ZEDILLO-FOX Y CALDERON VS. DELINCUENCIA ORGANIZADA Y LOS 71 MIL MUERTOS DE ESTA GUERRA
Nunca
antes la situación criminal en el país, había sido tan grave, como lo fueron los
hechos ocurridos en 1993 y 1994, donde murió un príncipe de la Iglesia
católica, un candidato presidencial del partido
hegemónico PRI, así como del líder de la bancada de los diputados priístas;
todos estos eventos dieron la percepción, de que México, era un "Narco
Estado".
Entonces,
la seguridad pública, era una función que no merecía mayor atención, pues esta
se consideraba un servicio a cargo de los ayuntamientos; sin embargo, la
aparición de poderosos carteles de la droga, obligaba al Estado, a dar un
vistazo, sobre los policías que existían en el país.
Entonces,
la seguridad pública no había sido considerado un derecho, sino hasta la
reforma constitucional del año de 1994, cuando se estableció ésta como una
función a cargo de los tres ordenes de gobierno. (Federación, Estados y
Municipios).
En
atención a ello se promulgó la Ley General que establece las Bases de
Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, constituyéndose el
Consejo Nacional de Seguridad Pública en el año de 1996, también se constituyeron
32 consejos de seguridad pública por cada entidad federativa, más a parte, cada
Municipio debía instalar su propio consejo. La existencia de esa instancia,
permitió también que la federación, destinara recursos a las entidades
federativas para el cumplimiento de sus objetivos; por lo tanto, el
financiamiento resultaba algo importante para que el Estado pudiera enfrentar
el problema de la delincuencia que estaba azotando al país.
La
creación del concepto de seguridad pública, fue muy importante como soporte
jurídico para que entonces el Estado, pudiera establecer su "Cruzada
Nacional contra el Crimen y la Delincuencia"; también estableció su
"Programa Nacional para el Control de las Drogas" y lo más importante
de todo ello, la fue la constitución de la Policía Federal Preventiva, el cual
tenía un estado de fuerza inicial de 12, 400 elementos, con mil cadetes para
egresar a la generación 2000.
Se
había reformado diversos preceptos de la constitución, para reconocer un tipo
de delincuencia especializada, diferente a la común; una delincuencia a la que
se le dió el calificativo de "organizada" y que dada su peligrosidad,
merecía un "tratamiento especial", leyes mas severas, para poderla
combatir. Se reformaron los códigos penal y de procedimientos penal, además de
emitirse una ley contra la delincuencia organizada. Desde el punto de vista
económico, federación, estados y municipios constituyeron un fondo, de los
cuales, para el año 1999, se había destinado la cantidad de 9 mil millones de
pesos y para el año 2000, aumentó a 12,255 millones de pesos; y todo para un
sólo objetivo: ¡Combatir a la delincuencia organizada¡.
Para
poderlo hacer, se requería evaluar a los policías y servidores públicos de la
procuración de justicia. Se practicaron en aquel entonces, la cifra record de
300 mil exámenes y se estimaba en corto plazo, llegar a capacitar antes del fin
del sexenio al 53% del total de los cuerpos policiacos. Se compró tecnología y
se llevó cabo el censo de huellas dactilares, con un total de un
millón quinientos mil fichas de huellas dactilares. Además se compraron casi 10 mil vehículos, 21
mil armas, instalado 36 equipos de laboratorios de investigación; se
adquirieron patrullas, helicópteros, lanchas, armas cortas y largas, uniformes;
se creó un software de la "supercarretera de voz, datos e imagen", interconectado
a un Centro de Control Nacional. ¡Con
todos esos recursos, la política criminal había sido un fracaso¡
Se
cerraron las fronteras, vigilándose las fronteras y costas, para evitar que la
droga llegara a los Estados Unidos; en esa misión, PFP, PGR y el Ejercito
Mexicano, empleaban 22 mil elementos. Los resultados de su intervención, eran
mera estadística; 157 mil hectáreas de mariguana y otros 106 mil hectáreas de
amapola destruidas; 7,500 toneladas de mariguana y 189 más de toneladas de
cocaína aseguradas, más de 68 mil miembros de la delincuencia organizada
detenidos; datos y mas datos, pero ninguna cifra de muertos oficial.
Seguramente porque no había guerra.
Los
capos de la droga seguían en sus estructuras intactas, sobre todo los Arellano
Felix, a quien únicamente habían logrado "captura" al "Chuy
Labra" y a otro más, apodado "El Mayel". Los otros carteles de
la droga habían sido expulsados del país, como ocurrió con Juan García Abrego,
"El cartel del Golfo"; o el
que murió misteriosamente en la plancha mientras se le practicaba una cirugía
para cambiarse el rostro, Amado Carrillo Fuentes "El Señor de los
Cielos", también conocido como "El cartel de Juárez", o bien,
otros se encontraban prisioneros en las cárceles de máxima seguridad, como lo
era Joaquín Guzmán Loaera. "El cartel de Sinaloa". Inclusive hasta el
propio general y fiscal antidrogas, el general Gutiérrez Rebollo había sido
encarcelado por haber protegido al señor Amado Carrillo. Además, otro general
del ejercito Humberto Quiroz Hermosillo había sido procesado por sus nexos con el narcotráfico
y también desde luego, un Gobernador de la Federación, el de Quintana Roo, Mario
Villanueva, quien también enfrentaría a cargos por narcotráfico y lavado de
dinero.
Pero
el tan anhelado cambio político se dió en el año 2000, cuando Ernesto Zedillo
reconoció la derrota electoral del candidato del PRI, siendo entonces el último
presidente priísta de esa nueva era de "transición democrática",
quedando en su lugar, la esperanza de un cambio, un ciudadano no de formación política,
sino empresarial, un ranchero, sincero y grandote, de nombre Vicente Fox
Quezada, perteneciente al partido histórico de oposición al régimen, el PAN.
Cuando
Vicente Fox recién había llegado a la presidencia, el país entero amaneció con
la sospechosa noticia, de que Joaquín "El Chapo" Guzmán, se había
fugado de la prisión de máxima seguridad de la Palma Jalisco. No obstante de su
intensa búsqueda, nunca se encontró. Hasta el día de la fecha (año 2012), es un
misterio su paradero.
Pese
a los escándalos de militares involucrados en el negocio del narcotráfico, como
lo fue Gutiérrez Rebollo, Quiroz Hermosillo y recientemente Acosta Chaparro, el
gobierno de Vicente Fox, fue el primero en "militarizar" la lucha
contra el narco, al proponer como Procurador General de la República, a un
distinguido miembro del ejército, el general Macedo de la Concha. Además,
propuso el Programa "México
Seguro", así como otros dos programas de "gran impacto", como el
de "Ciudad Juárez" y "Michoacán". Nunca antes se había
hecho oficial la intervención del ejército.
Pero
no bastaría eso, las cifras que reportaría la nueva administración, son
cuestión de mera interpretación, al grado que hablan por si solas.
3,100
toneladas de mariguana aseguradas, frente a los 7,500 toneladas aseguradas en
la administración de Ernesto Zedillo. La mitad de lo que se había hecho en el
sexenio anterior.
La
administración foxista se caracterizó por haber detenido a 73 mil delincuentes,
frente a 68 mil detenidos de la administración zedillista; pero además, se
había detenido a los peligrosos hermanos Arellano Félix, a Osiel Cárdenas
Guillen sucesor de García Abrego, a Luis Valencia y Amezcua Valencia. Pareciera
que estos resultados fueron mas eficientes que las del expresidente Zedillo.
26
mil millones de pesos destinados para este rubro, más del doble de lo que la
administración zedillista destinaba en su ultimo año de gobierno. y sin embargo, aun pese con todos los datos
antes descritos, nada de eso había funcionado. Al menos eso diría el quien
sería presidente de México, durante los años 2006 al 2012.
El
presidente Felipe Calderón ha dicho en todos en sus informes de gobierno, que
la lucha contra el narcotráfico inició en su gobierno. Quizás tenga razón, los
datos antes proporcionados, son los proporcionados por el Presidente en sus
respectivos informes de gobierno y a
decir verdad, las cifras que proporciona el expresidente de Fox, varían mucho,
de las que en su momento reportó Ernesto Zedillo cuando fue presidente. En
cambio las cifras de Felipe Calderón, parecieran aportar mayores indicadores,
de lo que sus antecesores no reportaban.
Por ejemplo
Zedillo reportó a 68 mil delincuentes capturados, frente a 72 mil delincuentes
de la administración de Fox; sin embargo Calderón reportó 190 mil detenidos.
¡Incremento notable¡.
La
administración de Felipe Calderón fijo como agenda criminal, capturar a 37
criminales "mas peligrosos del país", de los cuales, únicamente 25
han sido capturados o "abatidos" (muertos en combate). La
administración de Zedillo y Fox no hicieron algo parecido, Salinas de Gortari
lo hizo en su momento, únicamente para capturar a dos miembros, acusados de
asesinar al cardenal Posadas Ocampo. Adicionalmente la administración de
Calderón reporta haber capturado 250 líderes, frente a los 15 de Fox.
Respecto
a la mariguana asegurada, Calderón dice haber asegurado 11 mil toneladas,
frente a 7,500 que consiguiera Zedillo y 3,100 del gobierno de Fox.
La Policía
Federal Preventiva creada en 1999 que reportaba la cantidad de 12,400
efectivos, en el año 2006, se redujo a tan sólo 6 mil elementos. Calderón le
cambia el nombre, para llamarle “Policía Federal” y dejarla en 36 mil miembros.
Creando además una área de "Policía Científica" y un poderoso
software que contiene una base de datos con información valiosa, denominada
"Plataforma México", continuación de la que había dejado Zedillo.
El
aseguramiento de vehículos realizada en la época de Salinas de Gortari fue de
13 mil, con Ernesto Zedillo fue de 20 mil, Fox desciende en la cifra con 12 mil
y finalmente con Felipe Calderón, asciende espectacularmente a la cantidad de
100 mil vehículos.
Respecto
a las armas aseguradas a la delincuencia organizada, en la administración de
Zedillo fue de 22 mil armas, con Fox de 10 mil armas, mientras que con Felipe
Calderón fue de 154 mil armas.
La
cifra nada honrosa respecto al numero de muertos de la guerra
"antinarco", señalan a 60 mil muertos, otros hablan hasta de 90 mil;
dicho dato no se tiene en las administraciones anteriores. Sin embargo, nuca
antes, en las administraciones de Fox, Zedillo y Salinas, se había hehco un
estimado del numero de muertos por la guerra contra el narco.
En
conclusión podemos decir, con el debido error de confiabilidad y validez que
pudiera tener estos apuntes, que requieren obviamente, mayor investigación y
exhaustividad, nos atreveríamos afirmar, que fue en la administración de
Vicente Fox, donde se gestó el problema de la delincuencia organizada y no, en
la epoca priísta, al menos, en lo que respecta al último sexenio que el régimen
priísta 1994-2000.
Los
70 años de gobierno priísta heredaron al PAN una policía Federal Preventiva de
12 mil efectivos, los cuales bajaron drásticamente a la mitad, en el 2006, para
finalmente enderezarla a 36 mil efectivos. La falla, obviamente es del gobierno
foxista.
La
administración de Fox, el número de aseguramientos a vehículos, armas y narcóticos
como la mariguana, es notablemente inferior al de la administración zedillista
y muy por debajo todavía, de los conseguidos por el gobierno de Felipe
Calderón.
El
numero de "capos" detenidos por el gobierno de Calderón, es el mas
alto, (25 de 37), Vicente Fox logro capturar a los hermanos Arellano Félix,
pero misteriosamente, se "fugó" de una prisión de máxima seguridad, a
uno de los narcotraficantes que había sido empleado de éstos, nos referimos al
"Chapo" Guzmán.
El
gobierno de Felipe Calderón, sin duda alguna, cargara con el lastre de haber
logrado 60 mil muertos en esta guerra contra el narco, cifra que por cierto, es
la estimada por un diario metropolitano (Milenio); sin embargo, el numero de
capos, de drogas, detenidos, vehículos y armas aseguradas, es notablemente muy
superior.
Si fuéramos
objetivos y con las cifras antes dadas, podríamos decir, que a Felipe Calderón
debiera dar razones, o en su caso, fincársele responsabilidades por el número
de muertos ocasionados en la guerra contra el narco, pero nada más por eso; en
cambio, a Vicente Fox, se le tendría que responsabilizar, por no haber hecho
poco, en su seis años de gobierno, es más, me atrevería a pensar, que fue en su
gestión y no en la época de Zedillo, donde el problema de "Narco
Estado" se dió.
Vicente
Fox tendrá que dar cuentas, porque sus cifras de drogas, vehículos, armas y
hasta el numero de efectivos en la Policía Federal Preventiva, bajaron tan drásticamente,
en comparación, con los obtenidos por su antecesor.
Vicente
Fox al parecer, fue el presidente que generó la crisis criminal, que el
presidente Felipe Calderón trata de aliviar, con toda la "fuerza del
Estado".
Vicente
Fox, al parecer pactó con el "Chapo" Guzmán, para que este hiciera
posible la entrega y captura de los hermanos Arellano Félix y Osiel Cárdenas
Guillen. Sino es así, pareciera que así fue.
Sin
embargo, la herencia de Fox, en aras de capturar a esas dos peligrosas bandas, los
hermanos Arellano Félix y Cárdenas Guillen, fue haberle heredado a su sucesor
Felipe Calderón, 37 carteles. Uno de ellos de fama sanguinaria, “Los Zetas”,
otro más, de carácter “narco insurgente”: “La Familia”.
Si
alguien tendría que ser juzgado, por irresponsable, por haber dejado el país en
control de los capos, de acuerdo a lo dicho por el Presidente Felipe Calderón y
por lo que obran en los anexos estadísticos de los informes de gobierno, sería
precisamente a Vicente Fox.
En
fin, cabe la posibilidad de que este análisis pueda estar viciado de
subjetivismo y que sus datos, sean mal interpretados. Sin embargo, les comparto
la fuente, para que mejor juzguen.
No
dudaran, como yo, que el responsable de este problema, o al menos, la persona
que lo agravó más de lo que ya estaba, tiene nombre y apellido: Vicente Fox.
Y
respecto a los 60 mil muertos de la guerra, ni que decir, la cifra se ha ido
incrementando notablemente, más en los últimos años. Nunca antes en el país
habían muerto tantos por tan poco.
Habría
que ser objetivos, para poder reprochar el numero de muertos que algunas periódicos
como Milenio, EL semanario Zeta, inclusive el CISEN, reportan sobre esta
guerra.
La revolución
mexicana, propagada por el sistema político priísta, presumía haber costado la
vida de un millón de hombres, cifra que parece exagerada, tomando en cuenta que
las batallas mas sanguinaria, que fue la de Ciudad Juárez, la “Decena Trágica”,
Torreón, Zacatecas y Celaya, costaron 2 mil, 6 mil, 5 mil, 12 mil y 19 mil vidas
respectivamente, dando un total de 44 mil vidas humanas. Sin embargo, la controvertida cifra de un “millón
de vidas”, se obtiene del censo de población realizado en 1910 y 1921, donde la
población en México disminuyó en once años, de 15 millones 160 mil, a unos 14
millones 334 mil habitantes, un descenso aproximado de 826 mil seres humanos,
que no necesariamente, impliquen que hayan muerto en combate por la revolución,
pues independientemente de que en la época, no existía la rigurosidad de
cuantificar y procesar información, como hoy lo tenemos, muchos de ellos, pudieron haber emigrado a
Centroamérica, Cuba o Estados Unidos, Europa; otros más pudieron haber muerto
en la hambruna, ya sea por la mortalidad infantil, o bien, pudieron haber muerto
por la pandemia desatada en 1918, por la “gripe española”.
Me atrevo
entonces a desmitificar el “millón de muertos” de la revolución mexicana, y
dejarla en la cantidad aproximada, de 50 mil habitantes.
La “Cristiada”,
el otro episodio de violencia armada, en nuestro país, ocurrido de 1926 a 1929,
estima aproximadamente, de 90 mil a 300 mil muertos. By Jean Meyer, un
estudioso del tema, estima que fueron 80 mil muertos, 50 mil del ejercito y 30
mil cristeros. Dicha cantidad, demuestra también, que la “Cristiada”, pasaje
histórico censurado por la historia oficial priista, fue tan o igual de
sanguinaria, que la revolución mexicana.
El
otro pasaje violento en la historia del país, fue el movimiento estudiantil de
1968, el número de muertos, es más simbólico que cuantitativo, se habla entre 20
a 200 muertos, nada comparable, con lo que la revolución y la cristiada se
llevó.
El
periodo denominado “Guerra Sucia”, con el que tanto se le ha calificado de “represor” y ”genocida” a los gobiernos priístas de Gustavo
Díaz Ordaz, Luis Echeverria Alvarez y José López Portillo, dieron un total de
527 “desaparecidos”, según la investigación efectuada por la Comisión Nacional
de Derechos Humanos en su recomendación 26/2001. Cifra que también resulta más
simbólica de cuantitativa, tomando en cuenta, las otras “guerras sucias” que se
llevaron paralelamente en los países sudamericanos, en Chile y Argentina,
donde a través de “Comisiones de la Verdad”, reportaron
como cifras oficiales, 2 mil y 13 mil "desaparecidos" respectivamente.
Luego
entonces, dando un repaso histórico sobre el número de muertos que habido en
México, en los últimos cien años de su vida, tenemos los siguientes datos: 50
mil muertos en la revolución, 80 mil muertos en la cristiada, 200 en el
movimiento estudiantil de 1968, y unos 500 en la “guerra sucia”.
Y
ahora, a todos estas cifras, sumemos 71
mil muertos en estos últimos 6 años, que es lo que se estima al día de la
fecha, por esta guerra contra el Narco.
¡71
mil muertos de los que alguien, debe de responder¡ No 60 mil como había dicho antes, sino ¡71 mil
muertos¡. Una cifra, que supera a los
muertos de la revolución mexicana, que casi iguala a la “cristiada”, que
equivale a más de 350 veces lo que representó el “2 de octubre”, y también, más
de 140 veces, de lo que los gobiernos de Díaz Ordaz y Echeverria reprimieron en
la denominada “guerra sucia”.
¿Quién
responderá por ellos?.... El numero de muertos de la guerra contra el
Narcotráfico, deja a los gobiernos priístas represores de Díaz Ordaz y
Echeverria, como verdaderos “santos”; inclusive, hasta Augusto Pinochet o Rafael
Videla, dictadores de Chile y Argentina, se quedan también “cortos”. No se diga
en México, que al mismísimo Victoriano Huerta.
Me
duele decir, que el presidente Felipe Calderón, no será recordado por sus
emotivos discursos, ni por haber logrado la cobertura universal en el sistema
de salud, o haber consolidado la macroeconomía mexicana, en los tiempos de la
peor crisis económica mundial; me duele decir, que el Presidente de México
Felipe Calderón, cargará el estigma, del multicrimen generado a la población
mexicana, por su guerra contra el narcotráfico, equivalente a trescientas veces
más sanguinario, de lo que fue Gustavo Díaz Ordaz.
Justo
es que Felipe Calderón Hinojosa rinda cuentas de su actuar. No es suficiente
las explicaciones, que ya ha dado, ni tampoco el que enfrente una demanda en la
Corte Penal Internacional en la Haya Holanda, pues apenas la historia reciente
de éste país, comenzará a escribirse y obviamente, comenzará a juzgarlo.