LA DEMOCRACIA IRRACIONAL. EL CASO DE LA FES ARAGÓN.
Por una decisión personal, que anuncie en lo que fue uno de mis últimos comunicados en facebook, decidí dejar de escribir en mi muro personal; aunque no lo deje de hacer, en mi muro profesional, cuya denominación es “Abogado Jorge Luis Esquivel Zubiri” y en el cual, me dedico a escribir “Bitácoras Profesionales”, “Reflexiones Personales” y recientemente, mis “Memorias Políticas ...y Jurídicas”.
He decidido publicar hoy en mi blog, esta pequeña carta, con motivo de las elecciones.
Y no me refiero a las elecciones para renovar Cámara de Diputados; fiel a mi postura y a mi promesa personal, me abstendré de hacer comentarios políticos partidistas, hasta después del día 26 de julio.
Me dedicare a emitir mi opinión, respecto a la votación mayoritaria que los estudiantes de derecho de la FES Aragón han adoptado, para que se continúe el “paro indefinido de actividades” y evitar con ello, los acuerdos del Consejo Técnico de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, donde se aprobó la recandelarización del semestre 2021-2 y donde se definió el nuevo calendario escolar para el semestre 2022-1.
Primero antes que nada, debo advertir que soy enemigo de cualquier acto, decisión, acuerdo, que tenga como objeto la suspensión de actividades académicas. Siempre he sostenido, que la gimnasia y la magnesia no deben revolverse y por lo tanto, soy enemigo, de la “escuela militante”, del “estudiante revolucionario”, de que los procesos revolucionarios y ahora llamados “transformadores”, tengan que pasar por las aulas de la Universidad.
También, aunque parezca contradictorio, soy simpatizante de esa pasión revolucionaria, crítica y combativa de algunos estudiantes de la Universidad. Las huelgas universitarias, no deben espantar a los universitarios, son parte de nuestra historia y de nuestro proceso de formación hasta educativa. Quien hace un paro estudiantil y padece del mismo, asimila un proceso educativo significativo, que no lo podrá vivir en otras instituciones educativas; los paros universitarios son tan viejos, como la propia historia de las Universidades, el que los estudiantes, sobre todo los de derecho, participen en revueltas estudiantiles, no es algo nuevo de esta generación, ya Justiniano en el Corpus Iuris Civiles censuraba esos hechos; y durante el medievo, cuando surgieron las primeras universidades en Europa, ya existían esos paros universitarios.
México, no se diga, en la historia de nuestra Universidad Nacional hubo también paros, de lo poco se sabe, dada la narrativa “sesenta y ochera” en la que nos encontramos y el recuerdo fresco del CGH 1999-2000, donde antes de existir la palabra “chairo” - inventada por cuestiones electorales partidistas - se utilizaba la expresión “ultra”.
Espero que no se ofendan con la utilización del lenguaje de lo correctamente político. Creanme que yo como profesor, me esfuerzo en la corrección política y en redactar con un lenguaje incluyente, que no fomente estereotipos y construcciones sociales que deben cambiarse.
Hay muchas historias de los paros que escribir; todos ellos nacidos de actos injustos, arbitrarios, pedantes; realmente entiendo la protesta estudiantil, como una reacción a ese sistema establecido de aceptar como “normales”, hechos que no pueden ser considerados normales. Por ello, nunca voy a censurar, reprimir, objetar, el deseo de cualquier estudiante por cambiar las cosas. Aunque no coincida con sus métodos, alguna vez fui “parista”, fui simpatizante de la lucha estudiantil y debo decir, que no por eso, deje de ser ni más, ni menos abogado, de lo que ahora soy.
Sin embargo el destino me llevó a distintas posiciones; mi formación intelectual, pero también mi experiencia profesional, eso que llaman “madurez”, me permitió tener una visión crítica, la cual, se la debo a mis maestros, pero también a los libros, que pude leer en la Universidad.
Lo que escribiré a continuación, lo hago con todo el respeto y admiración, a esos estudiantes combativos, que defienden continuar el paro. Conociendo su inmadurez, puedan que me acusen de “conservador”, de “esquirol”, “traidor”, “vendido”, y otros ochenta mil calificativos, que realmente, me tienen sin cuidado.
Pueden insultarme a mí en lo personal; pero no podrán insultar a las ideas. Esas, por mas que las censuren y descalifiquen, tarde o temprano, se imponen.
Miren muchachos … la democracia es la mejor forma de gobierno, es un estilo de vida, es un modo de enfocar las decisiones colectivas; pero no caigan en el absurdo del capricho, de defender la democracia irracional.
No puede haber decisiones democráticas, sobre asuntos irracionales. Las mayorías, por mucho que sean mayoritarias, no significan que siempre deban tener la razón. Podría decir, que lo más valioso de las democracia, es la defensa de las “minorías”; y por ende, cualquier proceso de legitimación, adquiere mayor relevancia, cuando la “mayoría”, respeta a esa “minoría”.
La democracia irracional, no puede basarse en el odio, en la descalificación y desprecio, de quien piense diferente. Tampoco puede ser un modelo de gobernanza, que haga a los dueños de esa mayoría, en el monopolio de las decisiones, en esa soberbia gandalla, de ser igual o peor, de lo que tanto critican.
Hay muchas cosas que cambiar en la vida pública, de la Universidad, como también del país. Pero todos esos procesos transformadores que requieren el país, necesitan de menor pasión y emoción; y si en cambio, nos exigen mayor empatía, razón y método.
Hace como unos diez años, publiqué en mi blog, un articulo “ESTUDIAR EN LA UNAM NO TIENE PRECIO (El caso de la FES Aragón). Ahí expuse en su momento mi postura de la Universidad Nacional y sobre todo de nuestra Facultad.
Debo decir, que ninguna autoridad universitaria me censuro, persiguió o castigo por lo que escribí.
Créame, que deje de idolatrar al Che Guevara, el Marxismo y hasta deje ese maniqueismo - casi religioso - de sentirme de “Izquierda”. Decidí volverme racional y entendí, que el problema de nuestra facultad, radica en el presupuesto, pues el dinero, es una limitante a las distintas opciones de crecimiento y formación, que merecemos los universitarios.
Dejeme decirles, que aunque se escucha feo, los que más padecemos de las carestías presupuestales, somos nosotros los profesores; los directivos ocupan el cargo de manera temporal, hoy es Fernando Macedo Chagollan, pero antes fueron Gilberto García Santamaría González, Lilia Turcott González, Carlos Eduardo Levy Vázquez, Carlos Chávez Aguilera y un sin fin de funcionarios, cuyos nombres, no recuerdo y no quisiera acordarme. Sólo sé que estan de paso, unos se mueren y otros se van para nunca regresar; y lo que es peor, muchos de estos funcionarios o funcionarias, se fueron, sin rendir cuentas y asumir responsabilidades.
¡Los estudiantes también son temporales¡. ¡Estan de paso¡. Muchos de ellos, permanecen su tiempo reglamentario y se van, jamás regresan; otros se les olvida estudiar, o por problemas personales - relacionados todo ellos al contexto familiar, político y social en que viven - terminan abandonando sus estudios.
Claro que es importante transformar el medio, la opresión, la desigualdad, la pobreza, el clasismo en el que nos encontramos, empezando por nuestra propia Universidad, cuyo vínculo y complicidad con los gobiernos, siempre han existido, independientemente del partido político al que pertenezca el gobierno.
Claro que es importante dignificar la función docente, como lo dije en ese artículo que escribí hace casi diez años, ser docente en la FES Aragón, no es un plan de vida; tengo yo casi veintidós años de ejercer la docencia y mis expectativas de hacer carrera académica, se han visto truncadas y limitadas. Solamente he sido testigo de dos concursos de oposición para profesores de tiempo completo, en la que participamos más de veinte profesores y solamente uno de ellos, pudo obtener la plaza.
Concursos de oposición que por cierto, fueron opacos y cuyas leyendas negras en los pasillos académicos, se entera uno de corruptelas o simulaciones.
Nuestra Universidad es el trampolín, para que doctorantes extranjeros obtengan las mejores plazas universitarias y los espacios, para hacer de la actividad docente, una carrera profesional, están limitados a las deficiencias de ese presupuesto, mal planeado, mal programado, mal presupuestado, mal ejecutado.
En el año 2012, tuve alumnos que hicieron investigación en materia de transparencia e información pública, sobre problemas que en ese entonces, no eran nota periodística; me sorprendió uno de ellos, que en el año 2012, advirtió sobre el costo del Metro de la Línea 12 y otras alumnas encontraron otros problemas, que bien vale la pena, comentar.
He tenido alumnos que encontraron su vocación política y muchos de ellos participan en la vida pública, dando su pequeño esfuerzo colectivo, para convertirlo en una fuerza colectiva, que logre obtener los acuerdos necesarios para cambiar realmente las cosas.
A lo que voy, es que los alumnos y alumnas, aprenden de sus clases, de sus libros; de la convivencia de la comunidad universitaria.
¿Por que carajos no pedir que los ejemplares de nuestra biblioteca se digitalicen, como ocurre con la biblioteca del Tecnológico de Monterrey?
¿Por que carajos no pedir que existan plazas de profesores de tiempo completo, en la carrera de Derecho. hasta donde me quede, hay carreras profesionales como Sociologia o Economía, que tienen poca planta docente y poco alumnado, pero tienen más profesores de tiempo completo, que nosotros los de derecho?
¿Por que carajos hacer nuestras instancias y autoridades universitarias, sean opacas; porque la Universidad no entra a una política de transparencia y datos abiertos?.
¿Por que carajos no existe una propuesta institucional para reformar la Ley Organica de la UNAM y el Estatuto Universitario, cuyas instancias y forma de gobierno, no responde a las necesidades actuales?
¿Por que carajos no se acelera el proceso de digitalización que la nueva era global exige?.
Celebró pues, el diálogo y la transmisión de dichas mesas de diálogo, en las redes sociales; pero reprocho que los alumnos, acudan a esas mesas a descalificar, a insultar, a exponer caprichos y no razones.
He visto profesores de la Universidad, morirse en estos días de la pandemia. He visto muchos jueces, magistrados, agentes del Ministerio Público, Policías de Investigación, abogados y diversos servidores públicos, fallecer a causa de ese maldito virus, que vino a transformarnos la vida.
He visto a mis amigos y a la persona que mas ame en mi vida, irse morir.
Y por eso les digo, debemos construir los próximos años, un modelo de Universidad, donde logremos garantizar ese relevo generacional, de aquellos, que bien o mal, nos dejaron en un cúmulo de problemas sin resolver; pero que también nos dejaron, aquellos valores, esa conciencia, que nos hace ser diferentes y comprometidos, con la evolución del país.
No defiendan caprichos queridísimos estudiantes (hombres y mujeres). Las mayorías han decidido genocidios, penas de muerte y hasta otro tipo de cosas absurdas y aberrantes, como la muerte de hombres sabios, justos y hasta divinos.
No es tiempo de sumar el odio, a un país, que necesita corregir muchas fallas, pero solamente lo harán con sus mejores hombres y mujeres. Con ideas bien ejecutadas y no berrinches, que genera la catarsis emocional.
Les dejo la tarea, investiguen la generación del Ateneo y de los Siete sabios, en aquellos días de 1915, cuando el país se sacudía en una revolución armada y un grupo de ilustres universitarios, decidieron tomar como armas las ideas y no las balas. Generación de Universitarios que le dio sentido y valor, a la construcción del México posrevolucionario.
¿Qué generación son ustedes muchachos y muchachas?. Deben ser una generación de ideas razonadas y no de de “clichés” emocionales, absurdos e insultantes a cualquier inteligencia universitaria.
Regresemos a clases, a dar continuidad a todos nuestros maestros y juristas que han muerto en esta pandemia; y sigamos su obra, con esta visión nueva neoconstitucionalista de respeto a los derechos humanos, enterrando para siempre, las visiones formalistas, que legitimaron, los peores gobiernos del mundo.
Regresemos a clases y no dejen sus causas. Me ofrezco asesorarlos y “dar golpes de precisión”, donde más les duela a esos pedantes funcionarios prepotentes que viven en el anonimato y crean su fama y honorabilidad, en la cultura del privilegio y de la corrupción.
Me comprometo apoyarlos …. pero desistan, de defender la democracia irracional.
Retomemos nuestras clases, para empezar a cambiar el mundo que nos tocó vivir.
