HISTORIA DEL ULTIMO SOCIODRAMA: ¡LA REPUBLICA DE GAIA¡




El nuevo sociodrama debía ser más emotivo, con mayor suspenso, diversión, mejor diseñado, con nuevos dilemas que desentrañar y la aparición de problemas jurídicos por resolver.  Esa fue mi meta inicial. Así lo pensé, lo planeé, lo espere con tantas ansias. ¡El resultado fue otro¡. ¡Esta es la historia de la Republica de Gaia¡

El sociodrama no lo copie de ningún lado, ignoro si esta dinámica de grupos se haya empleado con anterioridad en la carrera de Derecho, desconozco si se haya efectuado en las aulas de la Facultad de Estudios Superiores Aragón o en otra parte; no sé, sinceramente,  no lo sé. Atribuirme su invención, sería un elogio a mi vanidad, pero la verdad, no creo que sea a así. Seguramente alguien antes tuvo la ocurrencia y lo llevó a cabo en otro lugar, en otra parte. Yo al menos, me limitare a exponer, el sociodrama jurídico que invente, diseñe, pero que mis alumnos, me ayudaron a darle vida y sentido. Yo solamente escribí las reglas del juego, ellos hicieron el juego.

El sociodrama tiene su origen en la cantidad de días, meses, años, en el cúmulo de libros y en la cantidad de conversaciones con maestros en derecho dedicados a la docencia, psicólogos y pedagogos especializados en la educación especial. La pregunta que siempre me formule, fue: ¿Cómo enseñar derecho?. Pero derecho en un contexto o en una situación que mas se le pareciera a al realidad.  Tradicionalmente la enseñanza del derecho es conceptual y “codiguera”, el maestro en un monologo expone ante sus alumnos, su riqueza cognoscitiva, de definiciones jurídicas y disposiciones normativas, mientras que el alumno sólo escucha, oye, calla, escribe, por momentos duerme, en otras, nada entiende, pero no le importa, su mente anda en otros pensamientos. Su gran esfuerzo intelectual para adentrarse a la material, se da sin duda alguna, previo a la presentación de sus exámenes. Sin embargo, en este sistema no a todos los alumnos les va bien, habrá quienes tienen buena memoria o mejor retención y puedan contestar sin error alguno su examen, pero en cambio habrá otros que por mas que estudien, no logran reflejar sus conocimientos aprendidos en la calificación del examen. Otros alumnos en cambio, no podrán aprender el estilo de enseñanza del maestro, ya sea porque el maestro exponga continuamente una clase oral y el alumno sea mas visual que auditivo o en su caso, ya sea porque el maestro utiliza seguidamente el pizarrón y el alumno, sea mas auditivo que visual.

El reto por lo tanto, era impartir clases pero rompiendo paradigmas; dejar la formalidad del maestro “sabelotodo” y convertirlo en un participante más en el salón de clases.

En mi experiencia de doce años de profesor, note que en cada inició del curso, existe un proceso de negociación, un “acuerdo de voluntades” entre el profesor y el alumnado. El objeto de la negociación, es la calificación. El maestro expone los requisitos y establece para ello, valores cuantitativos del uno al diez, propone también el numero de exámenes parciales o finales, el valor porcentual de un trabajo escrito, los puntos por concepto de participaciones y otro tipo de actividades, en las cuales, en esa fase inicial, el alumno, poco o nada puede hacer ante esa negociación. ¡Es obvio¡. El maestro es el dueño de la calificación y por esa razón, el alumno, solo se adhiere a lo que el maestro le propone.

Al final del semestre, sucede el efecto contrario. Es el momento en que ya no existe negociación con el alumno, sino es la etapa del curso, en al cual el maestro finca las responsabilidades académicas en forma individualizada por cada uno de sus alumnos: Algo así de fácil. El que estudio mucho, merece una buena, muy buena o excelente calificación; el que estudio poco, merece una calificación regular o suficiente; pero el que no estudio, es obvio que merece reprobar. ¡Así son las cosas¡.

Los alumnos consideran a veces este hecho injusto, automáticamente muchos de ellos comienzan a compararse con sus propios compañeros y se dan cuenta, la injusticia del maestro en calificar a sus “consentidos” o en tomar revancha, para desquitarse de los que les “cae gordo”. Inclusive otros más, aprovechan su situación de poder académico y en forma discrecional, requieren de sus alumnos o alumnas, la prestación d ciertos favores económicos e inclusive sexuales. ¡Así es esto¡.

Mi conciencia jurídica me hizo comprender en la analogía que existe entre la justicia y la legalidad, de un Estado, con el salón de clases. La Legalidad es el conjunto de normas jurídicas que establece consecuencias fácticas del deber ser, a una situación hipotética que ocurre o puede llegar ocurrir. La Justicia en cambio, es algo mucho mas profundo, mas emocional, mas reflexivo; la justicia es algo que se vive, se experimenta, se sufre, se siente, causa indignación, enojo, ira, tristeza, alegría, felicidad; en cambio la legalidad, únicamente se razona, “Si es A, debe ser B”. Descubrí entonces que esta analogía era aplicable en un salón de clases, los maestros nos regíamos con un criterio legal al momento de asentar calificaciones, desde el inicio del curso señalábamos las normas y al final, cuando el estudiante encuadraba en alguna de esas hipótesis, la sanción era la calificación a la que se había hecho merecedor ese alumno. Eso desde luego generaba muchos tipos de injusticias, alumnos que aprendían de distinta forma, no podían ser valorados o “medidos” con la misma vara, con el que el se calificaba, al alumno “mas inteligente”, aquél que tenía mayor retención, mejor memoria, o quizás, mejor suerte, que los demás.

Durante años como maestro observe cantidad de alumnos capaces de memorizar definiciones de algún doctrinario o aquellas que les dictaban sus maestros en sus apuntes; capaces de memorizar también al pie de la letra, los artículos de alguna ley o código o de la Constitución, era impresionante ver después, aquellos alumnos en la vida profesional, sin saber, ni comprender, menos aun, para razonar, discernir o argumentar jurídicamente. El derecho no era algo que se aprendiera de memoria, era algo que debía de comprenderse, analizarse, procesar mentalmente.

La primera discreción que debía de hacer el alumno, era comprender el concepto de legalidad y justicia. Al menos así sentía que lo percibían. El maestro era “legal” cuando aplicaba sus propias normas de evaluación, de forma tan determinante que no dejaba discusión alguna; si la formula matemática que promediaba los exámenes parciales daba como resultado el promedio de la calificación, esa era la evaluación que merecía el alumno. Situación numérica que consideraba era “injusta”, porque no tomaba en cuenta otras aptitudes de los alumnos que merecían esa o mayor calificación. Por ejemplo, no era para mi creíble que existieran alumnos o alumnas, que tuvieran diez en sus exámenes, pero que eran incapaces para razonar o resolver un caso, cuando el maestro les preguntaba; viceversa, era también para mi inadmisible, ver alumnos brillantes que respondían y participaban, inclusive resolvían casos jurídicos o exponían acertadas consideraciones jurídicas, pero en el momento de calificar sus exámenes o promediar su calificación, el resultado no reflejaba lo que mostraban.

Posteriormente la vida profesional me mostraba otra cara. Los alumnos estudiosos, aquellos que inclusive habían sido becados o reconocidos por sus alto promedio, una vez terminada la escuela, no encontraban en el campo profesional, su espacio de realización; muchos de ellos, realizaban actividades muy distintas de las que habían estudiado. Y por otra parte, me percataba también, que aquellos alumnos que siempre se había caracterizado por su conducta relajienta, “regular”, no destacada en su historial académico, eran quienes a la postre, ocupaban plazas en la judicatura o en la administración pública, otros más, los veía en el litigio. ¿Qué era lo que pasaba?.

Reflexionaba que calificar y luego evaluar eran actos de legalidad y justicia. Ambos presumían ventajas y desventajas. Como maestro, establecer mi criterio legal era injusto para los alumnos que mostraban tener otro tipo de habilidades; en cambio, ser un maestro “justo”, también era “injusto”, porque no establecía reglas generales de evaluación que les diera a los alumnos, “seguridad jurídica”, de saber, como podían obtener su calificación.

Durante años, en mis primeros semestres de docente, impartí clases conforme a mi criterio discrecional. Por más que trataba de ser objetivo, no podía serlo. Tenia simpatía por los alumnos que participaban, exponían, inclusive, sentía aversión a quienes siempre se sentaban en primera fila, como niños aplicados o “matados” como les llaman. Observé por ejemplo, que a los “matados” era difícil “matarlos”, no solamente sacaban diez, sino que eran capaces de hacer cualquier trabajo que el maestro les dejaba, por muy imposible que éste pareciera; podía encargarles trabajos o tesinas con ciertas características y lo cumplían con los requisitos solicitados al pie de la letra; podía atreverme a decirles que se aventaran de las ventanas del salón de clases y eran capaces de hacerlo. ¡Por eso eran “matados”¡.

¿Y los relajientos?. ¿Dónde quedaban ellos?. Ellos no cumplían o medio cumplían, eran alumnos cuyas calificaciones eran bajas o regulares, otros de plano, eran cínicos, pero mucho de ellos, me externaban una simpatía, observaba que en ellos, tenían cualidades que los “matados” no tenían. Era más fácil encontrar a estos alumnos en los juzgados o en las agencias del ministerio público, que a los matados,  que no sabía nada de sus huellas una vez terminada la escuela.

Ese fue el primer motivo que me orillo llevar a cabo la experiencia del sociodrama. Los alumnos debían de resolver el dilema de la justicia y la legalidad, concatenado con la obligación de enseñar y aprender; para ello, debían de involucrarse en el proceso de evaluación. La manera de llevar a cabo este proceso, era simular una Republica.

¿Hacer del salón de clases una republica?. ¡Claro que era posible¡. En un espacio territorial (salón de clases), existía la población (alumnos) y obviamente la autoridad (profesor); sólo que para llevar a cabo el sociodrama, debía de agregarse un ingrediente que lo hiciera “real”, hacer que en esa Republica, se llevara a cabo, hacer un laboratorio experimental, respecto a como se ejerce o debía de ejercerse el poder.  Los alumnos podían elegir a un “Jefe de grupo”, experimentando con ello, sus primeras experiencias en política.

En el esquema tradicional de la enseñanza del derecho, en algunos casos el profesor requiere siempre del apoyo de un ayudante, que lo auxilie para el control de las listas, donde asentaran las asistencias y participaciones de los miembros del grupo. El maestro designa a su ayudante de forma unilateral; pero en el sociodrama jurídico, el esquema debía de cambiar, debían de ser los alumnos, quienes propusieran al maestro, quien sería o debería de ser su ayudante y lo harían, depositando en éste, parte de la su confianza, en el que fuera su ayudante y quien fungiera de enlace entre el grupo y el profesor.

En el caso del profesor, delegar la responsabilidad y control de las listas en un alumno que fungiera de su ayudante, sin duda alguna, es un acto de mucha cautela y responsabilidad. Pues el maestro “delega” o “cede” sus facultades discrecionales de calificar a sus alumnos, por conducto de su ayudante, denominado “Jefe de Grupo”.

La modalidad impuesta en el sociodrama, es que ese “Ayudante de profesor”, sería electo democráticamente por el voto universal y directo de los miembros del grupo; y se
le denominaría Presidente.

Las reglas en que se llevaría a cabo el curso escolar, sería a través de este sistema. Un profesor, un ayudante y el grupo. Agregando a este diseño, el enfoque jurídico. El salón de clases sería la Republica, constituida por un pueblo (los alumnos) y su autoridad (el Presidente o bien, ayudante del profesor). ¿El profesor que papel jugaría?. A parte de enseñar derecho, enseñaría también política.

El Poder o la Política es uno de los elementos importantes para el conocimiento y aplicación del derecho. El alumno o alumna que es designada como ayudante de profesor, en el esquema tradicional, es indudable que cuenta con un poder por encima de sus compañeros. Es el enlace con el profesor y quien tiene el control de la lista, donde se asienta las asistencias, retardos y faltas, así como también de las calificaciones. El profesor, también ejerce el poder, pues es la autoridad académica en el salón de clases, quien puede prohibirles entrar a su salón de clases u obligarlos a entregar trabajos o presentar exámenes, es finalmente, quien aprueba o reprueba a sus alumnos. 

El curso se llevaría a cabo durante cuatro meses y la estructura estática existiría, cuando el profesor le propondría al grupo en su calidad de “Congreso Constituyente”, el proyecto de Constitución; los “diputados constituyentes”, todo el grupo, debatiría el modelo pedagógico con el que aprenderán derecho, una ve aprobada la Constitución, todos en sesión solemne, protestarían su observancia.

Una vez aprobada la Constitución, el profesor, actuaria como “guía”, “asesor”, o “coordinador”, su papel sería de mero espectador; dentro del juego, interpretaría a los llamados “poderes facticos”, aquellos que influyen en la toma de decisiones, pero sin participar formalmente en la arquitectura constitucional. El profesor representa, a las naciones más ricas del mundo, a la mafia, a las sociedades secretas, al vaticano, a los bancos y corporaciones. Una de las claves para que se desarrolle el sociodrama, es que el maestro deja en libertada sus alumnos para gobernarse ellos mismos.

Las leyes que los diputados aprobarían, serian las que les presentara su guía-asesor. Los diputados serian libres para establecer sus propios ordenamientos. Al menos, existirían dos leyes, tan importantes como la Constitución.

La Ley de Evaluación y Acreditación, en la que se establecería la forma en que los alumnos acreditarían la materia; así como la Ley fiscal, en la cual se establecería la obligación de los “alumnos-ciudadanos”, a pagar contribuciones.

Habrían otras leyes, igual de importantes. La Ley del Boletín Judicial, donde se publicarían las leyes, reglamentos y decretos emitidos, publicados también en el Face Book; la Ley de Prensa, donde se establecerían los derechos a la libre expresión de las ideas y de la utilización de los recursos tecnológicos para la documentación del sociodrama, es decir, para que los “alumnos-periodistas”, fotografiaran y video grabarán los momentos más importantes del sociodrama y pudieran subir esos videos en el Face o en You Tube. Existiría la Ley de Procedimientos Judiciales, que regularía la función del juez, designado por los diputados electos a través de un concurso de oposición; también, la Ley de Disciplina, que serviría de “Código Penal”, para sancionar a los alumnos que incurrían en faltas de conducta; desde luego, la Ley Ambiental, que impondría la obligación de los alumnos, a mantener limpio el salón de clases.

Las contribuciones serian un factor importante para la Republica. Cada alumno debía de pagar impuestos, aunque fuera de forma simbólica, todos estaban obligados a pagar impuestos. El maestro desde luego, también intervenía en el sacrificio de fungir como Banco mundial y poner a disposición de la Republica, algún donativo o dinero de crédito.

Los alumnos se organizarían libremente, para jugar el papel que más se les acomodaba. Ya fuera en la política formando parte de alguno de los poderes públicos, o como mero espectadores, siendo testigos y críticos de los acontecimientos.

Las reglas fueron diseñadas y se aplicaron por vez primera en el 2010 a través del sociodrama denominado “Republica de Zubiri” y “Republica de Chalcovia”, después, en el “Estado de Justo Sierra” y “Estado José Vasconcelos”; finalmente, el quinto sociodrama, se llamaría, “Republica de Gaia”.

Esta es por lo tanto su historia:


EL SOCIODRAMA EN GAIA




Cada grupo de alumnos es diferente, aunque no debería de serlo, en teoría todos tienen la misma edad, cursan el mismo semestre y su perfil socioeconómico es el mismo que caracteriza a un estudiante de una escuela publica.

La Republica de Gaia la espere con tantas ganas. Aun no sabía quienes iban a participar en este proyecto, pero lo que si sabía, es que en el nuevo diseño, insertaría una variable importante que le daría otro sabor. La competividad. La única forma de lograr éste valor, era hacer que los alumnos se organizaran en partidos políticos e hicieran exposiciones; y obviamente, compitieran por el poder.

Esa fue una de las propuestas en el proyecto de Constitución que como “asesor” les di a mis alumnos. Esa Constitución debía de ser modificada, discutida y aprobada por los alumnos.  Las primeras demostraciones de alumnos con iniciativa, son los que conforman el Congreso. Los primeros que lo hicieron fue Fernanda, Pedro y Liberato. Inmediatamente lo primero que pensé, es que en un de ellos tres, recaería la presidencia.

Habían repetido algunos alumnos del semestre pasado, que se abstuvieron de participar en la conformación de la mesa directiva del congreso constituyente. Muchos otros, participaron con sus objeciones en las normas, una de esas mentes brillantes que aporto mucho a la constitución, sería Pedro.

Pedro desde el principio se me figuro como un abogado recio, firme en sus convicciones, por momentos “duro” hasta consigo mismo; realmente, en aquel grupo naciente, se me figuraba que era uno de los futuros profesionales del derecho, que no solamente tenía la vocación de jurisprudente, sino que además, se perfilaba como un futuro líder o presidente en esa República por constituirse.

Sin embargo, una vez discutida y aprobada la Constitución, al momento de postularse a la presidencia, no contó con el apoyo popular del grupo y si en cambio, lo tuvo Fernanda, por encima de Pedro, Monserrat y Valeria.

Monserrat era para mi una cara nueva, no la conocía, pero por el lugar donde se sentaba, automáticamente diagnostique que se trataba de una alumna “no matada”, “alivianada”, con un espíritu maternal (obviamente protectora) a favor de sus amigos quienes la secundaban.

Por otro lado, Valeria, se me hacía una excelente ayudante, en el sociodrama pasado jugo el rol de banquera y llevo la administración contable en forma puntual, que también no dude, en que pudiera haber sido presidenta.

Pero a Fernanda no la conocía, No sabía quien era, previo a su elección, le pregunte porque quería ser presidenta y ella contesto que “para ayudar al grupo”, era una respuesta sincera, correcta, quien decide ocupar cargos públicos, lo hace siempre pensando altruistamente a favor de todos y sacrificando sus propios intereses. Fernanda, es una estudiante aplicada, su incursión como presidenta, obedeció mas a su espíritu fraternal de ayudar, que de obtener el poder por el poder mismo; a diferencia de Pedro, sentía que él buscaba el poder, por el poder mismo, por tener la satisfacción de ser también, el mismísimo poder.

Onofre fue uno de los alumnos que mas trabajo me costo incorporarlo a esta mecánica del sociodrama. Su edad, de 52 años, mayor por más de treinta años a cada uno de mis alumnos, es un factor que influyo mucho en que se llevara este juego sanamente y que no fuera interrumpido. Una persona mayor, como en el caso de Onofre, lleva una vida realizada y “mañas” aprendidas, que difícilmente una persona de esa edad puede cambiar.

Aragón es una escuela, que da cabida a personas que deseen estudiar una segunda carrera o que tienen una edad por encima del promedio de sus compañeros. Onofre era uno de esos casos. El era un profesor normalista y además licenciado en pedagogía, con estudios doctorales en epistemología y pedagogía; ¡qué papel debía de jugar Onofre en una Republica, donde la presidencia y los diputados eran electos popularmente; Onofre por su personalidad controvertida, no gozaba de la popularidad y simpatía para que en el se hubiera depositado el voto y el cargo de presidente. No, por el contrario, quizás, el fue un factor que automáticamente fue señalado como el “espía” del grupo; los servicios de inteligencia del profesor serian encarnados por Onofre.

Sin embargo Onofre debía de comportarse al igual que con sus propios compañeros en el mismo plano de igualdad. Aunque vaya paradoja, no era igual que ninguno de sus compañeros. Una brecha generacional de treinta años separaba Onofre de sus demás compañeros, y no era solamente la edad, sino también sus habilidades y formación personal. Onofre tenía una habilidad de razonar y criticar acertadamente, por ello participaba, aunque sentía y percibía que muchos de sus compañeros no les gustaba, esa habilidad de Onofre únicamente lo daba la edad y el conocimiento; es más Onofre debía de ser mi profesor y no yo; y sin embargo, era a revés, él era el alumno y yo el profesor. Onofre lamentablemente tenía una desventaja, era un “analfabeto en la sociedad de la información”, el mundo que estaba viviendo con sus compañeros de licenciatura, no era el mismo, que cuando el curso sus primeros estudios de licenciatura y aunque el lo sabía, siempre percibí su resistencia al cambio ideológico de un mundo globalizado; ya no había guerra fria, ni el concepto de soberanía nación, menos aun, la lucha de clases, por momentos sentía que Onofre representaba todo aquel modelo de gobierno, ideológico, económico y social, que estaba por desaparecer y al que yo tanto criticaba. Onofre no simpatizaba con las redes sociales, tenía además una aversión al Internet, era natural, en su época de estudiante no existía la revolución tecnológica, esta situación, lo colocaba en desventaja a varios de sus compañeros familiarizados con el celular y las computadoras.

El primer Congreso de diputados también no debía de preocuparme. “Frank”, Diego y Diana, de los cuales únicamente conocía a los primeros dos, pero no a Diana. “Frank”  quien había sido mi alumno en el semestre pasado, siempre le vi aptitudes de diseñador grafico, era creativo, su imagen lo demuestra, él es uno de los alumnos que al menos eso me reflejaba en mi, tenia un potencial innovador de crear cosas nuevas, además de que su imagen y conducta personal, no denotaba problemas de alcoholismo o depresión, muy característicos de los jóvenes de ahora. El era por lo tanto, un chavo sano que aportaría mucho a la Republica. El caso de Diego, era diferente, Diego para mi, era un muchacho, inseguro, por momentos inocente, eso si, muy aplicado y respetuoso, amigable y con una capacidad de lealtad y responsabilidad hacia mi persona y hacia las personas que estimaba. En cambio, yo no podía emitir un juicio de  Diana, no sabía quien era, ni cuales eran sus antecedentes académicos. Pero una vez al chatear con ella en el face, me di cuenta de su capacidad racional de emitir juicios normativos, ella fue la autora de la primera controversia constitucional que se dio en Gaia, al impugnar el Reglamento de la Ley de Evaluación.

La formación de los partidos políticos fue también una novedad en el sociodrama. Fue la variable que agregue, inspirada en lo que ocurrió en Chalcovia, donde los partidos políticos nacieron espontáneamente, pero en Gaia fue, por disposición legal y constitucional, al mas estilo partidocratico de nuestro país.  No me preocupaba en lo mas mínimo que el grupo formulara o simulara partidos políticos, finalmente Platón decía que el semejante busca a su semejante y eso fue lo que sucedió, “Dios los cría y ellos se juntan”, los individuos se juntan y conforman grupos atendiendo a sus características similares y eso fue lo que sucedió en el grupo, tres partidos políticos se conformaron, el Partido de la Pezuña, el Partido Comunista y el Partido Estudiantil.

Cuando los partidos políticos expusieron sus principios, me lleve un fiasco, ninguno de ellos expuso principios ecológicos, ni siquiera Onofre, que lo único que hizo, fue exponer principios del marxismo leninismo, sin dar margen abierta, ni siquiera al “ecomarxismo”. La Pezuña fue el partido que mas desaprovecho, el momento para definir su proyecto ideológico, se mostró como un partido hueco, sin principios, habían diseñado la imagen de un puerquito, pero no explicaban ni porque y que querían, ni si quiera eran o decían ser vegetarianos o hablaban en defensa de los cerditos o en contra de los rastros o criticaban a los que acostumbraban a comer carne, nada de eso, era un partido con un potencial para expresar un proyecto ideológico, pero no lo hacían, eran huecos, vacíos, sin propuesta; al igual que los del Partido Estudiantil, que quizás lo único que los diferenciaba de los pezuños, es que eran mas estudiosos y menos relajientos, ¡ah y que además¡, era el partido oficial, pues de él era gran parte del gabinete de la Presidenta Fernanda, excepto Lorena quien ocupaba el puesto de Secretaria de Educación y que era perteneciente a la Pezuña. Lo mismo que Crispin, a quien siempre eraba, llamándole “Fermín”, él jugo el papel del IFE, la autoridad imparcial que organizaba las elecciones y además, representaba también al IFAI. (El Instituto de Transparencia).

Mis informes de inteligencia (es decir Onofre) a quien designe como mi embajador, me comunicaba poco o casi nada de lo que ocurría en la Republica. Era difícil para él, ponerse a jugar también, pues para él iba a la escuela a estudiar; muchas veces sutilmente me comento, la posibilidad de darle un “trato especial”, pero sin meterlo al juego del sociodrama, le era muy difícil convivir con jóvenes que podrían ser sus hijos; decidí entonces, que la figura de Onofre debía de tener un “trato especial” en el sociodrama, era después de todo, una fortuna contar siempre con personas profesionistas y con experiencia y eso era Onofre, por eso lo nombre mi embajador, yo, pero reencarnado en otra persona. La figura jurídica institucional que le conferí a Onofre le otorgaba inmunidad; como embajador del gobierno que representaba (es decir, a los Estados Unidos), y lo designe también, como mi agente especial “secreto”, de la CIA, por ello y enterado una vez sobre este proyecto pedagógico, lo comisione a que llevara a cabo la memoria del grupo, para que fotografiara y grabara las clases y el desarrollo del sociodrama, disposición que acató aun en contra de su apatía por el sociodrama y de las constantes mentadas de madre que le hacía Kevin y otros miembros de su pandilla, cada vez que éste lo video grababan; pero finalmente, Onofre fue demasiado tolerante en este ejercicio académico, siempre actúo conmigo  en forma respetuosa y subordinada a mis instrucciones; además, era de advertirse también, que pese a que existía una Ley de Prensa, no había prensa, nadie fotografiaba y video grababa y Onofre si lo hacía. Por eso, tuve el acierto de haberlo designado mi embajador, (y posteriormente mi ayudante). Además que con el paso del tiempo, Onofre se convirtió en el cronista video fotográfico del sociodrama.

¿Hubo alguna tensión entre el grupo y el servidor, o mejor dicho, entre Gaia y yo, que representaba a la “comunidad internacional”, a los “Estados Unidos”, la “mafia”, “El vaticano”, las “sociedades secretas” y todo lo que representaba a los “poderes facticos”. ¡Claro que si¡. La confrontación se dio un día que hablaba en serio y amenace al grupo para que tomara en serio el sociodrama, advirtiéndoles que se pusieran a estudiar. Esa vez, Carlos, quien había sido uno de mis mejores alumnos en el sociodrama anterior, del grupo de 7-8, (Estado de Justo Sierra), hizo un comentario que se me hizo tonto, lo que logro que mi enojo lo manifestara, pero más me enojo, su actitud contestataria, lo que hizo, que pusiera en duda mi calidad de autoridad y eso era algo que yo y ningún maestro podemos tolerar.

Carlos Flores en el sociodrama anterior, llegue a pensar en proponerlo como Juez, porque hacía unos comentarios jurídicos muy asertivos, pero a la hora final, mi designación recayó en Efraín, otro excelente estudiante de la carrera. Posteriormente Carlos repitió en el grupo, pero había algo que me molestaba de él, sentía que no se involucraba y cuando lo hacía, siempre era para hacer un “chistecito” fuera de lugar, además de que uno de sus compañeritos, cuyo nombre desconozco por serme indiferente, le hacía segunda. Carlos además tuvo un gesto en el sociodrama que me molesto, cuando fue el concurso de oposición para designar al Juez y a los participantes de la contienda, participaron Sara, Crispín y el otro Carlos, al preguntarle a él algo tan obvio, no quiso contestar, simulando no conocer la respuesta, eso obviamente me molesto, porque me demostró con ello, al menos eso pienso, que no se involucraría en el sociodrama y que su única forma de hacerlo, era a través de sus chistes tontos que en nada contribuían a la mecánica.

Después del incidente con Carlos, me entere, por boca del profesor Víctor el Secretario Técnico de la Carrera, que Carlos me había ido acusar a la Jefatura de Carrera, lo que me hizo en el fondo, no preocuparme, sino reírme de dicha acusación; después de haber recibido acusaciones en la Contraloría General y en la terrible Fiscalía de Servidores Públicos, así como la manifestación de estudiantes que una vez me hicieron varias alumnas de la Universidad de Ecatepec, acusándome de “misógino”, o de aquel alumno prepotente que charoleaba diciendo ser el asesor de la diputada Beatriz Paredes, la Presidenta del CEN del PRI; con todo el respeto y lealtad que me merece la Jefatura la Carrera y a Carlos mismo, ¿pero que me podía hacer un alumno, a mi siendo profesor?, ¡nada¡, ¡absolutamente nada¡. Aquella vez le dije al maestro Víctor que yo era el profesor y exigía respeto de todos y cada uno de mis alumnos y que mi experiencia académica, me había enseñado a no revolver las cuestiones personales o de disciplina, con las cuestiones académicas. Es algo que aprendí cuando fui estudiante en 1997, con mi ex profesor de Derecho Laboral, Arturo Arriaga Flores quien por haberle disentido en una definición jurídica de derecho de trabajo, lo desespere y lo hice enojar, me regaño y le conteste, entonces me corrió del salón de clases por no tolerar que siendo indisciplinado, si sabía de su clase, y no obstante de eso, me corrió del salón de clases, a mi entonces novia, por ser mi novia, y obvio, eso lastimo mi ego y mi dignidad propia. Independientemente de haberme reprobado.

¡Pero yo jamás cometería el mismo error¡. Reprobare al alumno que no sepa, que no se involucre, que no quiera aprender; pero jamás tomaría una medida represiva, como la que en su momento, fui  objeto del distinguido académico al que siempre respetare y le tendré consideración, aunque no haya querido ser él mi maestro. Los alumnos que sepan podrán mentarme la madre, ponerme los apodos que quieran, pero jamás los reprobaría si demuestran que saben. ¡Estoy para enseñarles, no para caerles bien¡.

¿Sucedieron otras confrontaciones?. ¡Claro que si¡. La primera confrontación de la que tuve conocimiento fue entre Diego y Onofre y no lo supe de la boca de Onofre, que siempre me hablaba de la política magisterial del SNTE y de sus anécdotas como profesor y director de una escuela primaria en Iztapalapa, sino que lo supe de otro agente especial, que también se dedicaba espiar al grupo y también a Onofre sin saberlo. Ese agente me informó sobre la rencilla que se había dado entre ambos personajes, luego de que Onofre expusiera su tema.

Onofre días antes de exponer su tema, se acerco a mi pidiéndome bibliografía, a lo que le facilite un ejemplar de los apuntes de Derecho Ecológico que estaba escribiendo. Nadie supo en ese momento, que lo que Onofre había expuesto, era precisamente, mis apuntes del libro titulado ¿Derecho Ecológico? que estaba escribiendo. Onofre expuso concretamente el capitulo filosófico. Eso me agrado mucho, escuchar en su voz mis propias palabras, pensamientos y reflexiones entre el individuo y su actitud con el medio ambiente, quizás el grupo no entendió de lo que estaba hablando Onofre pero yo si, y por esa razón, otorgue esos primeros puntos al equipo de Onofre, que representaba al Partido Comunista, pero Diego mostró su inconformidad, como queriendo decir al grupo entero, que Onofre no había expuesto nada, como si éste le hubiera causado un perjuicio grave, no obstante que en su exposición se disculpo públicamente con Diego.

Supe que el problema se había suscitado porque Onofre grababa y tomaba fotografías al grupo, sin haber pagado sus impuestos. Y que Diego le había reclamado, prohibiéndole realizara esa actividad. Seguramente era cierto, pues hasta donde ya sabía, ya estaba publicada la Ley Fiscal y la Ley de Prensa, pero en el terreno político, Diego era un diputado que no podía exigir eso a sus representados, eso lo tenía que hacer en todo caso el Procurador; siento que Diego le traicionaba su visión gubernamental de autoridad, mas que de representante del pueblo y por eso, cometió ese error y otros más, mucho más graves; una vez por ejemplo supe, de la voz de otro de mis agentes secretos, infiltrado en la Pezuña, que le había dicho a Diana, “Vete a la verga”, “Los voy a chingar”, haciendo uso de su prepotencia; inclusive este espía me menciono, que fue Diego, el que echo perder el sociodrama. Me confesó que ya habían pactado la alianza entre partidos, para engañarme, haciéndome creer que existía competencia partidista en la Republica, pero que por culpa y la prepotencia de Diego, el plan se echo a perder.

Diego tuvo la capacidad de reconciliarse con Onofre y de celebrar una Coalición de partidos; claro que fue una decisión inteligente y acertada, que a todos tomo por sorpresa, obvio que también fue una decisión política para hacer frente al Partido de la Pezuña. Dicho partido, para esos días,  empezaba adquirir forma e identidad, pues su exposición había sido brillante, creativa, sin duda alguna, la mejor exposición que había visto en todos mis años de profesor y de estudiante; había realizado un documental que lamentablemente retiro del face, simulo una convención del medio ambiente e hizo también, spots publicitarios a favor de quien sería su candidato a la presidencia “Kerber Obrador”. La Pezuña hizo una exposición brillante, saco muchas cosas buenas, pero también otras malas, por un error legislativo, no estaba prohibidas las coaliciones, pero tampoco el que los ciudadanos decidieran cambiar de Partido Político y eso fue lo que ocurrió, la Pezuña saco lo peor de los ciudadanos de Gaia, su deslealtad, traición y oportunismo de cambiarse de Partido político, como ocurrió el caso de Diego, (el otro Diego, que se sentaba atrás en las bancas), que era perteneciente del Partido Comunista y de repente apareció siendo afiliado de la Pezuña, o José Mata, que llegando a ser Presidente del Partido Estudiantil, de repente renunció a su militancia para irse con la Pezuña. ¿Dónde habré visto esas cosas?.

La pezuña era el partido de los relajientos, de los flojos e irresponsables, se me figuraba a una pandilla de borrachos, que se embriagaban todos los días, alumnos reprobones que copiaba los exámenes y se burlaban clandestinamente de sus maestros; Kerber era su candidato natural a la presidencia de Gaia, a quien constantemente, se mofaban de el, teniendo el desacierto de compararlo con López Obrador.

“Keber Obrador” como le llamaba “Frank”, su diseñador, creador y publicista, fue una invención de la Pezuña, una mera fantasía, Kerber nunca fue líder de nada, sino un simple objeto susceptible y fácil de manipularse; no era realmente comparable a López Obrador, su personalidad no era la de un líder combativo, critico, “rijoso”, como en su momento había sido Noe en la Republica de Chalcovia; Kerber, en cambio, era una cruza del político mexicano que tanto daño le había hecho al país, era un Vicente Fox elevado a la potencia, mezclado con “Juanito” el ex Delegado electo de Iztapalapa; la mezcla de ambos políticos daba a Kerber. Había que reconocerle que Kerber es un tipo simpático, que inspiraba por momentos una ternura por su espíritu noble y amigable, pero no toleraba su imagen de “político bufón”, menos aun, que su aspiración a la presidencia fuera en serio.

Kerber, se lo dije personalmente, tenía todo para ser un distinguido y exitoso profesionista, pues tenía lo principal que era el nombre y apellido de origen alemán; creo que hasta la fecha sigue teniendo ese potencial para ser un líder exitoso, pero había algo que no me gustaba de él, lo sentía retraído, distraído, y por esa razón, percibía que la supuesta campaña que se le hacía a su favor para hacerlo presidente, no era sincera, sino cruel, burlona, era como si se tratara de Quasimodo y lo nombraran el “Rey Feo”; y advierto, no estoy diciendo que Kerber sea Quasimodo y feo, pues eso no tiene nada de malo, pero Kerber, no era tratado como un candidato a la presidencia, sino como la caricatura del sociodrama. ¡Eso no lo podía permitir¡.

Pensé que el sociodrama se iba a echar a perder, de permitir la llegada al poder de Kerber. La pezuña con su primera exposición tuvo un éxito impresionante que hizo que varios miembros del Partido Cumunista y del otro partido político, se cambiaran de partido, lo que en el argor político, se le llama “chaquetazo”; era molesto para mi, que el sociodrama se empezara a distorsionar en una practica real de lo que pasaba en el país, políticos cómicos, comediantes o payasos, desleales, que cambiaban de un partido a otro, sin compromiso ideológico, ni visión de equipo. En el caso de Kerber, (Fox-Juanito), trate de investigar, quien era su “Martita Sahagún o su Peje, nunca di con quien estaba detrás de él; pero si intuía, que sus amigos directos, se mofaban de él. Lo hicieron vestirse de arbolito para talarlo; luego lo disfrazaban de ventrilocuo, controlado por Jael, después salió publicitado con la marca de una cerveza comercial. ¿Qué imagen respetable podía inspirar el “mejor” hombre de la Pezuña.

Planee mi estrategia, para intervenir sin intervenir en forma directa, no podía entrar de lleno al juego, pues creía yo que mi papel era de “arbitro” o “espectador”, pero sin embargo también jugaba como representante de los Estados Unidos, la mafia, la CIA, las sociedades secretas y la religión católica; yo representaba, no los poderes legales, que estaban depositados en la Presidenta Fernanda, los diputados del Congreso y Sara la Juez, así como a Crispin que representaba al iFE y al IFAI, yo representaba a los poderes fácticos; era difícil para mí, si intervenir o no en la designación del futuro presidente, de hecho fue mi dilema ético, sabía bien que tenía que dejar que el juego fluyera, pero insisto, si me preocupó que Kerber fuera el presidente, y por eso lo vete. En razón a ello, empecé a subir en el face videos de la dictadura militar en Chile y Argentina, así como de la tentativa de golpe de Estado en España, la advertencia era clara, no dejaría que Kerber fuera el Presidente, pues de hacerlo, daría el golpe de Estado. Creo que el Partido de la Pezuña entendió el mensaje, porque después cambiara de candidato. Vete a kerber, no por Kerber mismo, sino por aquellos que estaban detrás de él, a quienes se mofaban de él.

Pero la polarización era un hecho real. Las diferencias entre los miembros de la Pezuña y de la Coalición eran notorias, cada vez que entraba al salón de clases lo alcanzaba a percibir, nunca como antes un sociodrama me había hecho experimentar también mi capacidad de tolerancia y aversión, los dilemas éticos de intervenir designando  mi propio ayudante, es decir al futuro presidente; sabía bien, que Fernanda no tenía el liderazgo que en su momento había tenido Marisol, en la Republica de Chalcovia, dudaba de su reelección y por eso en varias ocasiones, hable con ella, pidiéndole reflexionara si era su deseo dejar el cargo de presidenta, o continuar en el puesto, buscando la reelección. Fernanda me respondió que estaba pasando por un mal momento de salud, pero que ella, le parecía interesante la mecánica del juego, entonces, le sugerí, que continuara en el cargo y de manera muy sutil, le dije que haría todo lo posible, para que Kerber, no llegara a la presidencia. Quizás ese si era el parecido que podía tener con el “Peje”, definitivamente, “era un peligro para Gaia”.

El Plan consistió en “meter el voto del miedo”, amenazarlos con un golpe de estado o con un ataque bombardeo de la fuerza área de los Estados Unidos, como estaba ocurriendo en esos momentos en Libia; fácil, adelantar el examen que tenía planeado aplicarles al final del curso, ese examen haría que el grupo se uniera o que de plano, desistieran en votar por Kerber para salvaguardar su calificación. Finalmente, Kerber caería en el debate presidencial, porque Fernanda lo arrasaría. …¡Pero nunca ocurrió¡.

Los partidos hicieron excelentes exposiciones. Que yo sepa en derecho, nunca se había realizado ese tipo de actividades académicas. Salvo en el caso de las obras teatrales de la maestra Rosa María Valencia o de los periódicos murales de la maestra Norma Perea, nunca antes, los alumnos habían realizado exposiciones tan brillantes como las que hizo la Pezuña. Una vez Monserrat me lo dijo, refiriéndose a los de la Coalición,  “creían que éramos flojos y que no podíamos hacer y le demostramos que si”; esa frase de Monserrat me ayudo a descubrir algo, la competencia política y académica entere la Pezuña y la Coalición era realmente, entre los alumnos relajientos y desmadrosos, contra los “matados” y bien aplicados. Los pezuños demostraron sus habilidades que  quizás ni ellos mismos habían descubierto y los “matados”, tuvieron miedo, de sentirse en desventaja, aceptar, que sus adversarios, eran mejores.

En lo más profundo de mi ser, me sentía identificado con los Pezuños, pero cosa contraria, no con esos pezuños; la Pezuña, no merecía a esos pezuños que desprestigiaban a su partido, ¡qué paradoja¡, era una pandilla con mucha identidad pero “cero ideología”, podían hacer cosas buenas y grandiosas, pero me inspiraba que varios de sus miembros eran vulgares. Además, la Pezuña tenía una fuerza porril que lo hacía ser una organización estudiantil temible. Uno de esos porros era Kevin, un corpulento y atlético estudiante, jugador de futbol americano, que chiflaba y gritaba a favor de su partido.

Los de la Coalición, eran efectivamente los niños buenos. Algunas mentes brillantes de dicha organización era Lisandro, siempre con sus comentarios críticos y oportunos en el face, o Ernesto, que una vez me recomendó que viera la película “El Experimento”, quizás advirtiéndome que el sociodrama se me estaba iendo de las manos; fuera de esos casos, la parejita de amiguitas de Jennifer, Sandy y  Karen, quienes eran muy unidas, respetuosas y aplicadas, fuera de ellos, encontraba a Miguel como un excelente concertador político, muy amigable, conciliador, el mejor Secretario de Gobernación que he conocido en todos mis sociodramas, políticamente no logro la conciliación de bandos; Pedro, el terrible “procurador de hierro” y la parejita de novios de Valeria y Diego, quienes por momento, me despertaban mucha simpatía, pero por otros momentos, se me hacían que asumían conductas infantiles o muy “puritanas”.

Cuando fue el segundo informe de gobierno, Fernanda la Presidenta, anuncio una auditoria, para la Secretaria de Hacienda y la Secretaria de Educación. Fue una decisión propia, que en ningún momento le sugerí. Quizás la Presidenta Fernanda lo hizo, previniendo la alternancia en el futuro gobierno que encabezaría la Pezuña.

En el caso de la primera auditoria, Valeria la Secretaria de Hacienda, compareció ante los diputados y encontré en su comparecencia, con los tres diputados: Liberato, Jennyfer y Valeria, a una diputada aguerrida, feroz, dura, intransigente; era Vanessa, quien de verla, me recordaba a Dolores Padierna, una líder carismática, muy dura y criticona. La Republica de Gaia había juntado la cantidad de $2,800.00; y Valeria sin tener conocimientos contables, pues finalmente era estudiante de derecho, había llevado una contabilidad exacta, perfecta, además de mostrar su honestidad.

Los sociodramas imponen la carga de pagar impuestos. Los alumnos aprenden derecho fiscal, pagando sus respectivos impuestos. Chalcovia había juntado ocho mil pesos y otros siete mil pesos en dinero de crédito; pero en Gaia, los diputados decidieron pagar poco de impuestos, poco de salarios, nada comparables a los salarios que se percibieron en Chalcovia, Gaia, era una republica con una hacienda pobre, luego entonces, Gaia era una “pobre Republica”.

Lorena la Secretaria de Educación, nunca la vi involucrada, lo que me hacía confirmar que si la Pezuña llegaba a la presidencia, no tenía el suficiente equipo para llevar a cabo la administración del grupo. Pensaba yo, pobre grupo de Gaia, que van hacer con Kerber de Presidente, quien sería su Secretaria de Hacienda, su Procurador o su Secretario de Educación; era y fue definitivamente un error político de Fernanda haber designado a Lorena como su Secretaria de Educación, pues faltaba mucho y ni siquiera se veía una buena comunicación entre la Secretaria y la Presidenta; y eso quedo demostrado cuando fue el segundo informe de gobierno, cuando Fernanda anuncio los puntajes que llevaban los partidos y la Secretaria de Educación, ni siquiera había asistido a esa clase y cuando fue, tenía otro listado distinto. ¡Lorena a diferencia de Valeria, es que ella era irresponsable, nada transparente; Valeria era responsable y muy comprometida con el erario público.

Pobre Gaia, porque empecé a sentir su tiste final. La Pezuña ganará las elecciones y “Kerber – Fox” sería su presidente; ¿Qué harían con la hacienda pública?. ¡Malgastarla en una tarde de jerga; que harían con la lista, aprobar a todos sus alumnos con diez; ¿Qué harían?... Insisto, habían hecho las mejores exposiciones, pero no tenían mi confianza y creo, que tampoco les inspiraba confianza ellos. Los miembros de la Coalición me pidieron una fotografía, pero la Pezuña, ni siquiera me hizo ese ofrecimiento, creo que les caía mal, no les simpatizaba, eso percibí, quizás me equivoque, pero el hecho de no haberme pedido una fotografía, me daba ese indicador.

El “Museo de la Ecología” fue una excelente idea de los de la Coalición; un museo con visitas guiadas, y la práctica que se hizo en las canchas, fue también genial. Ya la Pezuña lo había hecho cuando intentaron sembrar los arboles que las fuerzas de seguridad de “Auxilio UNAM” impidieron la siembra de un arbolito; pero la práctica del juego de Basquetbol, donde jugaron Pezuños contra los de la Coalición, quizás mostraban en el juego, la guerra que existía entre ambos partidos.

Las elecciones se fueron acercando cada vez más y el momento del registro de los candidatos había llegado. Monserrat para sorpresa mía, era la candidata y no Kerber. Creo que Jael influyo en esa decisión, me había comentado antes en la posibilidad de que el partido cambiara de candidato, a lo que le externe mi aceptación a dicha propuesta; Fernanda mientras tanto, fue postulada por la Coalición y ambas se enfrentarían en el debate presidencial.

Por momentos pensé que la Coalición postularía a Pedro, pero la Coalición no le daba credibilidad alguna; decían que Pedro era en el fondo un pezuño, no creo que haya sido así, pero dentro del primer círculo de la Coalición, Pedro no fue nominado a la Presidencia. Pense también, seriamente en la posibilidad de que Pamela fuera la candidata a la presidencia, en sustitución de Fenanda, pero al parecer no cumplía con los requisitos constitucionales.

Fue una semana muy tensionante. Mi informante infiltrado en la Coalición, que era Diego, me explico el incidente ocurrido con Diana y me dio santo y seña, de los debates internos que los miembros de la Coalición discutían, respecto a la posibilidad de formar una nueva Republica. “¡No lo hagan¡”. Amenace con reprobarlos. No iba aceptar por ningún modo que Gaia se dividiera en dos republicas, “Gaia del Norte” y “Gaia del Sur”, ni que fuera “Gaia relajienta” y “Gaia Matada”. No lo iba a permitir y les deje claro que mi amenaza la cumpliría. Diego, espantado seguramente les informo cual fue mi postura.

Onofre mi embajador, también infiltrado en la Coalición, tampoco me informo sobre el plan perverso que ya habían formulado, cada vez que platicaba con él, hablábamos de muchas cosas, pero nunca me informo cuando me debía de informar, vaya agente ni tan secreto, me informaba sobre las noticias de la mañana, pero las que realmente me importaban que eran las de Gaia; Onofre por lo tanto nunca fue un chismoso, ni oreja, ni espía, ni mucho menos fue agente de la CIA; falle por lo tanto en mi sistema de inteligencia.

Supe, en boca de Valeria, sobre las confrontaciones que se dieron entre miembros de la Pezuña y de la Coalición; fue informado por ejemplo de que Kevin y Pedro el Procurador, habían tenido un intento de riña y que ya la habían tenido en semestres pasados, sospechaba que entre ellos existía una enemistad. Pedro representaba a la Policía. Kevin, al crimen organizado. También supe, la versión de la amenaza de Diego de reprobar a Diana y su frase histórica, de “¡vete a la verga¡”; supe también, que las de la Pezuña habían molestado a la hermana de Valeria y que inclusive, hicieron comentarios del face, burlándose del suéter rosa de Valeria, el día que jugó esta Basquetbol; las acusaciones, fueron mas allá de lo que esperaba, hablaban también de que los vehículos fueron rayados, a lo que cuando le comente de esta situación a Monserrat, y que me respondió como toda una burgués: “No sabía que tuvieran carros”.

Intervine, quizás demasiado tarde, mi esposa quien es psicóloga me lo advirtió, “¡Para ese sociodrama¡”. Me lo exigió y no le hice caso, en una conversación nocturna que duro hasta las dos de la mañana. Le dije lo que estaba pasando y me diagnostico, lo que iba a ocurrir. ¡Van a llegar a los golpes¡. Al día siguiente, lo único que hice fue amenazar a la Pezuña, para que calmaran a Diana Bolaños y también amenace a los de la Coalición para que hicieran lo mismo con Diego. Quienes originaron la confrontación. La amenaza fue radical. ¡Le paran al clima hostil, o repruebo a Diana y Diego¡. ¡Error¡. ¡El sociodrama se fue de las manos¡. Y los servicios de inteligencia, bien gracias, informándome sobre la nominación de Eruviel Ávila como candidato del PRI a la gubernatura del Estado de México.

Sara fue una excelente Juez. Aunque hubo una controversia que considero no pudo resolver acertadamente. Al parecer, el problema de Diana y Diego se judicializo, pero no supe en que termino. Hubo otro problema, Jael, no se dejo notificar de Pedro, cuando este intento sancionarlo por su indisciplina, la actitud rebele de Jael, hizo que su juicio se convirtiera en una asamblea popular, donde la defensa de este, fue decir groserías, y demeritar la posición de autoridad que tenía Pedro. Sara, la Juez, resolvió erróneamente, dejando sin efecto la sanción impuesta por Pedro.

Otra vez mi esposa me repetía, “¡para ese sociodrama¡”, petición que también me hizo mi cuñada, quien es Licenciada en Educación Especial. “No diseñaste bien esa técnica”. Casi casi, ambas me acusaban de improvisado. Lo cierto era que no iba a parar el sociodrama, porque tenía que esperar el resultado de la votación y demostrarme a mi mismo, los efectos del “voto del miedo”, pues después de todo, tenía la esperanza de que Fernanda ganara su reelección. Además. No iba a parar ese sociodrama, porque mis alumnos tenían que ejercer su derecho al voto y aprender a vivir en democracia.

El día del debate, pareció que fue, el día de la reconciliación, ambos partidos tendieron la mano y celebraron la firma  de la paz.  Montserrat la candidata de oposición, (La Pezuña), quien sustituyo a Kerber, me envió un correo electrónico, garantizándome la tranquilidad en la republica, nada de represalias y su amplia disponibilidad para trabajar a favor de la Republica. Excelente carta que me inspiro confianza. Pero la paradoja fue, que la Coalición, no me envió ninguna señal. No me envió mensaje alguno de que iban acatar los resultados. Me engañaron a mí también. ¡Y la inteligencia bien gracias¡. ¡Informándome que no se iba a llevar a cabo la Coalición no entre Pezuños y los de la Coalición propiamente, sino entre los del PAN y PRD en el Estado de México.

El día de las votaciones fue histórico. Fue el clímax del sociodrama. Lo que ocurrió ahí merece muchas explicaciones interpretaciones; el fenómeno suscitado merece difundirse y darse a conocer a la opinión pública, académica y científica, respecto lo que ahí ocurrió.

La Pezuña. Como era de esperarse, ganó, no solamente ganó, ¡arrasó¡. Los miembros de la Pezuña vistieron con su camiseta roja, como si fueran priistas mexiquenses. Mostraron su unidad y triunfalismo, de que la presidencia seria suya.

Mientras que la Coalición, hizo algo que nunca espere. Un acto de suicidio. De nada sirvió mi amenaza que días antes le comunique a Diego, de que los iba a reprobar, si seguían con la idea descabellada de separarse de la Republica. El día de las elecciones, la Coalición demostró también, tener identidad y unidad como la Pezuña, pues todos y cada uno de sus miembros, decidieron, en secreto, porque así fue la elección que organizo Crispín, (el IFE), anular su voto.

El resultado final fue. La Pezuña 36 votos. 0 votos para la Coalición y 12 votos nulos. Monserrat fue declarada la nueva Presidenta electa. Los pezuños celebraron su ascenso al poder; Fernanda debía entregar las listas y los recursos.

Cuando le pedí al grupo aplaudiera a su nueva presidenta electa; Onofre, quien no debió de haber hecho eso, porque era nada menos y nada más que mi embajador, hizo anuncios espectaculares. Pedro el Procurador, presento su renuncia como Procurador. Ya quisiera verlo algún día en su vida profesional hacer semejante acto como un gesto de congruencia y ética política.  Al menos Alejandro Martí o la Señora de Wallace le aplaudirían por ese acto de honestidad. Pedro confeso que lo hizo por congruencia política, para que los pezuños eligieran libremente quien iba a ser su futuro procurador.

Después de haber presentado su escrito de renuncia al cargo de Procurador, Onofre hizo una declaración inesperada,  anuncio la formación de un nuevo Estado y mostro ante mí, la constitución de una nueva republica. “La Republica Independentista de Derecho”. ¡Aversión¡. Gaia se fracturaba en dos republicas. Los de la Coalición no respetaron el triunfo de la Pezuña y en vez de impugnarla o hacer una marcha, o cualquier gesto de resistencia civil, decidieron finalmente, abortar el sociodrama.

Hubo mucho desconcierto, Monserrat, me manifestó su molestia por lo ocurrido. Yo le dije, que el triunfo de la Pezuña se tenía que respetar, empezando por mi mismo; le dije, que la Coalición tenía que aceptar el triunfo, les gustara o no; pero realmente, dentro de mí, opero una desilusión, un desconcierto, una sonrisa irónica de incredibilidad. Definitivamente, el sociodrama como siempre, me había rebasado.

El fin de semana medite lo que había pasado y llegue a la conclusión drástica. Tenía razón mi esposa.  El domingo en la tarde publique en el Face: ¡El sociodrama termino¡. El único que protesto, por ese hecho, fue Carlos Flores. Nadie más lo hizo públicamente.

Falta a clases intencionalmente el lunes. Debía dejar que los alumnos hicieran “catarsis” de lo que había ocurrido. Ese mismo día, supe entonces, que el sociodrama había llegado hasta la Oficina jurídica de la FES Aragón. Valeria había promovido una queja, en contra de varios miembros de la Pezuña.

La medición de aprendizaje y la comparación entre los dos sistemas de enseñanza, la lleve a cabo ese martes, cuando aplique el mismo examen a los dos grupos. En el grupo de 7:00 a 8:00 promediaron 7.1. Mientras que los alumnos de Gaia, a quienes ellos me impartían clase de 8:00 a 9:00, promediaron 7.8. Ese indicador mostró que los alumnos que dirigen y coordinan su propio aprendizaje de manera activa, obtienen mejor calificación, que en el sistema tradicional, donde el maestro expone en forma unilateral su monologo de conocimientos. En síntesis, los alumnos de derecho, aprenden más  representando un sociodrama.

La intromisión de la Ofician Jurídica en el sociodrama, fue como si los cascos azules de las Naciones Unidas hubieran intervenido en una misión de paz. No fue a petición mía, sino de Valeria, la ex Secretaria de Hacienda … ¡Hay Valeria¡. ¡Me sentí traicionado¡. Fue para mi un abuso y una indebida intervención a mi libertad de cátedra. Creo que exagero. Me parece que la traiciono su inseguridad, su inmadurez, quizás un grado, leve, muy leve de paranoia.

Tuve que ser tolerante. No podía aceptar que mis alumnos, fueran procesados y sancionados, por un experimento académico que había realizado desde semestres anteriores. Manifesté mi indignación en público, frente al grupo y también frente a la oficina jurídica. No solamente invite, sino que rete a la Oficina Jurídica que también me acusara y de manera sutil, exprese mi posición respecto a su intervención en mi clase. La autoridad no podía violar mi libertad de cátedra, ni siquiera tampoco podía calificar mi técnica de enseñanza como un “mal juego” como así lo dijeron. Si tenían algo en contra mía, era el momento que así lo expresaran; estaba dispuesto a defenderme y también atacar, a lo que en ese momento me estaban atacando. Si el caso se iba a judicializar, pues que se judicializara.

Y respecto a mis alumnos, les dije algo cierto. Ese desagradable momento en que comparecieron en las oficinas de jurídico de la Facultad, como si se trataran de chamacos de secundaria castigados por el Director, debía de darles algo de significado en su aprendizaje. Le dije a Valeria: ¡Que el que acusa estaba obligado a probar¡.y les dije a los demás, palabras más, palabras menos, que la disciplina es algo que debe existir en la FES, que por eso existe normatividad y hasta un Tribunal Universitario que podía amonestarlos o suspenderlos; si habían caído en una falta disciplinaria, debían responder por ello.

¡Claro que me entristecí¡. Dividí al grupo en dos, Ex Pezuños, lunes, miércoles y viernes; ex coalición, martes y jueves.

Prometí jamás volver a repetir este experimento. Estaba muy desgastado, las presiones de trabajo eran insoportables. Levantarme a las cinco de la mañana, no haber sido admitido en el doctorado, construir una casa, son presiones que no podía descargar; aunado a unos pequeños roces laborales que me hicieron plantear la posibilidad de presentar mi renuncia en el servicio publico; y no obstante eso, sentirme vulnerado en mi libertad de cátedra, por culpa de unos chamacos infantiles, que fueron incapaces de resolver sus diferencias de manera civilizada. ¡Qué necesidad de desgastarme¡. Si alguien quería desertar de esa clase, era yo mismo.

Tenia que curarme de esta cruda académica. Haber sido vulnerado en mi esfera académica de profesor, en mi libre derecho de ejercer la cátedra; tenía que demostrar que esa técnica de enseñanza, que aparentaba ser un “mal juego” o un “circo”, era realmente muy trascedente, en la formación de los educandos de derecho.

Si dos estudiantes del CIDE provocaron una severa critica al sistema de procuración de justicia, en el filme llamado “Presunto Culpable”, cuando decidieron grabar las audiencias de un juicio penal; ahora, un grupo de alumnos de la FES Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México, serian capaces de criticar al sistema de enseñanza tradicional del derecho; debían demostrar, haber sido el fiel reflejo de lo que ocurría en el país. Debían de decirlo y fue por eso que me anime a escribir estas líneas.

Gaia, o quienes conformamos Gaia, fue un experimento académico que debe tener muchas lecturas. De sociólogos, psicólogos y politólogos.

Los alumnos que en él participaron, adquirieron habilidades muy importantes. Conocieron el valor de la competitividad, muy característico de un sistema neoliberal y global como el que vivimos; Gaia demostró que puede hacer cosas novedosas, museos lúdicos, prácticas deportivas, sembrar árboles, realizar documentales, hacer visitas a la Asamblea Legislativa, visitar un invernadero, hacer un desfile de modas, hacer un teatro guiñol. Inclusive decisiones éticas, como anular en bloque su voto, o votar corporativamente a favor del partido. (Pues todos los pezuños, votaron por la Pezuña; y todos los de la Coalición, anularon su voto). Los alumnos de Gaia desarrollaron habilidades muy distintas que la de simplemente escuchar una clase. Pudieron demostrar que se puede cambiar la forma tradicional de enseñar derecho. Que los alumnos, pueden conducir su propio ritmo de aprendizaje, con solo estar jugando.

Gaia, será recordada cada vez que se lean estas líneas y cuando su memoria, sea difundida, mediante la publicación de las fotografías, videos y de los ensayos personales que escribieron los alumnos que en ella participaron.

Los alumnos de la FES Aragón, podrán tener muchos errores, Quizás sean estigmatizados por estudiar en la FES y no en la Facultad de Derecho; podrán ser criticados, por vivir en zonas clase medieras de la Zona Metropolitana de Valle de México; les podrán criticar que sean de origen humilde, que sean por momentos indisciplinados y que varios de sus alumnos, manifiesten lamentablemente problemas de alcoholismo, viles consumidores de alcohol y seguramente de drogas, que se venden en los antros de la impulsora, aledaños a las instalaciones del campus.

Podrán criticarles muchas cosas. Su origen y clase social; la escuela en la que estudian; esa y otras cosas, quizás, hasta porque reprueben mucho; lo que nunca podrán criticar, es que los alumnos de Aragón, al menos los que participaron en el sociodrama, fueron los mejores estudiantes de derecho de todo el país.

Aprendieron a legislar sus propias normas, empezando por una constitución y sus propias leyes. Aprendieron hacer juicios lógicos respecto a los problemas de contradicción y ambigüedad de las normas jurídicas; aprendieron a tener autoridades, a pagar impuestos, a competir sanamente en una contienda electoral. No debo omitir que durante el ejercicio del sociodrama, hubo un serio problema ambiental. Había en el face, mucha basura, cantidad de links repetidos, “spam” en el face y en sus correos electrónicos; Jael se inconformó por esa situación; los diputados de Gaia, entendieron que las normas jurídicas sirven para eso, para ordenar obligaciones, prohibiciones y permisiones, enfocados a resolver problemas. Pero al parecer, creo que no pudieron solucionar ese problema. Como entonces, el mundo podía resolver los problemas del calentamiento global o la contaminación ambiental, si en Gaia, no pudieron resolver su propio problema de contaminación.

A dos meses de la disolución de Gaia, no dejo de admirar, la autonomía con la que siempre se condujeron mis alumnos. La decisión de la Coalición de “abortar el sociodrama”, fue una decisión ética, responsable, muy propia de ellos. Los “matados”, se mataron ellos mismos. Llegaron al suicidio mismo. Lo hicieron responsablemente, sin que el maestro se los ordenara, inclusive, en contra de la prohibición que les hice. Fueron autónomos y libres, responsables de tomar esa decisión. Mi respeto y admiración por ellos.

Mi respeto a La Pezuña, ojala pudiera existir esa organización en una PYME, ojala se organicen en su vida profesional y sean el gran equipo que siempre fueron., Tienen todo, tienen lo que hace que las persona y las sociedades cambien. ¡Tienen coraje¡, ¡hambre de reconocimiento¡, trabajo, disciplina y una organización inteligente. ¡La verdad, me dejaron sorprendido¡ fue un gusto haber trabajado con ellos.

Gracias a los que participamos en esta experiencia de vivir en una república y de aprender derecho jugando. ¡Gracias a Onofre, por su amistad brindada y todo el apoyo dado, inclusive, sus acertadas criticas y opiniones al desenvolvimiento de la técnica¡.

Gracias a la Universidad Nacional Autónoma de México y a la Constitución Política, que nos garantiza la libertad de cátedra.

¡Gracias a todos¡… ¡Muchas gracias¡.

Los sociodramas en Aragón, no volverán a repetirse.












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