COLEGIO ELECTORAL VS. TRIBUNAL ELECTORAL. ¿LO MISMO, PERO MAS BONITO?...

Maldito sea éste país, sus políticos y ciudadanos, su historia y su futuro; cosas raras pasan que en vez de hacernos felices, nos hacen  enojar, ... ¡deberíamos primeramente reflexionar¡.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación validó la elección presidencial. No había otra cosa que esperar, la culpa no es del "complot", ni que las instituciones se encuentren secuestradas por "grupos de poder", la culpa es de Aristotéles, que creó un sistema lógico que obliga a probar. El pensamiento lógico racional, obliga a todos a probar, lo que uno afirma, lo que uno piensa, sospecha, supone; esa es la verdad. No es culpa de los magistrados, es culpa de las facultades de derecho de todo el país y de todo el mundo, por educar a sus alumnos, el imperativo ético y moral, de probar lo que uno afirma, de imponer la carga de que las pruebas deben ser idóneas y deben acreditar, los hechos de la acción o de la excepción. Algo tan complejo, que por eso los posgrados de Derecho, han inventado nuevas asignaturas, como la Teoría General de la Prueba.
Pero en fin, no voy hablar de la prueba, ni voy hacer una disertación jurídica; esta vez, escribir en forma libre, para manifestar mi inconformidad, no por la calificación de la elección presidencial, sino porque en este país, nos gusta vivir y revivir la misma película. ¡El fraude¡.....
O somos "masoquistas", o de plano, somos cada vez que hay una elección presidencial, muy, pero muy tontos. ¡O de plano, no sabemos historia¡....
La calificación de las elecciones para Presidente de la República, las efectuaba antes la Cámara de Diputados electa, en su calidad de "Colegio Electoral". El procedimiento de calificación, era muy inmoral, los diputados electos que pertenecían predominante y absolutamente al mismo partido, hacían el computo definitivo de los votos y desde la "tribuna más alta del país", "calificaban" la elección.
Así fue como los presidentes que gobernaron al país durante el siglo XX, fueron electos a través de una mayoría de diputados electos en elecciones de sospechosa legitimidad; muchos de estos diputadillos, asistían a las sesiones armados y en compañía de sus "camaradas", se reunían en el recinto de Donceles, para calificar sin mayor argumento que la retorica y la demagogia "revolucionaria", a quien sería el próximo Presidente. Los diputados que se atrevían a cuestionar a la mayoría, eran vitupereados, amenazados o de plano, les revocaban el triunfo electoral que habían obtenido en las urnas. Ya nadie recuerda, por ejemplo, la heroica protesta que hiciera el candidato Jorge Meixueiro, candidato "perdedor" de PRM por el segundo distrito en Oaxaca, quien al habérsele arrebatado su triunfo obtenido, subió a la "tribuna más alta del país", para darse un tiro en los sesos ....
Eso del Colegio Electoral era realmente algo de lo más absurdo, de lo más inmoral, era el poder de la fuerza quien lograba imponerse y a través de dictámenes "contundentes y fundamentados", legitimaban a quienes serían los presidentes del país.
¡Pero eso cambio¡
El ultimo presidente "legitimado" en Colegio Electoral, fue Carlos Salinas de Gortari.
A partir de ese entonces, iniciaron las reformas electorales, 1990, 1993, 1994, 1996 y 2007, que hicieron posiblemente, que fuera personal profesional, calificado, honorable, quien calificara la elección presidencial.
Entonces el Tribunal Electoral se convirtió en la forma, en que un órgano estatal no partidizado, no politizado y no subordinado al Presidente, quien calificara en forma autónoma, el resultado de la elección presidencial.
Hubo muchas resistencias del PRI para que fuera el Poder Judicial quien calificará la elección. En cambio, los partidos de oposición, como el PAN, el PMS, el PMT, fueron los primeros en insistir que fuera un Tribunal del Poder Judicial, quien calificará las elecciones.
Fue así como en 1986, se creó el Tribunal de lo Contencioso Electoral, pero no pertenecía al Poder Judicial, era un tribunal supuetamente "autónomo", quien finalmente, las sentencias que éste dictaba, terminaban siendo revisadas por el mayoriteo priísta del Colegio Electoral.
Ya para 1993, con las propuestas de los partidos PAN y PRD,  se creó el Tribunal Federal Electoral, órgano jurisdiccional que sería la máxima autoridad electoral en todo el país; serviría para revisar las determinaciones del IFE respecto a los cómputos de los votos.  Su integración sería a través de la designación de las dos terceras partes de los diputados, en una Cámara, donde el PRI no tenía, ya dicha representatividad.
No hubo problemas en la calificación de las elecciones de 1994. Los candidatos del PAN y del PRD no alegaron fraude, como había ocurrido seis años antes.  Sin embargo, el propio presidente Ernesto Zedillo había reconocido que su triunfo había sido "inequitativo" y por esa razón, en plena crisis económica, promovió la reforma política que hizo posible que el Tribunal Federal Electoral, con todo Pleno y Salas Regionales, se incorporara a la esfera del Poder Judicial.
Quizás los que estén inmiscuido en la grilla y en la cuestión política partidista, no sepan lo que eso significa, pero en el ambiente de los abogados, la incorporación de un tribunal administrativa a la esfera del Poder Judicial, da garantias de mayor estabilidad e imparcialidad. Basta citar el Tribunal Fiscal, el Tribunal Agrario o la  Junta Federal de Conciliación de Arbitraje, como órganos jurisdiccionales que siguen todavía sin incorporarse al Poder Judicial. Era por lo tanto imposible, concebir que un tribunal no tan concurrido por los abogados, fuera a pertenecer a la judicatura.
Pero en fin, para concluir esta trágica y cómica crónica de la historia de la calificación de las elecciones presidenciales; nunca antes el Poder Judicial había tenido la facultad de calificar una elección presidencial.
Las polémicas elecciones de 2006, no le daban facultades al Pleno del Tribunal Electoral para anular una elección presidencial. tampoco para contar voto por voto y casilla por casilla.
Las reformas electorales de 2007, confirió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la capacidad para valorar la validez o nulidad de la elección presidencial; inclusive, para recontar los votos.
Fue así que en el año 2012, deberíamos de sentirnos orgullosos, de que un Tribunal, órgano profesional, técnico, autónomo, apartidista, haya sido quien calificara la elección presidencial, cuando hace más de 24 años, era una mayoría priísta quien constituida en Colegio Electoral, asaltaba la tribuna, para "calificar" la elección e imponer a través de la fuerza y de los abucheos, a quien sería el Presidente de México.
Deberíamos sentirnos orgullosos de que un Tribunal sea ahora quien a través de la razón y del derecho, sea quien califique, a quien será el próximo Presidente de la República, el empleado de la federación que los mexicanos contratamos para administrar y resolver nuestros problemas públicos. 
Sin embargo, lamento decir, que no estamos contentos ....o al menos, una inmensa mayoría, no está contento....


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