EL 68 EN LA TEORIA DE LA CONJURA INTERNACIONAL


La Teoría de la Conjura Internacional no era nada descabellada. La evidencia de intervención de agentes americanos, nazis y soviéticos, en territorio nacional, era un secreto fielmente custodiados por las personas del régimen; solamente quienes prestaban sus servicios en la poderosa Secretaria de Gobernación lo sabían.

Durante los años de la guerra mundial, apenas no más de treinta años, Adolf Hitler lanzó la operación “León Marino” contra Iglaterra, ello con el objeto de conquistar a Europa occidental. Para hacerlo, era necesario anticiparse, a la ayuda militar, financiera, material y logística que podría recibir la isla de otras naciones, principalmente de los Estados Unidos de América. El pais, donde los nazis podía operar una base de inteligencia que espiara a los americanos, sin incurrir en tantos riesgos, sería desde luego en México.

La base de espionaje en Mexico, se instalaría en la calle de Donato Guerra 14 A de la Ciudad de México, al mando de George Nicolaus, ex militar Alemán disfrazado este de gerente banquero colombiano, capacitado en el uso de químicos explosivos, señales telegráficas y uso de tintas secretas; la cobertura sería para todo el continente americano y tendría como primera misión, espiar la flota naval americana, así de como de ser el caso, implementar desde ahí medidas de sabotaje.

La comunicación que se daba desde Mexico hasta Alemania, era a través de “Microdots”, una técnica que consistía en fotografiar documentos y reducirlos a menos de un milímetro de diámetro, para enviarlas en cartas o postales, las cuales se incrustaban en el tilde de la letra “i” minúscula o “j” de los textos de dicha correspondencia. Cuando la comunicación resultara urgente, está se enviaría desde un rancho de Coatepec Veracruz en señales de radio con destino a Portugal.

La oficina de espionaje en Mexico amplió su red con agentes especiales en Tampico y en los Estados Unidos, que permitieron a la postre reconocer, el itinerario de buques mercantes y petroleros americanos, así como la fabricación de armamento, tecnología militar, mascarillas de gas y hasta informes de la construcción de pistas aéreas.

Entre las agentes de la red nazi en Mexico, destacaba la actriz Hilda Kruger, una rubia exuberante que había tenido amoríos con el mismísimo Joseph Goebbels Ministro de Propaganda de Adolf Hitler; actriz en Hollywood y también en Mexico, donde su trabajo de espía fue tan eficiente, que terminó siendo amante del Secretario de Gobernación y posterior Presidente de la República Miguel Alemán Valdez.
Los trabajos de espionaje nazi en Mexico fueron eficaces, que permitieron desde Panamá la transportación del petróleo y mercurio mexicano a la industria militar nazi. Estallando finalmente la amenaza de guerra, cuando buques petroleros mexicanos fueran hundidos por submarinos presuntamente alemanes, lo que hizo también, que Mexico rompiera relaciones con Alemania y se sumaran a las naciones aliadas en la guerra mundial, contra las potencias del eje.

Por otro lado, tampoco era ningún secreto la intromisión del espionaje sovietico en Mexico, a través de la “Operación Pato”, quien en 1940, a través de los agentes Leonidas Eitingon, primero por conducto del muralista David Alfaro Siqueiros y después por Caridad Mercader y su hijo Ramón Mercader, alias “Jacques Monard”, tuvieron como objeto, por instrucciones del Camarada Iosof Stalin, asesinar a Leon Trotsky; misión que tras un intento fallido, culminaría exitosamente. Después desde Moscú, operando a través de los emigrantes españoles en Mexico, miembros del Partido Comunista, con el apoyo también de espías mexicanos, entre los que figuraba el poderoso líder sindical Vicente Lombardo Toledano, llevarían a cabo la “Operación Gnomo”, la que tenía como objetivo, la fuga de Mercader del Penal de Lecumberri. Intento que fracasó gracias a la oportuna intervención del contraespionaje mexicano o al cambio de intereses de los sovieticos, quienes cambiaron de prioridades y enfocaron su aparato de espionaje en el “Proyecto Enormous”, es decir, en la creación de una bomba de uranio, cuyos efectos serían sumamente destructivos.

Proyecto que finalmente se adelantaron los Estados Unidos, cuando lograron desarrollar la “Bomba Atómica” que al final sería utilizada por los Estados Unidos de América, arma que fue lanzada en Hiroshima y Nagasaki Japón. Iniciándose con ello, la posibilidad de futuras guerras nucleares.

Todos estos secretos lo sabían muy bien tanto Gustavo Díaz Ordaz, como su fiel colaborador Luis Echeverría Álvarez. Desde ese lugar, en las oficinas de Bucareli, con el apoyo del Capitán Fernando Gutiérrez Barrios, se conocía con precisión la importancia geográfica de Mexico, para los preparativos de lo que sería la Tercera Guerra Mundial entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Para variar, Mexico ocupaba un sitio estratégico en esa conjura internacional.

¡La paranoia estaba fundada!. Eran hechos recientes y existían fuentes confiables que así lo aseveraban. Lo sabían ellos, pero lo desconocían todos.

La peor crisis mundial se había dado recientemente en la Isla de Cuba, con motivo de la instalación de misiles en la isla apuntando a territorio estadounidense. El joven jefe de Estado Cubano Fidel Castro, había sido asilado en Mexico, donde había podido reclutar su guerrilla, recibido entrenamiento militar de los exiliados españoles y donde con apoyo y complicidad de autoridades mexicanas, así como de personajes públicos como Lázaro Cárdenas, el expresidente de Mexico, habían zarpado de Tuxpan Veracruz con destino a Cuba, para implementar en dicha isla, lo que sería la primera Revolución (Socialista) en todo el continente Americano. El incidente “de los misiles”, que provocó la movilización de buques de guerra tanto americanos como sovieticos, puso en riesgo al mundo, con la Tercera (y ultima) Guerra Mundial.

Recientemente el servicio del contraespionaje mexicano, para vergüenza de los Estados Unidos había fracasado, cuando Lee Harvey Oswald, había visitado a Mexico, para entrevistarse con personal de la KGB en la embajada sovietica en la Ciudad de Mexico, seguramente con la intención perversa de planear el asesinato del Presidente John F. Kennedy. Hecho que lamentablemente ocurrió en noviembre de 1963.

¡En México se pudo haber detectado esa operación!.

Ahora el temor era que se planeara en Mexico, la revolución socialista, a través de las revueltas estudiantiles, como estaba ocurriendo en varias partes del mundo: Estados Unidos, Francia y hasta en Checoslovaquia y China. ¡Era evidente!. El movimiento estudiantil de 1968 se esperaría en 1968 y no en otro año. Era una profecía que debía cumplirse, porque desde las oficinas de Bucareli, comenzó a fraguarse. 

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