LENIN Y CARRANZA, DOS REVOLUCIONES DISTANTES ...
Pues siguiendo la narrativa que he expuesto en anteriores comunicados, continuamos con la exposición de cómo se formó eso que llaman “Izquierda” y “Derecha” en Mexico. Lo anterior con el único fin, de demostrar que aquí en Mexico nunca existió tal cosa y que lo que ahora se dice, es realmente una pura y verdadera vacilada.
Sin embargo, resulta importante conocer esta historia, puesto que lo ocurrido en Rusia y el liderazgo que en su momento significó Lenin, influyó mucho en la década de los años veinte, para ir construyendo esa narrativa.
Así pues, aprobada y publicada la Constitución en Mexico, esto fue en febrero de 1917, nunca se pensó que las notas periodísticas que daban cuenta de lo ocurrido en Rusia, pudiera ser tan trascendental no solamente en Mexico, sino para todo el mundo.
Luego de la abdicación al trono del Zar Nicolas II y la dinastía Romanov en Rusia, vendría en noviembre el golpe militar que darían los “bolcheviques” encabezados por un tal Lenin y Trotsky en contra del gobierno provisional de Aleksandr Kerenski, con lo cual, implementaron un gobierno de “Soviet de Comisarios de Pueblo”, que se apoderaba de las estaciones de ferrocarriles, la central de teléfonos, el banco central y otros puntos estratégicos del país, entre ellos el “Palacio de Invierno”, ordenando estos la paz inmediata con Alemania, así como decretando la distribución de la tierra.
Así pues, los cables que llegaban a Mexico, provenientes de la prensa estadounidense, informaban como el Gobierno de Lenin había disuelto una asamblea constituyente y con ello instalado un cuerpo policiaco de “soldados socialistas”, llamado “La Checa”, con lo cual, se daba muerte a la familia Romanov, implementando una serie de reformas de carácter socialista, que daba origen a la instauración de una “dictadura de proletariado”.
Desde Mexico, no se lograba entender esta situación, cuya retórica revolucionaria era la del “Constitucionalismo” y cuyas ideas revolucionarias, no eran a favor de la clase proletariada, sino de implementar en Mexico, un régimen “nacionalista revolucionario”.
Durante los años 1918 a 1924, se seguían recibiendo noticias de la “revolución rusa” y de la guerra civil que se vivía en esa tierra, entre el “Ejército Rojo” (Revolucionario) y el “Ejército Blanco”. (Contrarrevolucionario).
Así se tuvo conocimiento de la convocatoria que hiciera Lenin el Jefe de la Revolución Rusa, en la denominada “Tercera Internacional Socialista” que convocaba a distintas naciones del mundo, a conformar sus propios partidos comunistas y con ello, llevar sus respectivas revoluciones socialistas en sus respectivos países.
Dicha internacional se hizo llamar “Internacional Comunista” y se consideró que la expresión socialista, había sido traicionada por muchos que se decían “socialistas”, de tal manera que cualquier acercamiento de algunos socialistas a modelos demócratas o liberales, era considerado como prácticas traidoras a la causa comunista.
En tal tesitura, es en ese momento, donde la Revolución Mexicana (carrancista), no puede convertirse en una copia o imitación de la Revolución Rusa, puesto que Mexico, había tenido su “propia Revolución”, cuya prioridad, era no defender a una clase social como era el proletariado, sino defender Su Soberanía nacional.
Asi pues, mientras que en Rusia se promovía la unidad de los proletariados del mundo que buscaban abolir el sistema capitalista, en Mexico, lo que se propugnaba era la defensa de su soberanía nacional a través de la política exterior promovida por Carranza a través de quien fuera su principal asesor en la materia, Isidro Favela.
La tesis de la “autodeterminación de los pueblos”, fue la principal bandera política que Mexico opondría ante las intenciones intervencionistas de Estados Unidos sobre Mexico; tesis que durante los años veintes, se vería aún fundamentada, por las ideas nacionalistas indigenistas que promovería José Vasconcelos, basado este en lo que ya había dicho antes José Enrique Rodó y José Martí.
Mexico y Rusia tendrían muchas cosas en común, entre ellos, haber vivido una guerra; sin embargo, la visión internacional de una revolución y otra era diferente, pues mientras que Rusia proponía “exportar” su propia Revolución a otras naciones del mundo en la búsqueda de un mundo comunista en contra del capitalismo, en Mexico, lo que se pretendía era simplemente “no ser molestado” por ninguna potencia mundial. (Sobre todo por los Estados Unidos). Dejar a Mexico en paz, para que éste pudiera resolver en sus problemas sin injerencia de otros países.
Esta diferencia de concepción internacional de la revolución rusa y ese regionalismo aislacionista de la revolución mexicana, marca una profunda división que serviría en las siguientes décadas, para crear un modelo de política exterior mexicano, que reprochaba cualquier injerencia extranjera - por muy proletariada o comunista que fuera - sobre Mexico.
Aún así, no falto en Mexico, esa generación de comunistas que durante los años veinte, se lanzaban por llevar a cabo la tan anhelada revolución comunista en Mexico. Muchos de estos partidarios, seducidos por la imagen intelectual del líder sovietico Lenin, hombre culto, de ideas críticas, autor de varios escritos, cuyo discurso elocuente hacia constantes referencias a un filósofo difunto desconocido en Mexico como era Karl Marx.
El discurso revolucionario de Mexico era nacionalista y en defensa de su Soberanía, pero el discurso revolucionario de Rusia, era internacionalista, a favor de una clase determinada que era la proletariada y a favor de un nuevo calificativo que sería el “comunismo”, mismo que daría identidad a lo que después sería la causa de lo que llamarían “Izquierda”.
La imagen de Lenin corresponde a la de un intelectual, un ex líder universitario, a un perseguido político, a un ideólogo que podía hablar y escribir ilimitadamente, realizando severas críticas, cuyos ideales era transformar el mundo, siguiendo al pie de la letra los estudios “científicos” de Karl Marx.
La imagen de Carranza, es la de un político fuerte, con vocación de jurista por su apego al civilismo, a la legalidad y al régimen constitucional, con el referente histórico de sentirse Benito Juárez. (Hombre profundamente liberal).
Para muchos de los lideres obreros, el marxismo y el comunismo de Lenin, era el referente que debía seguir la Revolución Mexicana, tal fue el caso del joven líder obrero Vicente Lombardo Toledano; pero en cambio, otros intelectuales, como José Vasconcelos, no voltearon a ver, a los proletariados de las industrias y el campo, sino que su única visión era describir la “Raza Cósmica”.
Una mezcla de marxismo e indigenismo lo encontraríamos en America Latina con el peruano Ricardo Haya de la Torre. !No perdamos de vista este nombre!.
Hagan sus conclusiones, de quien era de “Izquierda” y “Derecha” en Mexico; favor de no meter en la “Izquierda” a Francisco Villa y Emiliano Zapata, ya dije que esos señores fueron mitos creados por el PRIato y reiteró que el verdadero revolucionario de “Izquierda” en Mexico, fue Felipe Carrillo Puerto en lo que fue realmente la “Revolución del Sur”; claro que pudo haber sido Ricardo Flores Magon, pero le faltó éste mayor preparación intelectual y desde luego, mejor suerte de no haber vivido parte de la revolución mexicana, en una carcel americana, donde lamentablemente murió.