
legisladores de varias fuerzas políticas, lo hayan designado, Consejero
Presidente, del máximo órgano electoral de toda la República Mexicana.
Y es
por todo ello, que desconcierta que un hombre letrado de ese linaje e
investidura, se haya atrevido a decir, en una sesión histórica del Consejo
General, todo aquello que nunca debió de haber dicho.
Y no
me refiero desde luego a la llamada telefónica que fue intervenida, en el cual,
se mofaba de la forma de hablar, de unos mexicanos con identidad indígena, provenientes
del Estado de Guanajuato; no, no me
refiero a eso; sino a su poca congruencia, con su calidad
intelectual, al verse éste, no como el hombre de ideas que fue su padre, o la
gran inversión pública que este país, ha hecho, para crear cuadros de
profesionistas y funcionarios públicos, auténticamente profesionales,
especialistas, autónomos, con amplio criterio institucional y no, de ninguna
manera, como un empleado más de la burocracia insensible, un subordinado que
obedece ciegamente, normas jurídicas, arbitrarias, oscuras y ambiguas.
Son
tiempos de cambio para este país. El México del siglo XXI, no es el del Siglo
XX. La dinastía de Anastasio Cordova, no pudo haber sido el de un hombre que
acepta y confiesa, que su autonomía y pensamiento intelectual, de nada sirve,
ante una visión positivista, al que tanto criticaron (y siguen criticando), los
juristas y politólogos italianos, de los cuales, Cordova, muy seguramente, aprendió
de ellos en sus años de estudiante de la Universidad de Turin. (Y los habrá estudiado,
porque seguramente, sino cursó clases con ellos, si al menos seguramente, los
habrá leído).
Así
pues, mientras los Ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, resolvieron el amparo 237/2014, respecto a la inconstitucionalidad
de diversos preceptos normativos de la Ley General de la Salud que prohíbe la
siembra y consumo de marihuana, como un acto que atenta la libertad personal de
los seres humanos, acorde su fallo, con la jurisprudencia de la Corte
Constitucional de Alemania y de Estados Unidos de América; resulta que en el
caso de Lorenzo Cordova, en su calidad de Presidente del Consejo General del Instituto
Nacional Electoral, líder de opinión ante la sociedad y muy seguramente, con
sus compañeros consejeros electorales, no pudo interpretar una sentencia del
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que le obligaba,
respecto a las demandas del Partido del Trabajo y del Partido Humanista, a
realizar el computo de votos de la totalidad de los 300 distritos electorales,
así como realizar una interpretación constitucional del artículo 41, la cual,
debía valorar el derecho de asociación política, de votar, ser votado y tomar
en cuenta sin duda alguna, el principio pro personae que consagra el deber de
toda autoridad, de respetar, proteger y garantizar los Derechos Humanos.
Pero
no fue así, quizás el Consejero Presidente este mas preocupado en construir un
edificio al INE y no de construir democracia, en una sociedad como la nuestra,
tan clasista, desconfiada y lastimada, con altos índices de corrupción, con
miles de muertos y desaparecidos, con periodistas y mujeres asesinados, y
también desde luego, con estudiantes desaparecidos y ejecuciones
extrajudiciales. Un país, que ante la falta de democracia, no existen los derechos
humanos.
El
caso es, que Lorenzo Cordova no es acorde con lo que escribió, estudió y
aprendió, de distinguidos maestros, entre ellos su padre.
¡Que
lástima¡ …. Cuando el Representante del
Partido Humanista Alberto Carrillo cuestionó que el Proyecto de Resolución que
determinaba, la pérdida del registro del Partido Humanista, sustentado éste en
una interpretación legal y no constitucional, se trataba de una tautología “perogrullo”
y que el Consejo General se subordinaba a los designios de la Junta General Ejecutiva, una oficina burocrática del INE, este “reventó”, para defender a sus compañeros del Instituto, olvidando que la razón
de un Consejo General es servir de equilibrio, entre los representantes de los partidos
políticos y las estructuras burocráticas que pudieran servir a los intereses del gobierno en el
poder.
Lorenzo
Cordova, al contradecir sus argumentos intelectuales y a salir a defender sus
compañeros de la “Junta General Ejecutiva”, pierde su sentido y liderazgo
intelectual, reduciéndole a la frivolidad de un nuevo edificio, al ego de una
nueva publicación, de un comentario falso ante un medio de comunicación, de lo
tanto que nos ha costado a los mexicanos, no solamente haber pagado la
educación de ese personaje público, sino también de pagarle un salario, el cual
por cierto, resulta demasiado ostentoso.
Lorenzo
Cordova parece olvidar que el Instituto Nacional Electoral, tuvo su antecedente
en el Instituto Federal Electoral, órgano ciudadano, profesional, independiente
y autónomo, que nació en 1990 y que a su vez, dicho órgano, marcó una
diferencia sustancial, con la antigua
Comisión Federal Electoral que databa desde 1946. Pareciera olvidar, que un órgano
autónomo, no pudiera estar exento de las intervenciones del poder burocrático
invisible, comprometido con las esferas del poder y no con la democracia; y que
su razón de presidir ese órgano, no obedece a sentarse en una mesa y alzar la
mano a diestra y siniestra, ni tampoco desde luego a cumplir con normas jurídicas
“a ciegas”, sin raciocinio o criterio alguno o atentando inclusive con sus
pensamientos y convicciones; sino que su razón es precisamente, garantizar y
defender, el cimiento más importante para que en México pueda existir Estado Constitucional
y Derechos Humanos, nos referimos, a la Democracia.
¡En
fin, ya le tocará al Tribunal Electoral juzgar su actuación, al igual que de
los demás siete Consejeros que aun pese a los argumentos vertidos por otros
cuatro consejeros y los representantes de los Partidos Políticos, en solidaridad con el Partido del Trabajo y del Partido Humanista, se negaron a
interpretar la Constitución Política.
Podría
como ciudadano, disculpar esta omisión, a los consejeros que no tienen esa
formación jurídica; pero de Leonardo Cordova, el hijo de Arnaldo Cordova, el
maestro universitario, el investigador social, el líder de opinión, el
presidente de un órgano político autónomo de nuestro país …..
Lamentablemente
de él, no podría disculparlo.
Un
hombre que no es coincidente lo que escribe, con lo que dice; no vale la pena
leerlo.