C@MUNICAD@S DE LA REV@LUCI@N 008/3010



Historias ocultas que nunca se dijeron. La revuelta no solamente la encabezaron Pascual Orozco en Chihuahua o Emiliano Zapata en Morelos; sino también Ricardo Flores Magón, quien acompañado de estadonidenses de la Industrial Workers of the World, ocuparon la península de Baja California para fundar la primera República Socialista.


“Legalizada la Revolución”, con el ascenso presidencial de Madero, la paz social se había roto y con ello, la ingobernabilidad en el país. Por eso había que acabar a toda costa con los sediciosos, pues bastarían por lo menos 60 mil soldados americanos para que en seis meses, invadieran todo el país. Al menos, era lo que decía el embajador Henry Lane Wilsón, “por si el país no se tranquilizaba”.



Por eso el hombre que alguna vez fue popular, el candidato idóneo a sustituir a Porfirio Díaz, fue quien encabezó la rebelión contra el Presidente Madero. Siendo aquel 9 de febrero, los soldados federales acudieron a la cárcel de Santiago Tlatelolco para liberar al reo y con ello, se encabezara la revuelta.

Soberbio, gallardo, engreído, vanidoso; el general Bernardo Reyes se dispuso a tomar el Palacio Nacional. Se puso al frente del regimiento, con espada en mano, pidiendo la rendición del gobierno legítimamente constitucional. La respuesta del régimen, quienes defendían el Palacio, fue una ráfaga de balas que dio fin, a la vida del general.

Asi pues, muerto Reyes, el hombre, que ni fue aspirante, ni fue presidente, ni fue revolucionario, ni fue héroe; ... simplemente, fue un iluso.

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