DE COMO SE INTRODUJO EL MARXISMO EN MÉXICO.


Seguimos con nuestra exposición de cómo se fue introduciendo en la narrativa política de nuestro país, eso que llaman “Izquierda” y “Derecha”.
Para ir entendiendo de cómo se fue construyendo la “Izquierda”, nos toca exponer la vida y obra de a quien consideramos el Profeta de esta visión. Nos referimos desde luego a Karl Marx.
Hombre de origen judio y de nacionalidad prusiana - aún no existía Alemania - fue un estudiante de Derecho de la Universidad de Bonn, que nunca se distinguió por el gusto a la carrera, cambiándose a la Universidad a la de Berlín, donde terminó doctorándose en Filosofía.
Su gusto por la historia y la filosofía, por la lectura y la escritura, lo convirtió en un editor de sus propias publicaciones, muchas de ellas refutaciones a los socialistas y anarquistas que predominaban en el discurso político obrero de aquella Europa industrial. Nos referimos principalmente a Proudhon, Blanc, Bakunin; participó en diversos movimientos sociales que le tocó vivir, la más famosa de ellas, la “Revolución Francesa de 1948” y fue autor, de las publicaciones más famosas con el cual se propagaría el “marxismo” en todo el mundo, nos referimos al Manifiesto del Partido Comunista y al Capital.
Karl Marx fallecería en 1883 y su obra, difundida por su amigo Federico Engels, sería amplia conocida en Europa, pero no en el Mexico Porfirista, cuyas ideas “revolucionarias”, eran los textos anarquistas que Marx había refutado, pero que aquí en Mexico, Ricardo Flores Magon había consultado aún sin haber consultado a Marx. Era obvio que Flores Magon, - el más “radical” - de todos los revolucionarios mexicanos, tenía ideas obsoletas y totalmente superadas.
Rusia, es precisamente el lugar donde el “marxismo” y las teorías socialistas se “revisaron” por varios jóvenes universitarios. Al menos la Rusia de a finales del siglo XIX contaba con diez universidades, la más famosa de ellas, la de San Petesburgo, donde los movimientos estudiantiles en esa región del mundo, se caracterizaron por su constante activismo, sus huelgas y hasta por sus atentados terroristas contra algunos funcionarios policiacos.
En en ese contexto que ofrece las Universidades, fue donde la revolución rusa se gestó, al calor de las discusiones que diversos “clubs” de estudiantes, hacían sobre diversas lecturas, entre éstas las de Marx. ¡Eso no ocurrió en Mexico!. Donde la primera Universidad que se “fundaría” sería precisamente por Porfirio Díaz en 1910, a través de su Secretario de Instrucción Pública Justo Sierra y cuyo pensamiento ideológico que se discutía, era el positivismo.
Insisto, las ideas intelectuales que se discutían, eran la del uruguayo José Enrique Rodó y el cubano José Martí, así como un círculo de estudiantes universitarios que aparecerían en 1915, que se autodenominarían cómo el “Ateneo de la Juventud”, donde surgiría una generación de jóvenes universitarios, que años después - durante los años sesentas - se les conocería como “Los Siete Sabios”. Entre esos jóvenes se encontraban Vicente Lombardo Toledano, quien introdujo el “marxismo-leninismo”en Mexico, padre de la “Izquierda” mexicana y Manuel Gómez Morin, quien a la postre sería el fundador del Partido Acción Nacional y a quien, influenciado por el Vasconcelismo, podríamos llamarse el padre de la “Derecha” mexicana.
Emiliano Zapata y Pacho Villa, no fueron de “Izquierda”, como después la narrativa oficial y la propia “Izquierda” mexicana, le atribuirían. Ellos solo fueron líderes revolucionarios de las causas populares, simples jefes militares que no tenían la formación ideológica que se adquiría ni en las universidades rusas, ni mucho menos en las universidades mexicanas que en aquel entonces ni existían, más que en las “Escuelas Normales”. La generación de los “siete sabios mexicanos”, estaban más preocupados por el liberalismo, la democracia y hasta por la cultura helénica, pero no por el socialismo y la igualdad. La participación de este grupo de universitarios daría luz hasta después de los años treinta, pero no durante la fase armada revolucionaria, la cual fue dominada por los caudillos.
En Mexico pues, el marxismo no se conocía, más que las notas periodísticas que se traducía de la prensa estadounidense, respecto a lo que estaba ocurriendo en Rusia y es ahí, donde precisamente insisto, fue Felipe Carrillo Puerto, a quien podríamos considerar el único hombre de Izquierda en Mexico, solo que el toma conocimiento de lo que ocurría en Rusia, por los cables periodísticos provenientes de la prensa de New York y no fue el caudillo militar que comandara ejércitos, el solo se dedicaba a organizar entre la población de indígenas mayas, las “ligas de resistencia”. No sirvió de inspiración cinematográfica a Ismael Rodríguez ni al productor de telenovelas Enrique Alonso.
Así pues, la revolución mexicana no fue la lucha de una “izquierda” traicionada o interrumpida. El PRIato le tocaría interpretar a través de sus ideólogos oficiales, tanto Emilio Uranga como a Jesús Reyes Heroles, describir que carajos fue lo que se vivió en Mexico.
Concluyó, que la revolución mexicana, fue el “choro” que después en el discurso político, describiría Vicente Lombardo Toledano, cuando en New York, descubriría y traduciría con su poco inglés, los textos de Karl Marx y el tal “Lenin”, con su revolución en Rusia.
Pero ya el que traduciría correctamente las obras de Karl Marx, sin los errores de traducción de Lombardo Toledano, sería un exiliado español de nombre Wenceslao Roces, quien llegaría a Mexico en 1935 y quien aportaría el material intelectual que un país de hombres violentos y salvajes requería.

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