GENESIS DE LA NUEVA GUERRA CIVIL O REVOLUCION MEXICANA (TERCERA PARTE)

SEGUNDA PARTE
LA TRANSICIÓN DEL ESTADO PRIISTA, REVOLUCIONARIO, CORRUPTO Y CRIMINAL,
AL ESTADO DE DERECHO.



El sismo ocurrido en la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985, demostró al sistema político mexicano, que no tenía el control político como este creía; el “fantasma del 68”, acechaba nuevamente y ya no tanto, que implicara una amenaza al intervencionismo militar de los americanos o a la revolución comunista, sino que el riesgo era que los ciudadanos adquirieran conciencia de sus libertades constitucionales, para opinar, libremente expresarse y tomar la calle para solucionar, sin necesidad del aparato estatal autoritario, criminal y clientelar, sus propios problemas.
El gobierno no supo qué hacer. Los informes que le daban los porros en las escuelas, las madrinas en los barrios bajos y populares, los lideres charros en sus organizaciones sindicales, los presidentes de los comités seccionales del partido político oficial el PRI, no alcanzaban a explicar, la espontanea participación de miles de mexicanos, que salían a las calles, a limpiar los escombros, que el ejército, la policía, los empleados de gobierno no podían hacer. La sociedad manifestada en las calles, dio testimonio, de lo que los noticieros de televisión no podían decir, ni siquiera, el número de muertos y desaparecidos se atrevían decir.  
La reconstrucción de la Ciudad de México, fue el génesis que cerró el ciclo de la nueva generación de políticos mexicanos, que sustituirían, a la generación de oscuros políticos burócratas, asesinos, demagogos, criminales y corruptos, coludidos con sus subalternos los narcotraficantes. De las calles de la Ciudad de México, en sus colonias más populares, surgirían los nuevos caudillos, de la nueva rebelión popular, que pondría en jaque, al sistema político priista, que al igual que su régimen homologo, el soviético, no tardaría en caer. Esos nuevos líderes sociales, eran de la clase media, personas comunes y corrientes, egresadas de escuelas públicas, algunos empleados de gobierno, otros, sin trabajo alguno más que de la economía informal; cansados todos ellos, de vivir en un régimen de gobierno acabado, que no les había dado la oportunidad de haberles hecho justicia como a sus padres.
MARCHA DEL CEU
Por otra parte, en el año de 1986, el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Jorge Carpizo McGregor, expone lo que ya todos sabían; la inmoralidad y pobreza intelectual de los estudiantes mexicanos; en un documento llamado “Fortaleza y Debilidades de la UNAM”, propone un plan académico entre el que incluiría, la supresión del pase automático, así como el cobro de cuotas para los estudiantes de la Universidad; además de decirles a sus estudiantes, flojos y mediocres; la respuesta de estos, fue contundente, en tan sólo unos meses, la UNAM fue sacudida políticamente, a través del surgimiento del movimiento estudiantil de 1986, que rompiendo el miedo del fantasma del 68, vuelve a tomar las calles, para exigir la continuidad del “pase automático” de las prepas a la Universidad, así como también la gratuidad de la educación. La huelga estudiantil de 1986, termina triunfando cuando el rector desiste de su propuesta y no consigue la reelección. Y el régimen, sale también derrotado o convencido, de que los tiempos actuales, ya no eran los de la guerra fría de los sesentas.
Y Mientras eso ocurre en el país, en el mundo, el líder del estado soviético, Mijael Gorbachoev, se atreve a reformar la Unión Sovietica, a través de sus ejes centrales, la rectificación socialista llamada “perestroika” y su política transparente llamada “glasnot”; la revolución política encabezadsa por los sovieticos irìa qcompañada también por la revolución tecnológica, pues en ese mismo año Bill Gates sale a la escena publica diseñando un nuevo software que también revolucionaria al mundo y que se concoerìa después, como “Windows”.  
Mientras tanto en el país, el PRI, el partido oficial, sufre una regresión interna de recordar las palabras de su antiguo líder Carlos Madrazo respecto a la democratización del partido; la división de opiniones provocaría la fractura política, los aspirantes a la candidatura a la presidencia, hacen que se cuestione, no la democracia del país, sino la democracia interna del partido; Cuauhtémoc Cárdenas, es el candidato natural a ocupar la presidencia, por ser hijo de uno de los ilustres fundadores e ideólogos del partido revolucionario, miembro de una de las familias revolucionarias del partido; pero el candidato oficial, sería un destacado estudiante “niño genio”, miembro de una camarilla de estudiantes egresados de Harvard y de otras escuelas americanas, un hombre muy joven de apenas 38 años de edad, que enfrenta una generación de políticos cincuentones, forjados todos ellos, en la época de la moral revolucionaria, aquella que dilapido los recursos petroleros, que pacto con los criminales y que reprimió a los estudiantes. (Pero que también habían dado identidad y construido al país).
Carlos Salinas de Gortari, es el siguiente estadista, después de Porfirio Díaz, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas; Salinas de Gortari, es el personaje político que garantiza el país, su tránsito a la modernidad; es miembro también de la familia revolucionaria, hijo de un funcionario del gobierno del ex presidente Adolfo López Mateos, nada comparable, con ser el hijo del ex presidente Lázaro Cárdenas. Sin embargo, Salinas, es el mexicano que se preparo años para ser el presidente de México, el que estudio todos los días de su vida, en la mejor universidad del mundo, egresado de la Facultad de Economía en la UNAM, curso tres maestrías en Harvard University, donde aprendió Administración Pública, Teoría Política y Economía; el maestro Carlos Salinas, trae consigo un proyecto innovador de cambio para el país; tiene las ideas neoliberales de Milton Friedman y esta consiente, de que los próximos años en el país, como en el mundo, será fundamentales para el futuro del siglo XXI mexicano.
El PRI sufre una división interna. La “clase revolucionaria” y su gran pacto reunificador, termina rompiéndose con la designación de este candidato, que de nacionalista y revolucionario, no tienen nada; en riesgo estaba las grandes conquistas de la revolución mexicana, los derechos sociales, obreros y campesinos; inclusive el status quo de la clase política. El Partido Revolucionario se divide en una corriente presidida por su candidato natural Cuauhtémoc Cárdenas y un distinguido político Porfirio Muñoz Ledo, para conformar junto con otros disidentes, en la “Corriente Democrática”, quienes con otros militantes, abandonaron y renunciaron a su militancia política priista.

La ruptura del PRI de 1987, desemboca en uno de los movimientos populares, más “puros” y “democráticos” que no haya generado antes otro movimiento como lo fue el de 1968. El liderazgo político de Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, logra aglutinar otras fuerzas políticas, como lo fueron los partidos políticos “paleros al PRI” el PARM, PPS y PST quien cambiaría este su nombre, por el PFCRN.  Pero la unificación más importante que daría la disidencia del PRI, fue con el movimiento popular generado por el sismo de 1985 y el movimiento estudiantil de 1986. De esta manera, el Frente Democrático Nacional, (FDN) logro conjugar las elites y las bases de lo que alguna vez, fueron del PRI. Un movimiento genuino, popular, democrático; al que se sumarian, los grupos izquierdistas y sobrevivientes comunistas, para conformar y reivindicar, el proyecto político de izquierda.
El “viejo régimen” contra el “nuevo régimen”, o quizás la promesa de un nuevo régimen. ¿Cómo viviría el Estado criminal esta situación?. ¿Qué decisiones debían de tomar las cúpulas del poder político y económico del país.
Miguel de la Madrid Hurtado era un presidente con todas las atribuciones constitucionales y legales que un régimen presidencialista le otorgaban; pero realmente, dentro de las estructuras burocráticas del PRI, Miguel de la Madrid era un “hombre débil”, “manipulable”, “tibio”, no lograba ejercer su liderazgo, pese que había metido a la cárcel algunos corruptos del gobierno anterior, inclusive negociado los problemas policiacos internacionales con sus narcotraficantes, el régimen, no era tan unido como parecía serlo; pues dentro del sistema y de su partido, se vivía la división, que logro manifestarse públicamente en aquel 1988.

ING. CUAUHTEMOC CARDENAS SOLORZANO
¿Dónde quedaba el nacionalismo revolucionario?, cuando el Presidente comenzó a privatizar las empresas estatales propiedad de la nación. Aunque muchos políticos, gobernadores, secretarios de estado, líderes agrarios y sindicales, le besaran en público la mano al presidente, lo cierto era, que en privado, le criticaban sus políticas públicas implementadas. Muestra de ello lo era el líder sindical petrolero Joaquín Hernández Galicia, otro político (criminal), quien promovía clandestinamente la candidatura alterna del régimen. ¿Dónde quedaba el nacionalismo revolucionario del Presidente Miguel de la Madrid?, más preocupado por abatir la inflación y no contratar mayores empréstitos, o de vender más empresas estatales, o de incorporar al país al comercio internacional con su ingreso al GATT, o peor tantito, de encarcelar a los criminales narcotraficantes por capricho del gobierno de los Estados Unidos; lo cierto era, que en México, se fraguo poco a poco, un sentimiento antigobiernista en contra del presidente y de cualquier otro candidato “oficial “que este propusiera.  Por eso el gobierno priista revolucionario, criminal y corrupto, impulso dos candidaturas, la “publica” que encabezaba el candidato oficial Carlos Salinas de Gortari, para no romper las formas y el protocolo tradicional del sistema político mexicano; y la segunda candidatura, que era la “oculta” o “clandestina”, la impulsada por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Lo paradójico, es que ambas candidaturas fueron apoyadas por el mismo gobierno. Una candidatura de la “revolución oficial” y la otra, de la “verdadera revolución”. En la primera candidatura, colaboraron los “priístas” verdaderos, en la segunda, los “priístas prestados”, unidos con los comunistas.
El tercer candidato a la presidencia, era la de un empresario, ex presidente de la COPARMEX, hombre dicharachero, norteño, broncudo y carismático, que se convirtió en el abanderado del PAN, el “partido de la derecha”, el “partido conservador”, el de los “reaccionarios” y enemigos de la Revolución. El de Manuel J. Cluothier. Un hombre que en público, no denunciaba la traición a la revolución mexicana, como si lo hacía Cárdenas, sino que decía algo peor, denunciaba esta verdad secreta, un estado corrupto y criminal.
Los criminales apoyaron ya fuera el candidato de la “revolución oficial” (el del PRI), o el de la “verdadera revolución”, (el del FDN), cualquiera de esas candidaturas, reportaría las mismas ventajas al negocio del narcotráfico.  Para eso Caro Quintero o Neto Fonseca, ya no trabajaban y estaban eternamente encarcelados, el otro mafioso Pablo Acosta ya había muerto, que preocupación podía tener el Jefe de Jefes Miguel Ángel Félix Gallardo. Finalmente, a estos empresarios criminales no les interesaba la política, sino el libre tránsito de su mercancía e ingreso del producto a los Estados Unidos.
El resultado de las elecciones fue polémico. El candidato oficial Carlos Salinas de Gortari le ganaba al candidato alterno, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, luego de haber experimentado el país, su primera experiencia democrática desde la caída de Porfirio Díaz. Las elecciones presidenciales de 1988, mostraba la fuerza y lealtad de la clase política del régimen priista, capaz de cometer un fraude electoral, al haber manipulado el software de las primeras computadoras so pretextando su desconocimiento técnico y practico con la “caída del sistema” (de computo, no del sistema político).
Carlos Salinas de Gortari es ahora el presidente constitucional del país; cuenta al igual que sus antecesores, con todo el poder político, económico y social, que el propio sistema político había construido, en tan sólo seis décadas de gobierno. ¿Pero cómo iba a gobernar la nación?. No solamente, el país entraba a un proceso democrático donde cuestionaban la credibilidad de su cuestionado triunfo, sino que también, tenía información, que varios de sus compatriotas y compañeros de partido desconocían. El fin de la guerra fría, la derrota ideológica, política, económica de la Unión Soviética y por consiguiente, del romántico ideal marxista-leninista; la caída del bloque socialista, el mundo neoliberal que emergería de este nuevo reacomodo político, acompañada del inicio la era tecnológica de la que posteriormente denominarían revolución informática o “sociedad de la información”. Era como experimentar un periodo histórico y decisivo para el futuro de las nuevas naciones, equiparable, con lo que había ocurrido en Europa después de la primera guerra mundial, o cuando las naciones aliadas encabezadas por los Estados Unidos, resolvieron el fin del nazismo y de la segunda guerra mundial. Sabía que aparecerían y desaparecerían nuevas naciones y que las doctrinas económicas, serian las del libre mercado, con una libre competencia radical y además global.

CARLOS SALINAS DE GORTARI
PRESIDENTE DE MEXICO 1988-1994

Carlos Salinas de Gortari entendió que el país debía dar paso a una etapa moderna y global, pero algo para lo cual no estaba preparado su régimen, acostumbrado a reivindicar su orgullo nacionalista, su soberanía nacional, su historia e identidad propia; como podía transitar nuestro país, a un estilo de pensamiento, donde la propiedad, la libertad contractual y la libre empresa, son el eje fundamental del american dream way of life; donde quedaba la familia, la fiesta, la religión, las creencias sociales de nacionalismo, mexicanismo, que los regímenes priistas habían construido, bien o mal, pero finalmente construido.
Salinas de Gortari, enfrenta a un aparato burocrático que todavía ejerce su poder a través del miedo y la violencia, donde las conciencias se siguen comprando, donde el sentimiento de patria y revolución, vuelven alcanzar significado, cuando el partido alterno, el Partido de la Revolución Democrática, (PRD), así lo reivindicaba.  Como enfrentar a un aparato político que controla y domina a los clases obreras y empresariales, a los burócratas y hasta los comerciantes ambulantes o informales, inclusive hasta a los criminales, dedicados no solamente al narcotráfico, sino también a la fayuca, al juego y a la prostitución. Sabe que cuenta con el apoyo de ese mismo sistema, para cambiar al propio sistema, ¡que paradoja¡, sabe que el mundo, en meses se transformara y que la patria mexicana, tiene que dar ese brinco, al mundo global que se avecinaba.
Vivir en un régimen de derecho, era sin duda alguna, el gran ideal político y hasta jurídico, de todos sus antecedentes. Una republica moderna, realmente tripartita, donde existiera un poder legislativo y ejecutivo, elegido democrático, un poder judicial autónomo, un pueblo donde sus gobernados tuvieran sus derechos civiles, políticos y humanos garantizados, un país, que no se sacudiera en la violencia, en la disputa y la confrontación político militar; un país donde existiera el libre mercado, una prensa libre y critica, una sociedad civil participativa, critica y educada. Había sido el ideal que había enfrentado Benito Juárez en 1857 y que por defenderlo, enfrasco el país a una guerra civil entre liberales y conservadores, era el reto de Francisco I. Madero y Venustiano Carranza, quienes por defender la democracia y la no intervención de los caudillos revolucionarios les había costado su propia vida con la ruptura del orden constitucional impulsado por Victoriano Huerta y Álvaro Obregón; era el reto, que logro controlar Porfirio Díaz y su régimen político el PRI, al crear y diseñar un sistema, donde el gran jefe el Presidente, daba cobijo a todos sus amigos y hasta “enemigos”, donde vivían todos felices por las rentas que les daba el presupuesto, en un país de mera simulación, donde las instituciones funcionaban por mera apariencia, sujetas a una constitución y a unas leyes, que para violarse reiteradamente, debían de ser constantemente reformadas con la votación unánime de sus legisladores y la obediencia ciega e incondicional, de sus burócratas y jueces. Un país con una republica simulada, que había logrado su mejor conquista, la paz social. Sin guerras, revueltas, rebeliones, genocidios, sin ocupaciones militares de americanos o soviéticos.

CARTEL OFICIAL DE LA PERESTROIKA
Salinas de Gortari para cambiar el país, con el apoyo del propio régimen que representaba, sin caer en los errores de su homologo Mickhail Gobarchev que desintegro su nación soviética y tiro al basurero de la historia, la gesta de la revolución rusa y de sus ideólogos marxistas, en tan sólo unos meses; decide trazar su reforma política, social, económica. Lo haría por el imperativo de transformar al país y adaptarlo a las nuevas circunstancias del nuevo orden mundial, lo haría por patriotismo, asumiendo los riesgos y grandes aciertos de su liderazgo político, durante esos seis años en que gobernaría, lo haría, con el apoyo del régimen que representaba y muy en lo secreto, con el apoyo también de los enemigos históricos del régimen, de los Estados Unidos de América, de la Iglesia Católica y del Partido Acción Nacional (PAN). Entonces el PRI sufre su segunda fractura política, al coincidir en sus ideas liberales con su adversario o enemigo histórico opositor que era el PAN. 
Salinas de Gortari para transformar al país y mostrarlo a las principales economías mundiales, (Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Alemania, Francia), como un país “moderno” y “civilizado”, digno de atraer capitales que dieran empleo a los mexicanos, sabe que debe impulsar las reformas constitucionales y políticas que permitieran la pronta inserción del país a la nueva comunidad global. Esos cambios políticos logra hacerlos el Presidente con la mayoría de los diputados que aun tiene en el Congreso, respaldado también, con los votos de los legisladores panistas.
La reforma política consistió en arrebatar al propio régimen, de su capacidad y poderío, para organizar, preparar y dar a conocer, los resultados de las elecciones. Era una reforma democrática, hasta antes de él, las elecciones las organizaban la misma pandilla de caciques criminales y líderes sindicales, que obligaban a los ciudadanos a votar por el que “ya sabían”, eran ellos, los que proponían a todos los funcionarios de las casillas donde se depositaban los votos, y quienes contaban los sufragios, corregían actas y modificaban los paquetes electorales para hacer ganador, al mismo partido de siempre, el PRI; la constitución del Instituto Federal Electoral fue en sí, la creación de un nuevo poder político que se sumaba a la teoría tripartita de Montesquieu, no solamente era el Poder Legislativo, Ejecutivo y el Judicial, sino que creaba otro órgano, que no podría llamarle “Poder Ciudadano”, “Poder Soberano” o “Poder Electoral”, pero que actuaria como tal, dando certeza y participación política a todos los ciudadanos de la Republica, quienes ahora serian estos, los que integrarían las mesas directivas de casilla y quienes ahora, serian los responsables, de conducir el proceso electoral. El PRI por lo tanto, ya no debía ganar ninguna elección, por el apoyo de sus gánsteres criminales, sino por su capacidad persuasiva, de inducir al voto.
La reforma “política-policiaca”, jugó un papel también importante. Logra arrebatarle a los policías judiciales su poderes inmorales y arbitrarios de obtener confesiones e improvisar criminales; con esa medida, se pretende desarticular, la cooperación que existía entre los policías judiciales, madrinas y delincuentes, para controlar a la sociedad, no les daría intervención a los criminales, en los asuntos de procuración e impartición de justicia, ni menos aún, para controlar al pueblo. Esta reforma, la fortalece aun más, cuando crea un organismo político, autónomo, defensor de los derechos humanos, con plena capacidad para hacerle sombra, a la actuación discrecional e intimidatoria del Ministerio Publico, nos referimos al ombudsman, denominada Comisión Nacional de Derechos Humanos. Reforma, que muestra su amplia disposición como tal, cuando decide nombrar como procurador General de la Republica, a un hombre de una alta moral intachable, no vinculado al régimen político priísta, de trayectoria académica y prestigiosa, el Dr. Jorge Carpizo Mc Gregor. (Ex Rector de la UNAM).
La lucha contra los criminales también se dio, a cuarenta días de haber tomado posesión, destruye al poderoso líder sindical petrolero Joaquín Hernández Galicia, acusado políticamente de haberse enriquecido con las cuotas sindicales de sus agremiados, de vivir éste y su camarilla de líderes, con las regalías que le generaba la compra del petróleo mexicano, de intimidar también a sus representados los trabajadores petroleros. Acto político y policiaco, que le da al Presidente, la dudosa legitimidad que no le había otorgado las urnas.
El otro acto, también tuvo un significado político importante, aunque las notas policiacas de la época, no lo dimensionaron como tal. En ese mismo año de 1989, otro operativo policiaco, hace detener al principal Jefe de todos los narcotraficantes mexicanos, Miguel Ángel Félix Gallardo. Cabeza intelectual, financiera, empresaria y política, que vinculaba el régimen, con su empresa ilícita. No era Neto Fonseca, ni el escandaloso Caro Quintero, los verdaderos dueños del narcotráfico mexicano, el verdadero cabecilla, el personaje “oculto” y “protegido”, lo era Felix Gallardo.
Nadie de ese entonces, visualizo que el golpe dado al verdadero capo del narcotráfico mexicano, generaría el surgimiento de los carteles. La semilla que empezó a dar fruto también, con el fin del Estado Criminal y el surgimiento del Estado del derecho. Era como haber destrozado la cabeza del monstruo, pero no el cuerpo entero de una bestia, que le brotaría otras pequeñas cabezas.
La detención del “padrino” Miguel Ángel Félix Gallardo”, tomo a muchos de sus “ahijados” por sorpresa; de un día para otro, el régimen priísta fue infectado por el espíritu de la “honradez” y “pureza” que no había tenido antes; había tomado la decisión errónea y apresurada de romper la columna principal del narcotráfico mexicano, al haber apresado al jefe de todos los narcotraficantes mexicanos, al verdadero patrón o “jefe de jefes”, al jerarca que podía someter a todos los criminales involucrados en el negocio ilícito de trafico de drogas; su detención desde luego no tenía lógica, no había sido una aprehensión como las de Caro Quintero o Neto Fonseca, donde existió la presión internacional de los americanos; la captura de Félix Gallardo, obedeció a una cuestión política del régimen, como si fuera una respuesta anticipada a cualquier acusación que pudiera habérsele formulado al régimen presidencial de Salinas de Gortari, de continuar solapando a criminales, así como de demostrar su continuidad con el pacto criminal celebrado décadas atrás entre el PRI con los criminales.
Inmediatamente un hombre llamado Juan José Esparragoza Moreno, alias “El Azul”, convoco a una junta donde se reunirían todos los “ahijados” del “Padrino” Félix Gallardo, quien ahora estaría recluido en la cárcel; a dicha junta acudirían los hermanos Arellano Félix: Ramón, Benjamín, Eduardo y Javier; Joaquín Guzmán Loera alias “El Chapo”, Ismael Zambada García alías “El Mayo”,  Héctor Luis Palma Salazar alías el “Güero”, Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”, Juan García Abrego y otros narcotraficantes de nombre todavía desconocido; la reunión conclave sería fundamental para el futuro del narcotráfico mexicano, pues en ella se trataría el reparto de la herencia de su mentor, que era el botín entero del país.
Aun eran amigos todos los narcotraficantes que acudieron al reparto de la herencia, el nuevo líder tendría que salir de esa junta, muchos apostaron que ese nuevo líder sería Amado Carrillo Fuentes, otros se inclinaron por García Abrego; sin embargo, los sobrinos del Tío, los hermanos Arellano Félix, exigieron ser los nuevos dueños del negocio. Las disputas entre cada uno de estos nuevos carteles tendrían que definirse en los próximos años, mientras eso sucedía, se tomaron las primeros acuerdos.

LOS HERMANOS ARELLANO FELIX

Los hermanos Arellano Félix serían los responsables de introducir la droga a los Estados unidos por la ruta de Tijuana, la ciudad fronteriza mexicana con San Diego, Estados Unidos, ellos constituirían el “Cartel de Tijuana”. Su principal arma, sería la violencia que ejercerían sin duda ni arrepentimiento alguno.
Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”, sería el encargado de la plaza de Ciudad Juárez, introduciría la mercancía ilegal al mercado americano, en Texas, a través de una flotilla de aviones capaces de burlar los radares de las aduanas de los Estados Unidos. La principal arma de este cartel, sería la introducción de los recursos tecnológicos no solamente aeronáuticos, sino también técnicos contables y bancarios, para incrementar su fortuna a través del “lavado de dinero”.
Juan García Abrego, se le asignaría el control de la Ciudad de Matamoros, se le llamaría “El Cartel del Golfo”. Heredero también de la tradición familiar de su tío Juan N. Guerra, viejo contrabandista, experto en corromper autoridades.
De esa forma, las tres ciudades fronterizas estarían controladas por esos tres carteles. Arellano Félix – Carrillo Fuentes – García Abrego. (Tijuana-Cd Juárez-El Golfo).
Debajo de ellos, dedicados a la producción de la droga, en los Estados de Sonora y Sinaloa, “El Chapo” Guzmán, el “Güero” Palma y el “Mayo” Zambada.
El “pacto criminal” terminaría entre el PRI-Gobierno con los narcotraficantes; ya no sería el régimen el protector de los narcotraficantes, a partir de 1989, el Estado dejaría de cobrar “impuestos” a los narcotraficantes mexicanos, dejando en plena libertad a estos últimos para gobernarse por sí solos y fueran ellos, quienes ahora, “sobornaran” a los funcionarios, corriendo éstos el riesgo de ser sorprendidos y reprendidos por la acción sancionatoria de la autoridad; el nuevo papel del Estado sería introducir la nueva moral republicana, de un Estado de Derecho, aunque pareciera falso, demagógico, hipócrita; el régimen priísta seguiría siendo el mismo, por muchas instituciones jurídicas e incorporación a las estructuras policiacas y judiciales, de hombres probos y académicos; ningún cartel mexicano podía creer el doble discurso del gobierno priista, moderno, innovador, democrático; cuando en la realidad, la corrupción seguía operando. La droga seguía pasando a los Estados Unidos y el derrame de la riqueza económica, sería cada vez más abundante.
JOAQUIN EL "CHAPO" GUZMAN
La segunda generación de narcotraficantes mexicanos (herederos de Miguel Ángel Félix Gallardo), vivirían un tiempo en paz, hasta que finalmente, las tensiones por el control de las rutas, se suscitaron por la violencia desatada, entre los hermanos Arellano Félix y el Chapo Guzmán. Las rencillas entre estos, empezaron a cobrar vidas, hasta que finalmente, la guerra entre estos dos carteles estalló. Entonces la consigna de los hermanos Arellano Félix, no solamente era expulsar de su territorio al Chapo Guzmán y al Güero Palma, quienes trabajaban haciendo túneles que cruzaban la frontera americana, sino que también, tenían la necesidad de aniquilar a su enemigo. Para ello contrataron a unos sicarios, dispuesto acabar con la vida del Chapo.
Nadie daba nota del amarillismo policiaco, respecto a un coche bomba que estallaba enfrente de la casa del Chapo, ni tampoco de una balacera ocurrida en una discoteca de Puerto Vallarta, donde pistoleros al servicio del chapo, intentaron matar a los hermanos Francisco y Ramón Arellano Félix; las noticias que se reportaban, eran respecto los triunfos en las pelas de box, del pugilista Julio Cesar Chávez amigo del cartel de Juárez Amado Carrillo; la prensa no dejaba de aplaudir el liderazgo mundial de Carlos Salinas de Gortari, así como también de las reformas constitucionales promovidas por éste, con el apoyo de los legisladores del PRI y del PAN, para dar por terminado la reforma agraria y pactar nuevas relaciones con la iglesia católica. 
Salinas de Gortari sepultaba la ideología de la revolución mexicana. El Programa Nacional de Solidaridad, fue el programa gubernamental salinista, que doto de recursos públicos a los nuevos líderes vecinales y agrarios, que sucederían a los caciques tradicionales; inclusive se rumoraba sobre la desaparición del PRI y la aparición del “Partido Solidaridad”. Las reformas constitucionales en materia económica, fueron aprobadas por el Congreso, con el único voto en contra de los diputados del PRD, reformas que se encaminarían a la privatización de la patria entera, con la celebración de un Acuerdo Comercial con los Estados Unidos, sepultando así la reforma agraria.
Pero la peor reforma constitucional, la que traicionaría el espíritu de los priistas más radicales, fue la reanudación de relaciones politicas con el clero católico. Fue una afrenta ideológica, que no podía haber sido jamás obra de un priísta, hubiera sido creíble en un régimen reaccionario como el de los panistas, pero jamás priísta. Salinas de Gortari traicionaba la revolución mexicana, al haberse aliado con su adversario histórico el PAN.
Era momento para que los priistas criminales pudieran actuar y ponerle un límite al Presidente.
Y entonces las coincidencias, no parecieran ser coincidencias. La verdad es una necesidad que requiere conocer toda sociedad. Si no existe esa verdad, todo lo que de ella se hable es mera especulación. Solamente ficción digna de una novela o de un cuento de fantasía política.
Un día de mayo de 1993, los sicarios de los hermanos Arellano Félix esperaron en la terminal aérea de Guadalajara Jalisco, a un vehículo Mercury Grand Marquiz color blanco, donde viajaba su acérrimo enemigo; cuando vieron llegar por fin al carro blanco, los pistoleros sin dudarlo, dispararon una y otra vez, la ráfaga de metralletas, esperando que sobre ese automóvil, abordara Joaquín el Chapo Guzmán.
Pero no fue así, se trataba de un hombre de sotana negra, era nada menos y nada más que el Cardenal Posadas Ocampo. Los testigos de los hechos, también fueron asesinados.
El Chapo Guzmán, huyo de Guadalajara, mientras que los sicarios de los hermanos Arellano Félix, tranquilamente abordaron a un avión, del mismísimo aeropuerto de Guadalajara, que los condujera a Tijuana. Quizás arrepentidos de haber asesinado a un ministro de la Iglesia de Dios.
El Régimen priista revolucionario, corrupto y criminal, volvió a sacar su doble cara. Por un lado, su máscara de nación moderna, reformista, conciliadora con el clero católico; pero por otra parte, su cara escondida seguía siendo la misma, un régimen que seguía detestando al clero católico, como si aun viviera el general Plutarco Elias Calles, al grado tal, que con su brazo armado la delincuencia organizada, logro ejecutar a un príncipe de la nobleza católica. El mensaje serìa claro: Ningún miembro de la Iglesia Católica debía de intervenir en asuntos políticos e internos del gobierno. Se rumoraba que el cardenal entregaría un portafolio con información confidencial al Nuncio apostólico Prigione, representante del Vaticano en México, información que revelaba la corrupción del régimen priista con el narcotráfico.
Coincidencias desafortunadas. Pero este fue el inició de la guerra que seguiría …

Continuará

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