YUCATÁN, CUNA DEL SOCIALISMO EN AMÉRICA LATINA
Continuamos con la exposición de cómo se fue gestando la “Izquierda” y “Derecha” en Mexico.
Para esos años veinte, en Mexico comenzó a tener noticias de Rusia, respecto al gobierno “bolchevique” de Vladimir I. Lenin y la convocatoria que hizo este en 1919, al constituir la “Tercera Internacional Socialista”, el cual llamaba a delegados de los paises del mundo, a conformar en sus propias naciones a sus respectivos “partidos comunistas”.
Desde la perspectiva rusa, el mundo debía girar hacia la revolución proletariada y para ello era necesario, que los proletariados del mundo se organizaran para tomar los medios de producción en poder de la burguesía y con ello, instaurar la “Dictadura del Proletariado”.
Por lo tanto, en Rusia se marca esta división en dos polos, el lado “izquierdo” representado por los socialistas proletariados revolucionarios, que recientemente habían conquistado el gobierno y buscaban la internacionalización del socialismo; y el lado “derecho”, representado por la burguesía, quienes eran los dueños de los bancos, los latifundios, las fábricas, los medios de comunicación, que promovían gobiernos democráticos, representativos.
La revolución rusa que quiso exportarse por todo el mundo, sobre todo en Alemania, buscó también en Mexico, crear a su propio Partido Comunista y si bien en dicho partido - o representación rusa en Mexico - nació formalmente en 1919, lo cierto es, que la cuna de la “Izquierda” en Mexico, no estaba en la Ciudad de México, sino a más de mil trescientos kilometros de esta, en la península de Yucatán.
Debe tomarse en cuenta, que el “socialismo europeo”, el que quería introducir Lenin a Mexico y a las naciones latinoamericanas obedeciendo los dictados de la llamada “Tercera Internacional Socialista”, no correspondía a las necesidades indígenas de los pueblos de America Latina. De ahí la importancia de los trabajos efectuados por los peruanos Ricardo Haya de la Torre y Juan Carlos Mariastegui, quienes influenciados por José Vasconcelos y por lo que había ocurrido en Mexico, concretamente en Yucatán, habían trazado las directrices de lo que sería un socialismo de America Latina, para America Latina.
¡No un socialismo Europeo, para una región del mundo que no era Europa!.
La experiencia política revolucionaria indigenista de Yucatán, fue realmente la cara de esa “Izquierda” que más se pudiera aproximar, pero no igualar, al sueño revolucionario del marxismo europeo.
El gobierno revolucionario de Yucatán, a diferencia del efímero gobierno zapatista-villista de la Convención de Aguascalientes, implementó a través de su gobernador Felipe Carrillo Puerto, un gobierno que transformará la realidad injusta que el sistema político, económico y social tenía sobre Yucatán. (Fiel reflejo, de lo que también ocurría en otras regiones de America Latina).
Sin embargo, la experiencia revolucionaria de Yucatán, incómodo después la “verdad oficial” que construiría el priismo y que erróneamente, maximizó la “Izquierda mexicana”, al rendirle mayor culto a las figuras de Emiliano Zapata y Francisco Villa, que la de Felipe Carrillo Puerto. Nostalgia que después supo explotar comercial y políticamente, la cinematografia-telenovelera mexicana del siglo XX.
Por eso digo y con otros argumentos lo seguiré sosteniendo, que el “priismo” - y la izquierda que construyó el “priismo” - creó el mito revolucionario de Emiliano Zapata y Francisco Villa, ignorando y condenando al olvido como a la indiferencia, lo que realmente fue, la izquierda genuina revolucionaria mexicana latinoamericana.
El sueño revolucionario - manipulado - del izquierdista mexicano, venera a Zapata y Villa, como si fueran “santos” de la “Santa Iglesia Revolucionaria Mexicana Mitológica”; pero quien debiera no de venerar fanáticamente, sino de admirar para conocer y reconocer su obra revolucionaria, - ademas de “Izquierda” - es a Felipe Carrillo Puerto y no a los dos caudillos antes mencionados, cuya ignorancia, desconfianza y actitud guerrera, solo ayudaron a crear el mito legitimador del PRI y de la llamada “Izquierda” (mexicana), que creció bajo la sombra de este, con el sueño socialista europeo que anheló un marxista de nacionalidad rusa de nombre Lenin que poco o nada sabía de Mexico y de America Latina.
En los próximos comunicados, hablaré de Felipe Carrillo Puerto.