CON LA INICIATIVA POPULAR, EDUCAMOS A LA CIUDADANÍA
Eso
de andar colectando firmas para una iniciativa popular, realmente es una tarea
quijotesca que no cualquiera lo hace; y precisamente, porque nadie lo hace, es
porque uno lo debe de hacer.
¿Qué
gana uno?. …. ¡Educar a la ciudadanía¡
La
participación ciudadana es desde luego, una acción social que realiza una masa
de voluntades encauzadas bajo una dirección y sentido, unidos bajos lazos de
solidaridad y con propósitos de hacer posible, construir una sociedad democrática.
Es difícil
construir una democracia, porque generalmente, se tiene el concepto de que la política,
es cosa de “políticos”, “amafiados”, de “organizaciones partidistas”, con “intereses
determinados” y clientelas políticas, a veces financiadas con recursos públicos,
a veces provenientes de fuentes ilícitas o con promesas de dádivas.
Y no
voy a negar esto, pero tampoco me interesa entrar a esa discusión.
No
me refiero a ese concepto de “política”. Mal llamada “política”. Cuando habló
de que hay que educar a la ciudadanía, me refiero, a que hay que hacerles
entender a los ciudadanos, que cuentan con el mejor titulo nobiliario, que
durante cientos de años, las sociedades humanas se han dotado y que nos ha
costado la vida de muchos seres humanos: ¡Ser y saberse Ciudadanos¡. Ser miembros de
la Ciudad, de la Sociedad Civil, de la República, del Estado. ¡Eso es ser ciudadano¡. Es una distinción
que nos hace recordar; saber que aceptarse como ciudadano, es trascender con la limitantes de nuestra
personalidad, simplemente ser más persona, para convertirse en parte de un
todo.
Ser parte
del todo, es darle sentimiento, conciencia, emoción, jubilo y hasta relajo a
esa masa que pocas veces se organiza, se manifiesta, se demuestra. Pero que sin
embargo, existe todos los días, porque con ella convivimos, en nuestras
vialidades, en nuestros caminos, en nuestros espacios públicos.
Ser
parte del todo, es reconocernos que en el espejo de los demás; saber que
estamos nosotros y que al igual que todos nosotros, aceptar que tenemos
limitantes, necesidades, logros, fracasos, esperanzas.
Hoy
estamos preparando una Iniciativa Popular de Código Ambiental y el día de
mañana, empezaremos a trabajar, con las acciones colectivas para la promoción,
difusión y defensa de los derechos económicos, sociales, culturales y
ambientales.
Los
ciudadanos exigimos ser mas críticos, propositivos, participativos y sobre
todo, a estar informados. Pero no lo vamos hacer, sino tomamos la iniciativa,
de ir transformando, desde nuestra pequeña trinchera, lo que debemos de
transformar.
Saber
que los cambios no son producto del odio, del rencor, inclusive de la violencia,
ya sea física o verbal; aceptar que las sociedades humanas aun y con sus
errores, han demostrado que tienden a evolucionar, a ser mejores, a ser más
espirituales.
Un
cambio debe iluminar nuestra conciencia. Partir del principio, de que no existe
una lucha de “buenos” contra “malos”, sino que todos somos hermanos, que todos,
absolutamente todos, hombres y mujeres, formamos parte de ese todo.
Yo
soy, parte de ese todo. Orgullosamente, me pierdo en el anonimato entre ellos.
Vivo, respiro, suspiro, anhelo, canto, rio y a veces, lo reconozco, me enojo y
me indigno; pero nunca pierdo mi condición de aceptar que mi semejante, es mi
hermano, que daría todo, para que pudiera tener, los mismos derechos, que a lo
mejor, no hemos juntos podido obtener.
La lucha,
no es contra los “malos”, sino contra la ignorancia, el conformismo, la
mediocridad, la pobreza, la enfermedad, el deterioro ambiental y el egoísmo.
La
lucha inicia todos los días, riéndonos y soñando.
De
que las cosas imposibles, si se pueden hacer.
¡Vamos
por las treinta mil firmas¡.