LA LINEA 6 DEL METROBUS. ¿Entre la opacidad y la transparencia?.




El Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Dr. Miguel Ángel Espinosa Mancera, se encuentra en vísperas de rendir lo que será su segundo informe de gobierno, lo hará, porque ostenta la representación del Poder Ejecutivo del Distrito o Federal, tal como lo hiciera en el ámbito federal, su homologo, el Presidente Licenciado Enrique Peña Nieto. Además, lo hará ante los representantes populares de los 40 distritos lectorales y 16 delegaciones políticas, que conforman el Distrito Federal.

Quizás uno de los temas importantes del que debe rendir cuentas el Jefe de Gobierno, es la ampliación de la red de transporte público “Metrobus”.  

Cosas buenas hay que decir sobre esta modalidad de transporte público. Metrobus es un concepto de movilidad urbana que definitivamente, resulta más digno y confortable, que los incomodos microbuses que siguen todavía ambulando en la Ciudad de México; es también, un transporte público similar al que funcionan en otras ciudades del mundo, como Curitiba, Los Angeles, Sao Paulo y Bogotá. En la ciudad de México nació en 2005 y aunque desde su creación, ha existido la intención de dignificar el transporte, a través de la introducción de mayores líneas de metrobus, lo cierto es, que a casi diez años de su creación la planeación del mismo, es inexistente, improvisada, sólo quizás para “salir del paso” o sacarse la foto, o bien, justificar la erogación de los recursos, no quisiera decir ni pensar mal, que también sea para “hacer buenos negocios”.




En el año 2006 cuando Marcelo Ebrard Casaubón fue candidato a Jefe de Gobierno del Distrito Federal, prometió que en su sexenio, se construiría diez líneas de metrobus, pero eso sólo fue una promesa de campaña que nunca se concretó; se habló entonces de crear líneas que conectarían la ciudad del Norte al Sur y correlativamente, del Sur al Norte; al menos se visualizaban dos líneas: Corredor Eje 3 Oriente hasta la Glorieta Vaqueritos, otra línea, también de la misma glorieta Vaqueritos, que correría por todo el Periférico, hasta llegar al Bordo. ¡Ninguna de las dos líneas se ha hecho¡.

Se afirma, pero no se sabe con qué metodología se hizó y quien certificó que esa información fuera veraz; afirmar que éste sistema de transporte público, ha hecho que varias personas abandonen su automóvil, implicando con ello un ahorro de gasolina. ¡Yo en verdad  no lo creo¡….  ¡Pero eso dicen¡.

También dicen que el Metrobus, utiliza tecnología ambiental de punta, al utilizar otro producto del petróleo, el diésel, ha hecho que las emisiones de gases de efecto invernadero, sean cinco veces menores a los que producen los microbuses. También la emisión de dichos gases, salen desde un nivel más alto que el de un tubo de escape de un vehiculó normal, lo que hace que los peatones respiren 23% a 35% menos de partículas contaminantes, que si usaran autobuses o microbuses convencionales. Esto significa que cuando caminamos por las calles y un microbús o un camión pasa por nuestro lado, nuestros pulmones logran inhalar mayores emisiones, que los que podemos inhalar, si transitarán retrobases.

Por otra parte, el Programa General de Desarrollo del Distrito Federal 2013-2018, establece que 7 de cada 10 personas, se trasladan en nuestra Ciudad, a través del transporte público.  El diagnostico que hace realmente es crudo, las personas pierden hasta 3.5 horas de su vida diaria, dentro de un transporte público, muchos de ellos, familias de bajos ingresos, que destinan en promedio el 36% de sus ingresos en gastar en pasajes, el resto, para satisfacer medianamente sus demás necesidades; no solamente eso, el 57% de las mujeres usuarias de transporte público, han sufrido episodios de violencia sexual, nuca falta el libidinoso que tienta o las “roza”, en el peor de los casos, exhibe sus genitales o llega inclusive frente a ellas masturbarse.

Un sistema de transporte que no me cansaré de decirlo, sujeta a la calidad de los seres humanos, como si fuera otra cosa, menos seres humanos, dignos de compararlos, con los trenes que trasladaban a los judíos, a los campos de concentración.


Mucho se ha dicho, propuesto e implementado, un sistema de transporte público digno, eficiente, cómodo, barato; desde que yo recuerde, siempre ha sido una de las banderas de los candidatos a los puestos de elección popular; mucho se ha dicho en verdad e inclusive se han implementado mejoras en el transporte, tales como haber obligado alguna vez a los conductores de los microbuses a portar una corbata o inclusive, pintar los microbuses de verde a color morado. En serio, muchas políticas se han instrumentado, para que la mayoría de los ciudadanos, que somos el 70%, podamos movilizarnos en la Ciudad, en un transporte digno, limpio, cómodo, que no contribuya tampoco, a la contaminación atmosférica, ni sus secuelas en el calentamiento global.

Es por eso que celebro con júbilo que la administración pública que encabeza el Jefe de Gobierno, haya impulsado la red del sistema de ecobicis, como también inaugurado otra línea de metrobus (no contemplada) como los 10 kilómetros que recorren de Rio de los Remedios a San Lázaro. Celebro también gustosamente, el anuncio que hiciera el Presidente de la República, de construir la eterna promesa de línea del metro de Martin Carrera a Ecatepec, así como la ampliación de cuatro líneas más de metro, haciéndome pensar, que vialidades y que opciones de transporte se tendrán que crear, para movilizar a las más de 350 mil personas que semanalmente, llegaran a la “Ciudad de México”, provenientes de las regiones de Texcoco-Ecatepec, cuando quede listo el nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.    ¿Alguien ha pensado en eso?

Y es también por eso, cuando me pongo a pensar lo que será de esta Ciudad, cuando tengamos una nueva línea de Metrobus, que correrá de Aragón a Rosario. La línea 6.

Transparencia u opacidad en la Linea 6 del Metrobus

El 16 de julio del 2014, salió publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal,  la Licitación Pública Nacional EO-909005999-N21-2014 emitida por la Secretaria de Obras y Servicios del Gobierno del Distrito Federal, para la construcción de la Línea 6 del Metrobus que correrá de Aragón a la altura de la Avenida Hank González y que terminará hasta el CETRAM del Metro Rosario y el cual tendrá un costo de mil 226 millones 335 mil 490 pesos más Impuesto al Valor Agregado (IVA);  en la misma fecha, también salió publicada la convocatoria 005, para la supervisión técnica, administrativa y financiera del proyecto integral de dicha construcción. Es decir, la empresa contratada por el Gobierno del Distrito Federal, que supervisara la ejecución de la obra.  

De acuerdo con lo anterior, la obra en cuestión iniciaría el 18 de agosto del 2014 y terminaría el 15 de agosto del 2015. Teniendo un plazo de construcción de casi un año, es decir 363 días.  El proyecto de la línea 6, contempla 35 estaciones y terminales en El Rosario y en las inmediaciones del Bosque de San Juan de Aragón. Su extensión sería de 20 kilómetros y atravesaría las Delegaciones de Gustavo A. Madero y Azcapotzalco, además de conectar a los municipios de Nezahualcoyotl y Tlanepantla.

Las empresas  que ganaron la Licitación Pública Nacional, por haber presentado mejor sus propuestas, son: Omega Construcciones Industriales, Coordinación Técnico Administrativa de Obras y SACMAG de México; quedando descartados Tradeco Infraestructura, Alfa Proveedores y Contratistas, Impulsora de Desarrollo Integral, Gami Ingeniería e Instalaciones, así como Cemex Concretos.  

Previo a la ejecución de dicha obra, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México, inicio el proceso de renovación de infraestructura hidráulica para la zona aledaña del corredor. Lo que implica renovar las tuberías de agua subterráneas que se encuentran en el eje cinco norte, a la altura de Lindavista.




 Sin embargo, cabe señalar que existe un movimiento vecinal encabezado por Carolina Figueroa, Presidenta del comité Lindavista Unida, que ha manifestado que dicha obra, sería perjudicial contra los vecinos de su demarcación. Ha exigido cuentas claras, así como transparencia al Director de Metrobus, responde éste que él no tiene nada que ver, que mejor le pregunten a la Secretaría de Obras o a la Secretaría del Medio Ambiente. Ojala algún diputado de los 66 que hay en la Asamblea, pueda preguntarle sino al Jefe de Gobierno en su comparecencia, si por lo menos, en la glosa que para ello realicen los secretarios.

El caso es, de que esta nueva línea, de una inversión de 1,226 millones de pesos, casi el presupuesto anual de la Delegación Azcapotzalco, transitará en ella a 145 mil personas por día, en sus 20 kilómetros, 35 estaciones, 2 terminales y en sus 75 autobuses; logrando entre sus beneficios, reducir 40 minutos de traslado, así como también a 20 mil toneladas de Bióxido de Carbono.  Sin embargo, esas cifras, no sé de dónde se obtengan, ni que metodología se emplea para llegar a tales resultados, pues la Resolución Administrativa SEDEMA/DGRA/DEIA/07240/2014, recaída al expediente DEA-MG-0684/2014, no dice nada de eso y quizás no tenga porqué decirlo, pero tampoco, en los portales de internet de Metrobus, Secretaria de Obras y Secretaría de Medio Ambiente, dicen nada al respecto.  Situación opaca y contradictoria, en una Ciudad, que tiene el orgullo de ser la más transparente en toda la República Mexicana, de acuerdo a los estudios de transparencia que realiza el CIDE Centro de Investigación y Docencia Económica.    

Resulta pues, que la Dirección General de Proyectos Especiales de la Secretaría de Obras y Servicios del Gobierno del Distrito Federal, le solicitó a la Dirección de Evaluación de Impacto Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente, también del Gobierno del Distrito Federal, la autorización de manifestación de impacto ambiental, en los términos señalados por los artículo 44, 45 y 46 de la Ley Ambiental de Protección a la Tierra en el Distrito Federal. En su solicitud anexa el informe preliminar geotécnico de cimentación y pavimentos que presentó la empresa Geoambiente SA de CV, en el mes de marzo del 2014; anexó también su Plan de Manejo de Residuos Sólidos, así como su petición formal de derribar 1,386 árboles, trasplantar otros 229 y podar unos 17; en consecuencia la Dirección General de Regularización Ambiental llevó a cabo el “Reconocimiento Técnico” el día 17 de julio, a través de una “acta circunstanciada”, resolviendo otorgar un “impacto ambiental condicionado” y deslindando su responsabilidad, a la empresa prestadora de servicios, por las técnicas y metodologías empleadas para la identificación de los impactos ambientales.



Sin embargo, como profesor ambientalista con una experiencia docente de más de doce años impartiendo esta materia, en la Universidad Nacional, siempre creí que las solicitudes de impacto ambiental, debían de ser realizadas por las personas físicas o morales, que debían ejecutar obras públicas que pudieran afectar el impacto ambiental, tal como lo establece el artículo 45 de la citada ley ambiental. Existiendo esa obligación a cargo de la contratista y no propiamente del Gobierno, sin embargo éste último, al parecer hizo los estudios correspondientes, (al parecer incompletamente) para licitar únicamente el contrato de obra pública.

Se supone que para llevar a cabo una obra pública, deben de hacerse los estudios de tenencia de la tierra, uso de suelo, topográfico, hidráulico, geohidrológico, mecánica de suelos, sismológico,batimétrico, aerofotomerico, impacto ambiental, social, urbano, sociológico, demográfico, urbanístico, arquitectónico; y otros más, como lo establece el artículo  3 letra B de la Ley de Obras Públicas del Distrito Federal.

Se supone también que la Secretaría de Medio Ambiente previo a la realización de la obra, debió de haber contado con su estudio de impacto ambiental; sin embargo, se desconoce si también cuenta con los estudios de impacto urbano y social, tal como también lo establece el artículo 17 fracción IV, 18 de la Ley de Obras Públicas del Distrito Federal, en relación con el 45 de la Ley Ambiental de Protección a la Tierra en el Distrito Federal.

No quisiera concluir que de la poca información que se exhibe en el internet, tengo la sospecha de que el proceso de construcción de la Linea 6 del Metrobus, es ilegal, contrario a lo que establece la Ley Ambiental, la Ley de Obras Públicas, la Ley de Participación Ciudadana, entre otras.

Poco dice la prensa de los movimientos populares que pueden suscitarse en pequeñas regiones; nuestra prensa, radio y televisión, parece más interesada en las “macronoticias” del ámbito nacional, o lo que dicen y hacen los personajes públicos que los propios medios deciden difundir; poco interesa realmente, lo que puede suceder en algunas colonias del Distrito Federal; sólo algunos espacios virtuales como los que ofrece el internet, concretamente una página de face book, llamada “Futurama Corazón de Lindavista”, es la que nos da nota, de un grupo de vecinos que se opone a la construcción de la Línea 6 del Metrobus, concretamente, por el Eje 5 Norte que corre por Lindavista.




La ciudadanía, poco sabe de este procedimiento, de su costo, de sus repercusiones sociales, urbanas, ambientales;  inclusive desconoce que por la construcción de esta Línea, el Fideicomiso “Fondo Ambiental” recibirá 28 millones de pesos por compensación económica de la tala y transplante de los arboles retirados y 21 millones de pesos más por los impactos negativos.

La Resolución Administrativa publicada en el portal de la página web de Metrobus, nada dice tampoco, de los Informes preventivos, manifestaciones de impacto ambiental, estudios de riesgo, daño ambiental, evaluaciones ambientales, reconocimientos técnicos.

Se ha omitido también la participación ciudadana, tal como lo establecen los artículos 20 y 21, 51 de la Ley Ambiental de Protección a la Tierra en el Distrito Federal; así como de las instancias de Consulta Ciudadana previstas en los artículos 47 al 50 de la Ley de Participación Ciudadana; la audiencia pública o la difusión; pudiendo inclusive convocarse a plebiscito, como lo hiciera el entonces Jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador, con la construcción de los segundos pisos de Periférico, en el año 2002.  

Nuestra clase política, decide la agenda de discusión y por lo que deben votar los ciudadanos, si reforma energética, salario mínimo o reducción de diputados plurinominales; poco interesa los “pequeños asuntos”, que no por ser “pequeños”, dejan de ser importantes; inclusive es una lástima que hasta los partidos políticos como el PRD, están más interesados en resolver sus “grillas internas”, a través de sus procesos electorales internos, que constituirse verdaderamente como entidades de interés público, para orientar y ayudar  los ciudadanos en sus problemas colectivos.




Y no estoy en contra de la construcción y dignificación del transporte público, tampoco estoy a favor de un grupo de vecinos que quiere subordinar el interés público, a sus interés privados; sin embargo, lo que es de reprocharse, es la falta de consenso, de apertura democrática, de poca transparencia y de la opacidad, con la que se ha conducido la autoridad del Gobierno del Distrito Federal, para sacar adelante este importante proyecto, que no dudo, beneficiaran a muchos.

Pienso entonces esa opacidad, en la Ciudad mas transparente de la República Mexicana, no es lo correcto, en un lugar de libertades y de derechos, como lo es el Distrito Federal.

Pienso que si eso sucede en la Línea 6 del Metrobus, que tendrá un costo de 1,200 millones de pesos, que sucederá entonces, con los 125 mil millones de pesos que costará construir el nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.

¿Será el nuevo aeropuerto, un problema cien veces más de opacidad?

¿De corrupción…?

¡En verdad, no quisiera ni pensarlo¡


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