TEXCOCO: ENTRE NEZAHUALCOYOTL, NORMAN BORLAUG, BILL GATES Y LOS NUEVOS HUMANISTAS





Vivir en Texcoco, lo que fue alguna vez la capital cultural de los mexicas y los reinados del inmortal poeta Nezahualcoyotl.  Su origen data desde hace tres mi años, cuando a la región llegaron los Chichimecas; ubicados muy cerca de Teotihuacán corazón mesoamericano; durante los cientos de años que existió dicha civilización, a partir del año 1431, correspondió a uno de sus grandes tlatoanis, de nombre Nezahualcoyotl. establecer en la región las artes, la construcción de palacios y templos.

"Amo el verdor de la naturaleza
Amo el perfume de las flores
Amo el canto del tzenzontle
Pájaro de cuatrocientas voces
Pero amo más a mi hermano el hombre"

Fue en Texcoco, en 1521, donde Hernán Cortes construye los bergantines para atacar a la gran Tenochtitlan. Después de ello, Texcoco fue evangelizada por tres franciscanos, el último de ellos, Fray Pedro de Gante es el primero en fundar una escuela de cultura, enseña latín, castellano, sastrería, bordado, carpintería y tejido; aprende náhuatl y enseña el catecismo.

Para el año de 1551, el cacique don Fernando Pimentel y Alvarado, se presenta ante el emperador de España Carlos V, para pedirle el título de la ciudad y el escudo de armas; y fue en atención a ello, que Texcoco fue designada, la segunda ciudad más importante del Continente Americano.

Para el año de 1827, Texcoco fue declarado capital del Estado de México, aunque bien, sólo lo fue por tres años; para el 1861, recibió la denominación de Texcoco de Mora, en honor al Dr. José María Luis Mora, ilustre liberal precursor de la reforma.  Finalmente para el año de 1919, se le reconoció su carácter de Municipio libre. 
   
Cierto es, que el Municipio de Texcoco, se localiza en la porción oriente del Estado de México a tan sólo 26 kilómetros del Distrito Federal; forma parte de la denominada Zona  Metropolitana del Valle de México, colinda con los Municipios de Atenco, Chiconcuac, Chiautla, Tepetlaoxtoc y Papalotla; Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Ixtapaluca, y Chicoloapan; inclusive, hasta con el Estado de Puebla.

Cuenta con una superficie de 41,869.41 ha, se encuentra organizado política y administrativamente por la Cabecera Municipal denominada Texcoco de Mora y 117 localidades, de las cuales 36 de ellas son urbanas y 81 más rural.

Según el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas, dependiente del INAH, en el municipio de Texcoco se tienen registrados 71 sitios con evidencia de ocupación prehispánica; en la cabecera municipal se alberga un importante número de inmuebles coloniales, entre los que figura la catedral.  Sus zonas arqueológicas son cuatro, las obras hidráulicas de Tetzcotzinco, conocido como los baños de Nezahualcoyotl;  Huexotla, Los Melones y una región llamada Tocuila, donde se encuentran fósiles de restos de caballos, bisontes, camellos, liebres, aves auáticas y cráneos completos de mamut, de hace más de 10, 000 años A.C.




Texcoco cuenta con tres vialidades de importancia regional; la Carretera Lechería-Texcoco que en sus extensiones de norte y sur, la comunica con los Estados de Puebla, Querétaro e Hidalgo; la autopista Peñón – Texcoco que la conecta con la Ciudad de México y por último, la carretera federal Calpulalpan, que la lleva al Estado de Veracruz.  Resulta importante el mantenimiento de dichas vialidades.

Texcoco cuenta con una población de apenas 235 mil habitantes, apenas el 1.5% de la población mexiquense radica en dicho lugar; las visiones catastróficas contemplaban que para el 2015 Texcoco llegara a tener una población de 315 mil personas y para el año 2020, superara los 488 mil habitantes. Sin embargo, los cálculos erraron, cierto es, que la tendencia es, que Texcoco llegue a tener una población aproximada de 270 mil personas para ese año 2020.

Actualmente, se estima que existen por lo menos 55 mil familias, de las cuales, 42 mil son jefaturas masculinas y las otras 13 mil, corresponden a jefaturas femeninas. De esas 55 mil familias, 2 mil 567, son beneficiarias del Programa Oportunidades.

Texcoco cuenta con una población de 235 mil habitantes.  Entre las localidades urbanas con los que cuenta Texcoco, se encuentra la propia cabecera municipal, con una población de 105 mil personas; le sigue San Miguel Coactlinchán con 22 mil habitantes, Santa María Tulatongo con 16 mil  y Villa Santiago Cuautlalpan con 12 pobladores; el resto de la población se concentra en las demás localidades del Municipio.  

De los 235 mil habitantes de Texcoco, 21 mil de ellos viven en la pobreza extrema; se cuenta además con una tasa del 3% de analfabetismo, el índice de escolaridad es de 9.7 grados (primero de “prepa”); sus viviendas, el 3% de ellas no cuenta con drenaje ni excusado; otro 12% no cuenta con agua entubada; un 2% de las viviendas aun utilizan leña y carbón para cocinar; el 50% de la población no son derechohabientes de algún servicio de salud.

Existen al menos 29 localidades que comprenden la suma de todas ellas de 14 mil habitantes, los que viven con un alto grado de marginación. Llama la atención, una localidad de nombre San Jerónimo Amanalco con una población de 6, 500 habitantes, considerada como una zona urbana y en donde el 34% de las viviendas de dicho lugar, no tienen conexión al agua a la red pública, el 27% no cuenta con drenaje, el 25% no tiene sanitario y el 15%, tienen piso de tierra. Además, el 7% de la población no sabe leer y escribir, pues el 46 % de las personas cuentan con una educación básica incompleta; además de que un 75% de la población, no son derecho habientes de los servicios de salud. Nos referimos a una zona donde la población predominante de la etnia náhuatl. Esta pobreza, en un lugar donde se visualiza la construcción del próximo aeropuerto de la Ciudad de México y con una población culturalmente indígena, resulta inadmisible.

La otra región donde también se encuentra la pobreza extrema es Santa Martha, con una población de más de 2,300 habitantes; en donde el 90% de las viviendas de dicha localidad, no cuentan con agua.  Sale sobrar decir, que el derecho al agua, se encuentra previsto en el artículo cuarto constitucional, “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible”; así también lo establece también el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en su artículo 11 párrafo primero; sin embargo, los habitantes de las localidades de San Jerónimo Amanalco, Santa Cruz de la Constancia,  Xalapango, Rancho El Jardin, La Presa, San José (El paraíso), Santa Irene, Rancho Santa Rosa, Ejido San Juan tezontla, Los sauces, San Borja, Pozo el Milagro, Colonia las Tijeras, La Nopalera (La Siberia), Praderas de Tecuac, Ejido de Beltrán Cuautlalpan, Puente Quebrado (Pozo San Isidro),  Ejido Los reyes San Salvador, Montecillo, San Bernardino, San Dieguito Xochimanca, San Joaquin Coapango, San Pablo Ixyoc, Colonia Lázaro Cárdenas, San Felipe de Jesús, Pozo Guaalupe, Ejido San Felipe y San Esteban (San Miguel Tlaixpan); todos ellos en un alto porcentaje de sus viviendas, que en el “mejor” de los casos es el 20%,, no cuentan con acceso a este recurso líquido vital.

Por ende, resulta inadmisible, que los derechos de mexiquenses texcoquenses, le sean violados uno de sus más elementales derechos, como lo es, el acceder al agua.  Cruel ironía la de la Colonia Valle de Tláloc, pues ninguna de sus 84 viviendas, tengan acceso a tan importante líquido.

Texcoco cuenta con un sistema educativo de 355 escuelas entre públicas y privadas y de todos los niveles. En el sistema básico, el 80% de los estudiantes acuden a escuelas públicas y el 20% restante a escuelas privadas. 


Se cuenta con dos universidades públicas, además del Centro Universitario Texcoco de la Universidad Autónoma del Estado de México, donde se imparten las carreras profesionales de Administración, Contaduría, Derecho, Economía, Ingeniería en Computación, Lenguas; se cuenta también con la Universidad Autónoma de Chapingo y su Centro Regional Universitario Anáhuac, donde se imparte la carreras relacionadas con la agronomía, que van, desde la economía agrícola, redes agroalimentarias, administración de empresas agropecuarias, comercio internacional en productos agropecuarios; como también ingenierías en forestal, irrigación, mecánico agrícola, entre otras;  además se cuenta también con  el Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas institución pública dependiente de la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; donde se ofertan estudios de posgrado sobre Recursos Genéticos y Productividad, así como Socioeconómica, Estadística e Informática.  Desde luego se cuenta también con dos universidades privadas, la Universidad del Valle de México campus Texcoco y Liceo Universidad Pedro Gante.

No por algo, Texcoco cuenta con un nivel educativo de 9.7 años, algo así como casi llegando al primer año de preparatoria. Dicho nivel supera mucho al del Estado de México (9.1), inclusive el nacional, que oscila en 8.6 años.  Sin embargo es de entristecerse, que si bien el índice educativo es relativamente “alto”, la oferta educativa no se ve reflejada con un mejor nivel de vida de los texcoquenses, ni con el aprovechamiento y exigibilidad de mayor apertura a la educación agrícola.  Lo ideal pues, sería que la juventud de Texcoco  aprovechara al máximo dichos espacios educativos, pero al parecer, no es así.

Texcoco es y pudiera ser, la capital de la tecnología agrícola. Tan sólo desde 1966, la Fundación Rockefeller y el gobierno mexicano, fundaron el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo, donde se han creado variedades de trigo, que han contribuido mucho a salvar del hambruna a millones de personas en la India y Pakistan; dicho Centro, se encuentra en Batan, en una localidad de apenas 36 habitantes; y en donde se encuentra, un centro Internacional de Investigación, con redes en más de 100 países en desarrollo y presencia mundial con oficinas en Asia, África y Latinoamérica. Tan importante ha sido los avances científicos de dicho ente, que en el año de 1970, uno de sus investigadores, de nombre Norman Borlaugm, ganó el premio nobel de la paz. Hecho que ni siquiera por enterados, estaban los mexicanos, ni mucho menos los texcoquenses de dicho mérito.   



Norman Borlaugm es uno de esos inmigrantes o extranjeros visitantes que llegaron a nuestro país, a producir, a dejar un legado importante; no solamente fue un estadounidense descendiente de noruegos, sino que también fue un ingeniero agrónomo, genetista y fitopatólogo, por la Universidad de Minnesota; considerado el padre de la agricultura moderna y de la llamada “revolución verde”. Cuando llegó a México, fue en los años cincuenta, estuvo en Sonora y después en Texcoco, donde colaboró en la creación del Centro Internacional del Mejoramiento del Maíz y del Trigo.  Resulta curioso, que ningún lugar de Texcoco, tenga el nombre, de quien además de haber sido premio Nobel de la Paz, es considerado como el responsable del incremento de los alimentos y de las posibilidades de que actualmente los seres humanos, tengan acceso suficiente a los alimentos, como nunca antes en la historia.  Sin duda alguna un detractor de Roberth Malthus y sus trágicas profecías de la hambruna y la sobrepoblación humana.

Ahora el Centro Internacional con el apoyo de la Fundación Bill & Melinda Gates y  Fundación Carlos Slim, han realizado una  inversión que oscila en los 25 millones de dólares. (325 millones de pesos), para continuar con las  investigaciones sobre las semillas del trigo y del maíz; sin embargo, la crítica ha sido también fulminante. Green Peace ha realizado campañas en contra de dicha investigación, en su campaña contra los “alimentos transgénicos”, la ONG internacional, ha señalado, que ni existe tal productividad, que las ganancias son nulas, que además de implicar costos adicionales, con la utilización de agroquímicos, se ha generado perdidas de las cosechas, como también la dificultad de comercializar la producción.



Lo cierto es, que si existen regiones petroleras, turísticas, o financieras en el país, uno pensaría que Texcoco, debería ser la capital de la revolución verde mexicana. Las instituciones educativas de prestigio con los que se encuentra  en la región, como la Universidad de Chapingo, el Colegio de Posgraduados en Ciencias Agrícolas, inclusive, otras escuelas de la región colindantes, como la Universidad Mexiquense del Bicentenario Campus Ixtapaluca que ofrece Ingeniería en Innovación Alimenticia o bien, un campus de la UNAM, la Facultad de Estudios Superiores Aragón, ubicado en el municipio de Nezahualcóyotl, en donde se oferta la carrera de Planificación para el Desarrollo Agropecuario, así como Maestrías en Economía con especialidad en recursos naturales y desarrollo sustentable, seria con toda esa inversión educativa, para que Texcoco, fuera la punta de la tecnología alimenticia no solamente en el país entero, sino del mundo.

Creo que no es así. El llamado concepto de soberanía alimenticia, que alguna vez visualizaron Lázaro Cárdenas, inclusive Luis Echeverría o José López Portillo, se encuentra totalmente caducada. El mundo de hoy se enfrenta con la disyuntiva de proveer alimentos a su población, tal como lo establece el derecho humano a la alimentación, o bien, poner en riesgo la salud humana, con la introducción de alimentos genéticamente modificados. La solución intermedia, sería continuar con la investigación, basada en tecnologías ecológicas y sustentables. Lo ideal es pues, hacer que cada niño y joven tecoxquense, sienta orgullo del amor a la tierra. Hacer de cada infante, un potencial de ingeniero y empresario agrónomo, capaz de continuar con respeto al medio ambiente, la explotación de la tierra, para el beneficio de la humanidad.

Pero al parecer no es así. La información económica que arrojan las fuentes oficiales, dice poco o casi nada, sobre la economía de Texcoco.

La tierra por la cual se han erigido la construcción de importantes centros educativos, no aporta resultados que refleje, los rendimientos de la inversión educativa agrícola. Los siguientes datos lo demuestran: Texcoco produce anualmente 2,426 toneladas de maíz que se traducen 6 millones 440 mil pesos; otras 240 toneladas de frijol que se traducen en casi 2 millones 758 mil pesos;  la producción de maíz es apenas del 0.01 y 0.83% del total que se produce el país. Si sumamos y cuantificamos en pesos la producción agrícola de Texcoco, tenemos que el resultado  arroja la cantidad de 125 millones 538 mil pesos; con esa cantidad, ni siquiera el suelo de Texcoco podría pagar los 757 millones de pesos del presupuesto asignado, que cuesta sostener al gobierno municipal de Texcoco.

Es más el valor de la producción agrícola en Texcoco, tampoco podría sostener los 2 mil 296 millones de pesos que la Federación otorga a la Universidad Autónoma de Chapingo.

¡Algo esta mal que no coincide¡. Los inmensos llanos de Texcoco y de toda esa región del Estado de México, no es sustentable, ni para sostener el gobierno, ni tampoco a su propia gente. 



Los campos de Texcoco no han recibido la riqueza de la inversión educativa realizada. ¡Claro¡. Las instituciones educativas asentadas en Texcoco son de una proyección nacional, inclusive el Centro de Investigación que tienen en dicho lugar, mismo que ha recibido donaciones de los hombres más ricos del mundo, Bill Gates y Carlos Slim, son de una proyección nacional, que no puede limitarse al ámbito regional. Sin embargo, triste es pensar que la cuna del conocimiento agrícola del país, no puede sostener su propia patria. 

La tierra al parecer no se trabaja, sino se vende, al menos así lo han hecho muchos ejidatarios, para constituir en la región, asentamientos humanos totalmente irregulares, fuera de todo orden legal y planificación. Las tierras de Texcoco, aquellas que debían de trabajar su juventud los egresados de tan honorables centros educativos y de investigación, sólo han servido para formar asentamientos humanos de formación sospechosa como unos terrenos de 380 mil metros cuadrados, ubicados en Cuautlalpan, “regularizados” por el Instituto Mexiquense de la Vivienda Social a favor de los activistas del Movimiento “Antorcha Campesina”; o bien, en otros casos, convertirse en rellenos sanitarios de la basura que arroja el Distrito Federal. Ejemplo de esto último, fue Tequexquinahuac, donde fue a parar el “lodo”, que originó la construcción de la “inservible” Línea 12 del metro, ejemplo de ineficiencia y corrupción en la gobernanza mexicana; y ejemplo, de cómo el Estado de México, es el “patio trasero” del Distrito Federal, no se diga Texcoco, su relleno sanitario.

Y es que los campesinos de Texcoco, decidieron dejar de sembrar la tierra. Descubrieron gracias a la reforma constitucional de 1992 que “privatizo” el campo, que les era más rentable vender sus parcelas; y fue por eso, que no solamente se convirtieron dichas parcelas en estacionamientos públicos, sino que también se inició una de las actividades, consideradas por algunos como actividades “delictivas”, otros, como meros actos de organización y gestión popular; nos referimos, a la invasión de predios y con ello, la conformación de nuevos asentamientos humanos.


Hablar de Texcoco, sin mencionar Antorcha Campesina, es omitir a uno de los actores políticos de mayor trascendencia no solamente en el Municipio, sino en la región, con presencia en los municipios de Chicoloapan, Chimalhuacán, Ixtapaluca, Chalco, por citar alguno de ellos.

Es precisamente en Texcoco, donde surge uno de los movimientos sociales más antagónicos que ha existido en todo el país. Nacida de estudiantes de la Universidad Autónoma de Chapingo, bajo el liderazgo de la comunidad académica y estudiantil de dicha Universidad, dicho movimiento popular, se asimiló como un frente masas con amplia vocación social de ayudar a los pobres; también cierto es, que éste movimiento ha sido acusado de ser protegida, por las “altas cúpulas priístas”; y es que algunos de sus críticos, no sólo le han llamado “brazo político armado del PRI”, sino hay quienes los han acusado de haber emprendido fraudes en contra de sus propios agremiados;  se estima que su fuerza es de más de un millón de miembros, que tiene representación en cada una de las entidades federativas, pudiera inclusive conformar un partido político nacional y no lo han hecho, es más, según los reportes de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, durante el año 2011, antorcha Campesina realizo en el Distrito Federal, 394 movilizaciones, con un estado de fuerza de 500 mil activistas y empleando un parque vehicular de 5,200 vehículos.  


La presencia de Antorcha campesina ha sido tan notable en la Ciudad de México, que inclusive, en el año 2010, Denisse Maerker y Televisa, le dedicaron reportajes, donde contundentemente criticaron al movimiento de invadir predios en diversas colonias de Texcoco, así como de hacer negocios con el PRI, además de haber invitado a su entonces Gobernador, (hoy Presidente), a un evento en el Estado Azteca, en el que se reportó un lleno total. Inclusive, se dice en dicho documental, que Antorcha Campesina, tiene control de Escuelas Preparatorias del Estado de México y que a través de sus maestros afiliados, obliga a los alumnos de dichas escuelas, a participar en sus manifestaciones.

Antorcha Popular, no se define como un movimiento de izquierda, simplemente, es una organización que  utiliza la movilización, como un instrumento de su lucha. El mismo, ha creado también sus propios cuadros políticos y algunos de sus militantes, han llegado a ser representantes de algunos mexiquenses, ya fuera como diputados e inclusive, como presidentes municipales.

Ahora que si hablamos de organizaciones que realmente espantan a la ciudadanía e imponen el terror, aunque intenten ocultarse o censurase, son los carteles de la droga, entre los que se encuentran los Caballeros Templarios, Los Zetas, La Familia Michoacana, el Cártel de Jalisco Nueva generación y los remanentes de la organización de los hermanos Beltrán Leyva.  Dichas batallas de narcos, hizo que para el año 2012, se capturara al operador de la “Familia” en Texcoco, alias “El Coreano”; inclusive, para el año 2013, el Ejército y la Policía federal realizaron patrullajes en zonas de alto riesgo en el municipio; sin encontrar nada nuevo. El narco o mejor dicho, la cadena económica de distribución y comercialización ilegal de narcóticos, continúa en dicha zona.  




Es así como el miedo en Texcoco a la delincuencia organizada, hizo que el Gobierno del Estado, de manera sorpresiva, cancelara el Hell and Heaven Fest 2014, un concierto de rock metalero que se iba a presentar en la Feria de Texcoco, en el que iban a participar, los Kiss, Guns N’ Roses y ochenta bandas más; y en el que se esperaban la asistencia aproximada de 50 mil asistentes; y es que seguramente, los “narcos”, no más les gusta la música grupera, que el heavy metal.  

Texcoco, tierra del gran proyecto educativo nacional en agronomía; de tierras sin explotar y otras más invadidas, por carteles o movimientos sociales; no podría pasar por alto, que en dicho municipio, se encuentra “la catedral”, de una de las asociaciones religiosas (no católicas), de mayor presencia en el país y Centroamérica, nos referimos, a “Betel” (“casa de Dios”), perteneciente a la congregación mundial de los Testigos de Jehová.  Así, Texcoco guarda en sus tierras, a una de las sucursales de esta asociación religiosa, que representa geográficamente México-Centroamérica; y cuya sede mundial se encuentra Nueva York Estados Unidos.




Y es que los terrenos de Betel, se adquirieron en Texcoco en el año de 1974, pero no fue sino hasta 2003, cuando se empezó a construir el complejo, el cual fue reconocido en el año 2014, como la sede de los Testigos de Jehová de los países centroamericanos: Guatemala, Belice, Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá. Betel, no solamente representa jurisdiccionalmente, a ocho congregaciones, entre ellas México, sino que también, desde ahí se traducen las publicaciones de dicha organización a 57 lenguas regionales, 7 lenguas de señas, se imprimen 13 millones de libros al año, 9 millones de revistas, además se envían 6,000 toneladas de publicaciones, grabaciones de libros y audios.  Toda una verdadera empresa líder en cultos religiosos.



  
Mucho hay que decir sobre Texcoco, que poco se ha dicho. Por ejemplo, la infraestructura educativa y cultural de Texcoco, es digna de un Municipio que busca modernizarse. No solamente se lleva a cabo anualmente la popular Feria de San Marcos, donde acuden personajes del medio artístico, sino que también, cerca de ahí, se encuentra la colosal obra del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario,  que cuenta con una sala de conciertos para 1200 personas donde se presenta conciertos musicales, como la Orquesta Sinfónica del Estado de México, o bien recitales de guitarra, piano, de jazz y hasta de rock urbano.  Obra monumental que cuenta con biblioteca con 50 mil volúmenes, salón de usos múltiples, hemeroteca, auditorio, teatro al aire libre y espacios escultóricos. 

En el ámbito de la Política, hasta antes de 1996, Texcoco fue gobernada por el PRI; después de ese año, hastael 2009 le correspondió al PRD gobernar; posteriormente regresó el PRI al municipio con un coalición de partidos, pero volvió a perder en el 2012, cuando una coalición de partidos integrada por MORENA, PT y Movimiento Ciudadano, llevará al poder, a su actual presidenta Delfina Gómez Álvarez.  

En fin, mucho podría decirse de Texcoco; quizás lo más importante que había que destacar de la región, ha sido sin duda alguna, su glorioso pasado. No olvidar, que hace mas de dos mil trescientos años, Platón soñó con una Republica gobernada por los filósofos; y fue precisamente en Texcoco, hace seiscientos años, que el ideal fue hecho realidad, cuando un poeta de nombre Nezahualcoyotl, se convirtió en el Al Tlatoani de la región.


¡Los tiempos vienen, los tiempos cambian¡. Es momento de que Texcoco sea gobernada nuevamente por otro poeta. ¡Quien quite y sea un Humanista¡. 











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