LA "IZQUIERDA" ENAJENADA
Cuando hablo qué hay enajenación, no me refiero desde luego a un insulto, ni mucho menos a fomentar la cultura del odio. Desde luego tampoco significa a una manifestación de mi voluntad producto del enojo.
Cuando digo enajenación, me refiero a una actitud irracional de no objetar, no cuestionar, no escuchar, no criticar; simplemente demeritar cualquier opinión atendiendo a la persona que lo dice y no analizar lo que está diciendo.
Claro qué hay enajenados y lamentablemente, muchos de ellos son personas inteligentes, que no son capaces de escuchar las objeciones. Defender posturas emocionales e ideológicas, ambiguas, sin precisiones ni definiciones, solo por simpatía a un liderazgo, son posturas enajenantes.
La “Izquierda “ supuestamente se ha caracterizado, por su actitud crítica, pero desde que es gobierno (Federal), se ha caracterizado, por una actitud enajenante de defender a determinados funcionarios de sus constantes errores.
La “Izquierda” en Mexico, se construyó en base a un discurso enajenante maniqueista, que paradójicamente creó el PRI.
Esa misma “Izquierda” nunca tuvo postura alguna de la caída del muro de Berlín, de la globalización, de la revolución informática y su discurso, se hizo en base a descalificar las palabras y a las personas.
Esa misma “Izquierda”, sigue sin entender la complejidad del mundo actual, no le importa nada la cuestión ambiental, ni se ha puesto pensar, sobre las transformaciones que puede producir la metodología, ni los efectos que produce la ciencia en nuestras vidas diarias.
Una de esas palabras que se convirtió en sinónimo de insulto, a cargo de esa “Izquierda”, fue decir “neoliberalismo”.
Contra ellos va mi crítica. La que siempre haré en forma tolerante, reflexiva y sin hacer de las diferencias, pleitos personales.
La política me apasiona, pero no es lo más importante en la vida. Puedo criticarla diariamente y aprender de sus críticas, sin enojarme, sin odiar, sin matarme, sin pelearme. Puedo hacerlo, inclusive, riéndome de ella.
Sería irracional, pelear por viles seres humanos de existencia temporal, que además, ni conozco, ni me conocen, ni conocemos; seres humanos de carne y hueso, que les vale un comino, si los criticamos o los defendemos, ya sea de forma irracional y enajenantemente.
¡Vayamos pues bajándole dos rayitas a nuestras pasiones!. Hagamos discusión en forma tolerante y sin enajenación.
